Cuando Hagrid logro capturar a su mascota, resulta que era nuevamente un dragón y este había crecido inesperadamente saliéndose de control, pudimos salir. Draco corrió a su cuarto sin despedirse, y yo me quede en el mio pensando un modo de solucionar las cosas. Aunque, no había nada que solucionar, él era solamente un compañero, habíamos sido víctimas de un hechizo y todo quedaba ahí. Era solamente el momento de incomodidad luego de lo sucedido, pronto todo volvería a ser igual que antes.
Pase la tarde con Ron y Hermione, aunque desde que eran pareja me sentía mal entre medio de ellos. Por suerte Ginny siempre estaba para sacarme de ese apuro, sin embargo, extrañaba cuando eramos solo los tres siendo amigos, sin complicaciones, sin romances, sin discusiones. Solo Ron, Hermione y yo siendo nosotros mismos.
El invierno llegó de manera casi imperceptible, en cuanto salí y vi la nieve me sentí otra vez vivo. Sentía el frió en mi rostro, y el viento en mi enmarañado cabello como un recordatorio de que aún no había terminado. Hermione comenzó a tirarnos bolas de nieve, que Ron respondió. Me quede a un lado y los ví, como todas sus guerras termino a besos.Sonreí, ambos eran grandes personas, por un momento me llegue a preguntar que haría sin ellos. Casi al instante me conteste que el día en que no los tuviera, sería por que ya no viviría. ¿Por qué? Simplemente no imagino una vida sin ellos.
Fuimos por unas cervezas de mantequilla, luego a ver el juego y finalmente cada uno volvió a su recamara. Sin embargo, a pesar de las malas caras de Ron, me desvíe por un rato y fui hacía el jardín. Necesitaba un poco de soledad al menos un rato.
Me recuesto en el suelo y siento un peso a mi lado, no quiero abrir los ojos pero reconozco su fragancia, es Malfoy.
-¿Qué quieres, Draco?-Pregunto suavemente, sin ser agresivo pero sin llegar a amable.
-Primero, que te calles y me dejes disfrutar, la noche esta hermosa.-Abro apenas los ojos y miro las estrellas, tiene razón, se aprecían bien desde aquí. Luego, por un impulso que jamás entenderé me volteé y lo miré a él. Sus ojos estaban brillantes, y sus labios se curvaban en una media sonrisa. Era muy mono cuando se ponía en esa posición, cuando no estaba peleando.
-¿Por qué me miras tanto, Potter?
-Solo te miro...-
-Eso no es normal.-
-Si lo es.-
-No.-Replica y luego voltea.-No si quieres que crea en lo que me dijiste el otro día ¿De acuerdo?
Sonrío y dejo de mirarlo, aunque quiero hacerlo. Por el rabillo del ojo lo espió cuando creo que esta distraído.
-¿Por qué viniste?
-Porque te ves patético estando aquí solo.
-Y nos vemos raros estamos juntos.-Malfoy suelta una pequeña risita ante mi comentario.
-Sí, de hecho dejo de importarme lo que piense la gente hace demasiado tiempo.-Giro hacía mí y yo hice lo mismo, ambos estábamos apoyados en nuestros codos mirándonos uno al otro. Era hermoso, y podía notarlo, no necesitaba una poción para eso. Pero no se podía, por que eramos hombres y eso... Diablos, eso era raro. Tenía muchas ganas de besarle, así que decidí mirar sus ojos y no sus tentadores labios, por que no podría resistirme tanto.
Él debía creer que yo era muy raro, estoy seguro de eso. A Malfoy no le pasa nada parecido.
-¿Cómo te sientes? Digo, luego de todo el tema de la poción y eso...-
-Raro.-Admito.-¿Y tú?
-No fue tan malo, es decir, es como una pesadilla. Al fin y al cabo sé que no es real y eso me hace sentir mejor.-
¡Justo en el hígado! No, así no era ¡Justo en el corazón! Auch Malfoy, eso duele. Sonreí ante su comentario fingiendo que lo entendía y que también me sentía así.
-De todos modos, no fue tan importante... Quiero decir...
-Sí, lo sé.-
Pasan diez minutos antes de que hable de nuevo.
-¿Potter?
-¿Qué?
-¿Estás seguro de que no te importó?
-Seguro.
-¿Por qué no paras de mirar mis labios entonces?-Agacho la mirada avergonzado, y un rubor empieza a instalarse en mis mejillas.-¿Quieres besarme, Potter?-No lo dice de forma burlona, parece muy serio. No contesto.
Se acerca a mí y acaricía mi rostro.
-Sé que quieres besarme, Potter.-Afirma, estoy inmovil, todo mi cuerpo esta temblando, pero me siento bien, por que sé que estoy con él.
-Tal vez sí quiero hacerlo.-
Sonríe traviesamente y acerca sus labios a los mios, nos sentamos para no perder el equilibrio sin despegar ni un segundo nuestros labios, mi mano viaja hasta su pecho aterrizando en su camisa, pero la quito rápido.
-Somos dos maricas.-Susurra pegado a mis labios.
-Dijiste que no te importaba.
-Tú me importas.-Abro mis ojos, él lo ha dicho realmente.
-También tú a ti, Malfoy.
-¿Sabes? Ya hasta empieza a sonar sexy que me llames por mi apellido.-Bromea, le golpeo el hombro y luego vuelvo a besarlo.
No sé por que, pero se siente genial hacerlo.