Abrí mis ojos forzosamente, la luz me cego de inmediato. Intente moverme pero todo en mi cuerpo dolía, no podía recordar nada.
-¿Estas bien, Harry?-Oí la dulce voz de Hermione en mis oídos, movi mi mano para acariciarla y ella la tomo.
-¿Cómo te sientes?-Esa era la voz de Ron, me sentía idiota sin poder verlos pero también tomo mi mano.-Lo siento, creo que fallé en el hechizo.
-De nuevo, el hechizo esta bien, siempre causa esto.-Lo reprende Hermione, y sonrío.
-¿No puede pasar un año sin que yo venga a la enfermería? De verdad, esto se vuelve patetico.
-¡Cállate, Potter! ¡Quiero dormir!
Abro mis ojos y veo a Draco en la cama de al lado, con su cabello despeinado y sudado. Entonces todos los recuerdos vienen a mi mente, y me siento patetico.
-Dios mio, voy a vomitar.-Hermione y Ron se hechan atrás, pero no vomito. Solo miro la cara de mi enemigo que parece igual de asqueado que yo.
-¡Esto es imposible!-Grita también.
-Por Merlín.-Susurro.
-¡Se han dado cuenta! ¡Debías borrar eso de sus mentes!-Reprende Ron a Hermione.
-No puedo hacerlo, son sus recuerdos, merecen tenerlos.-
¡Quisiera que los sacaran, eso no es posible! Recuerdo lo que Ron dijo, acerca del hechizo, y se que hay un par de gemelos a quienes matar. Van a pagarmela.
-¿Fueron Fred y George, verdad?-Pregunto sentandome.
-Si.
-¡Me las van a pagar!-Gritamos Draco y yo al unisono, nos miramos y luego giramos nuestra vista al frente. Eso no acaba de suceder, no acabamos de hablar al mismo tiempo. No. Me levanto de la cama con algo de esfuerzo y los busco por todo el castillo, Ginny me dice que los ha visto en la biblioteca.
-¡Malditos hijos de puta!-Grito cuando los veo.-¿Cómo pudieron hacer eso? ¡Fue asqueroso!
-Lo siento, Potter, no pudimos resistirnos.-
No tenía sentido hacerles daño, ignorando el hecho de que ellos eran más grandes que yo y me hubiesen dado una paliza. Salí del lugar y me dirigí a mi cuarto, furioso. Los recuerdos comenzaban a volver a mí, y me sentía... Extraño.
Fui al comedor y me sente con Ron y Hermione, estaban discutiendo. Hermione parecía demasiado molesta, así que preferí no intervenir. Me senté junto a ellos en silencio, incapaz de probar un vocado. Gire apenas mi cabeza hacia la mesa Slytherin y vi a Draco sentado, comiendo sólo.
-Díle, Ron.-Exigió Hermione.
-¿Decirme que?
-Lo siento, Harry... Yo, supe del hechizo todo el tiempo. No sabía como decirtelo, te veías muy feliz.
Lo mire unos segundos, su novia se mordia nerviosa el labio sin despegar los ojos de la mesa. Me levante sin decir palabra.
Ron era un idiota, ellos habían jugado con mis sentimientos, con mi mente. El colorado intento explicarse pero no se lo permití.
-No estoy enojado, pero quiero estar solo.
-De acuerdo.-Solamente respondió volviendo a su lugar.El unico lugar al que se me ocurrió ir fue a uno que estaba, ultimamente, siempre vacio: La sala común Slytherin. No es que hubiese pensado en cambiarme de casa ni mucho menos, pero quería estar solo y nadie andaba por estos lugares. Como si fuese un pecado estar aquí.
-¿Tú también te escondes?-Oígo detrás de mi, no necesito voltear para saber que es Draco.
-Algo así.
-¿Es confuso, eh? Lo de la posión digo, somos enemigos, somos hombres... Y fue todo tan, raro.-Toma asiento a mi lado poniendo cara de confusión, solamente enarco las comisuras de mis labios en un atisbo de sonrisa.
-Los Weasley están locos.-Respondo.-Sin embargo, hay muchas otras cosas que no entiendo.
Como por que me siento vacio, por que tengo ganas de besarlo justo ahora y por que mierda no me siento mal por todo lo que paso. Aunque claro, jamás admitiré eso en voz alta.
-Suerte que pudieron romper el hechizo ¿Verdad?
-Claro.
Me levanto y me voy dejando a Draco allí, sus mejillas están levemente sonrojadas y sonríe con tristeza, como si le doliera recordar todo lo que paso. Tiene su cabello desordenado, como rara vez sucede, y su camisa esta sin planchar y con dos botones suelos, aún así, creo que se ve bien. El tan estructurado Malfoy que conocí antes ya no existe.
-Malfoy...
-¿Qué?
-¿Sigues odiandome?-Él apenas sonrío.
-No, Potter, ya no lo hago.
Sonreí y me fui de ese lugar, necesitaba descansar. Necesitaba pensar.
Los pasillos se ven desiertos, y no estoy seguro de querer seguir solo. Pero tampoco quiero ver a Ron o Ginny. Así que voy a la biblioteca seguro de que encontraré a Hermione allí, y aunque hable mucho, ella es la mejor companía que se me ocurre pedir en este momento. Me abraza apenas me ve, y le sonrío.
-¿Tienes ganas de ir por una cerveza de mantequilla?
-Claro que sí.-Toma mi mano y me hace aparecer allí en pocos segundos, luego vuelve a sonreír.-Juro que pensé que no volverías a hablarnos nunca. ¿Has ido con Ron? Por que estaba mal desde el almuerzo, él no fue quien hizo el hechizo.
-Pero lo sabía, Hermione. De todas maneras no estoy enfadado con él, cuando se me pase hablaremos. No quiero pelear.
-De acuerdo.-
Entramos a Las Tres Escobas y pedimos nuestras cervezas, como siempre la de ella era la de más ingredientes, no le preste mucha atención pero creí oir "Jengibre" entre todo lo que dijo.
-Ahora, cuentame que sucedió.
-Nada, lo que sucede cuando a dos personas se las encanta. No quiero hablar de eso, yo no volveré a hablar con Malfoy nunca más.
-Harry, ese encatamiento... Bueno...-La miro esperando que continúa pero ella lo duda.-Si ustedes no hubiesen querido, o hubiesen tenido dudas, probablemente no se hubiesen sentido felices de estar uno con el otro, estarían todo el tiempo pensando en por que hacen eso y luego harían una escena de locos cuando esten solos. Pero ustedes...
-¿Qué quieres decir, Hermione?
-Que quizá si sienten algo uno por el otro, solamente que aún no lo saben.