*Últimos 2 capítulos*
Harry buscó a Draco por todo el colegio, pero al final el director le anunció que había decidido dejar el colegio y volver con sus padres. Él pudo sentir como algo en su interior se revolvía, como si su cuerpo se autodestruyera por dentro.
Fue desesperado al bosque prohibido, aquel que había sido testigo del amor de los amantes durante un largo tiempo, aquel que los había visto en sus mejores y peores momentos, todo comenzó a volver a él, cuando se besaban por horas, cuando Draco le sonreía, cuando le decía que no sabía que pasaba con él, cuando estaban peleados y él lo beso, cuando se tiro rendido allí luego de que sintió perderlo.
Pero ese sentimiento no era como el anterior, ahora estaba seguro de que realmente lo había arruinado, de que jamás volvería a verlo. ¿Por qué tuvo que hacerlo? ¿Por qué no se aseguro de que la puerta estuviera bien cerrada? ¿Por qué no puso un detector? ¿Por qué no lanzó un obliviate a todas las personas que lo habían visto?
Y más interrogantes comenzaron a llegar a él ¿Cómo sabían los padres de Draco que él estaba ahí? No tenía sentido, además, sabían que estaba hechizado por que no intentaron abrirlo antes de eso. Alguien había hablado con ellos y les había contado la verdad.
Se recostó junto al árbol marchito que lo había acogido la última vez, los recuerdos lo inundaron mientras algunas lágrimas se escapaban. Cerró sus ojos y se dejo mecer por un sueño abrazador. Uno donde Draco y él podían ser felices sin que nadie los interrumpiera, donde jamás alguien sería capaz de decir o hacer algo contra ellos.
Un impacto suave contra su cara lo despertó, se trataba de dos pergaminos que su lechuza le había traido mientras dormía. Leyó el más corto primero.
Alguien hablo con los padres de Draco, alguien que esta dolido
y que quiere vengarce de Harry Potter.
Sin saber que Draco días atrás había recibido un papel con la misma letra, lo guardo en su bolsillo y examino el otro. Al ver que era de Malfoy lo abrió aún con más desesperación.
Mi amor:
No sabes lo mal y lo bien que se siente escribirte, siento haberme alejado tan de repente y no haber disfrutado aunque sea unos segundos más contigo, no quería escuchar una respuesta a mis últimas palabras, porque temía que no me fueran a gustar. Pero todo lo que te dije es cierto, te amo. En cuanto te fuiste mi padre volvió, me advirtió que si no me iba yo estaría ileso, pero no tú. Primero pensé ¡Nadie puede con el maldito Harry Potter, incluso el más temible hechizero fue derrotado! y luego pensé que tal vez hablaba en serío, y que aunque tú seas el niño que vivió y todo eso, estarías en riesgo. Y creeme, no hay nada que pudiese lastimarme más que perderte. Ahora, al menos, estoy seguro de que estás bien, es todo lo que necesito para dormir con una sonrisa está noche.
No me busques, por que han envíado muy lejos, aquí la magía no está permitida, esto lo envíe gracias a una parada rápida, no sé donde estoy. Creo que es Alemania, pero no me sorprendería estar en Polonia ¿Existe eso? Nunca me puse a estudiar geografía muggle, y ahora me arrepiento. Ni siquiera puedo darte una dirección para que me escribas. Por cierto, tu lechuza me siguió, no recuerdo su nombre pero sé que es la tuya. Te envíe esto con ella. ¿Podrá recordar el camino de regreso? No, sería riesgoso, mejor dejemos esto así.
Puede que jamás volvamos a ser los mismos, espero que no uses otro obliviate para librarte de mí, o me veré forzado a ir y despellejarte, luego quitarte el hechizo, y matarte con todos tus recuerdos. Solo digo.
