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Gritos angustiados se escucharon por el gimnasio

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Gritos angustiados se escucharon por el gimnasio. Luego, todo quedó en silencio.

—Dios mío... —murmuró JungKook, antes de empezar a correr hacia el castaño.

— ¡Tranquilos todos! —gritó el entrenador y acompañó al azabache.

— ¡Era para ti, maldita sea! —exclamó un JungKook furioso hacia Jackson, quien miraba todo con una mueca en los labios.

—No es mi culpa que no sepas lanzar bien, Jeon. —dijo con asco, ignorando las dagas que JungKook le mandaba por los ojos.

El azabache lo ignoró y se inclinó hacia JiMin. Puso sus manos en la cabeza del pequeño castaño, para luego ponerla en sus piernas y mirar al entrenador.

—Lo llevaré a la enfermería, es mi culpa. — Dijo con angustia en sus ojos. Luego volvió a mirar al chico en su regazo — JiMin, ¿estás bien?

—Mmhm...

Pasó sus manos por su cabello café y lo levantó en un movimiento. Caminó rápidamente y salió del gimnasio sin mirar atrás, esperando que nadie notara lo que apenas había hecho.

— ¿Sabes dónde está la enfermería, JiMin? —preguntó con voz dulce.

El castaño parecía una muñeca que en cualquier momento se iba a romper. Sus labios rojos por la sangre que salía de su nariz hicieron a JungKook formar una mueca. No debería estar así. Debería verse tan lindo como siempre.

—Está a-al lado d-del bañ-ño... —habló en un susurro.

—Gracias. —murmuró, y seguido de eso, comenzó a correr con JiMin en sus brazos.

Se demoró solo unos minutos en llegar. La gente que estaba por los pasillos no pudo evitar darles miradas extrañadas, pero no preguntaron ni dijeron nada respecto a eso. La enfermería estaba vacía cuando el castaño atravesó la puerta, pero solo dos segundos después una mujer vestida con un delantal blanco entró y dio un salto al ver a JungKook.

—Hola —saludó de forma apresurada —Le ha llegado un balón y creo que se desmayará, no sé dónde...

—Por aquí —señaló la mujer a una camilla, y JungKook dejó caer a JiMin en el colchón blanco.

— ¿Estará bien?

—Sí, sí. No te preocupes. Si quieres puedes retirarte, supongo que se quedará dormido en cualquier momento. —respondió la mujer, acomodando la cabeza del castaño en la almohada.

Me quedaré. —murmuró mirando a JiMin.

Los ojos de JiMin se abrieron de inmediato, y una pequeña sonrisa apareció en sus labios, que dejó a JungKook aturdido.

—Hey... Hye —murmuró JiMin a la enfermera — Hace tiempo que no te veía.

—Eso es bueno — Hye devolvió la sonrisa. — Quiere decir que no has sufrido más golpes.

Femenine 여자 "Kookmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora