*Este fucker capítulo se me borro o se me desactualizo o no sé que paso, así que esta mal escrito, matenme, por que era muy largo y me encantaba como había quedado*
Días y semanas habían transcurrido sin que hubiese muchas novedades en Hogwarts, poco a poco los rumores que vinculaban a los magos más poderosos y aclamados del colegio se detuvieron. Apenas se los veía juntos, el principe de Slytherin volvió a unir a su pandilla pero ya no molestaban a nadie, según su lider era hora de madurar un poco. Todos estuvieron felices, y un poco aliviados, en cuanto Draco presento a su primera novia oficial. Se llevaron más de una sorpresa al saber que se trataba de Astoria Greengrass, una de las Slytherin más bellas que habían visto.
Astoria era preciosa, y por eso había sido elegida por Draco. Su cabello dorado siempre ondulado y suelto era cautibante, sus ojos grises hacían a cualquiera perderse y los rojizos labios invitaban a cualquiera a probarlos. Era sensual, era divertida, era perfecta. Y a pesar de que era una de las chicas más difíciles en todo hogwarts, bastó una cena, unas rosas y un beso bajo la lluvía para que Draco la proclamara como suya.
El lunes por la mañana, Draco escolto a su novia a clase de pociones, ambos se sentaron en el ultimo asiento, donde el príncipe de Slytherin acostumbraba a estar. Todos tomaron asiento y el profesor comenzó a explicar una poción para convertir a las personas en ratas, sin embargo, y ante la atención que sabía que Potter les estaba poniendo un asiento más adelante, deslizo su mano bajo la falda de su ahora novia. La clase era aburrida, quizá le serviría más a Weasley que a él.
Harry, al notar el accionar de su chico comenzó a acariciar del mismo modo a Ginny, y entre ambos se libro una guerra interna y silenciosa, que acabo con las dos chicas más que contentas y los dos chicos más que celosos.
Luego de la clase Draco acompaño a Astoria hasta el comedor, la dejo con su grupo de amigas y se aseguro de que todos vieron el apasionante beso de despedida, se dirigió a la salida argumentando querer pasar algun tiempo con sus amigos y se volteo a verla varías veces antes de desaparecer. Quería convencerlos y convencerla, pero por más que lo intentará, él mismo jamás se lo creería. La joven se quedo con un timida sonrisa en su rostro, que atrajo más de una mirada.
Astoria era un hueso duro de roer según todos, sin embargo él descubrio en ella una dulce e inexperta chica con muchos miedos, que era capaz de ser tan tierna como mala, dependiendo de su compañía. Podía lograr con su escencia y su imagen tener a cualquier chico, pero se había quedado con el único al que no le importaba. Era algo curioso y, si lo piensan, desmotivamente.
Draco vigilo que nadie lo viera y desapareció, era hora de uno de sus encuentros con Harry. Se veían poco, no querían llamar la atención. Siempre luego de clases buscaban un recondito lugar en el bosque prohibido, y a medianoche el baño de la primera vez los esperaba para que volvieran a profesarse su amor.
Durante el almuerzo se ignoraban mutuamente también, Draco se sentaba junto a su hermosa novia y fingía que toda su atención y felicidad estaban allí, todos ignoraban que su real alegría se encontraba dos mesas más allá, en un chico de ojos verdes cubiertos por unas tontas gafas redondas y una sonrisa gryffindor digna de ser admirada.
-Creí que eran amigos.-Había dicho Crabbe en una ocasión.
-Lo eramos.-Admite Malfoy.-En realidad, él me ofreció su amistad, pero nosotros simplemente no logramos ponernos de acuerdo. Y además, es el único digno enemigo que poseo. Nadie más esta a mi altura.-Todos se miraron con verguenza, tenía razón, nadie más podría enfrentarlo.
Luego de unas horas de fingir, el rubio desaparecio para llegar al bosque, fue el primero así que se sentó junto a un roble e intento prácticar el patronus que Potter había intentando enseñarle. Era estúpido, jamás iba a salirle.
-Vas bien.-Oyó detrás de un árbol, Harry se dejo ver.
-¿Bromeas? No estoy ni cerca.
-Quizá podrías decirle a Astoria que te ayude, apuesto a que ella lo sabrá hacer.
-O talvés a Ginny. Debe hacerlo mejor.-Potter se mordió los labios acercándose a él con una media sonrisa y lo miro a los ojos.
-Obviamente, mi novia es más lista que la tuya.-Lo reto.
-Sí, pero mi novia es más sexy que la tuya.-Harry alzó las cejas y puso ambas manos junto a su rostro atrápandolo contra el roble.
-¿Qué has dicho?-Draco se relamio el labio desafiente.
-Que Astoria es sexy.
-Repitelo.-
-Astoria es muy sexy, y me hace desear como ninguna, no te das una idea de lo buena que es en algunas cosas.-Harry lo encuentra como un desafio y comienza a frotarse contra él, haciendo que su erección comience a ceder, Harry comienza a acariciar su miembro por encima del pantalon.
-¿Te hace gemir como yo, Draco? ¿Te hace desear? ¿Gritas su nombre como gritas el mío?-Introdujo su mano dentro de sus boxers.-Responde.
-Sí, lo hace.-Miente el Slytherin. Su compañero baja sus pantalones y comienza a acariciar su miembro.
-¿Y te gusta más que yo?
-Sí.-Vuelve a mentir, entonces el morocho baja y comienza a lamer la punta de su miembro, haciendo que Draco se vuelva loco al sentir los lentos y sensuales movimientos de su lengua.-
-Entonces que ella termine esto, te complacera más.-Harry se alejo pero Draco no se lo permitió, lo tomo del brazo y lo obligo a volver. Pero esta vez estaba decidido a más, cambiando de posición lo apoyo contra el arbol y bajo sus pantalones como él había hecho antes.
-Esta vez no te escaparás tan rápido.-
Comenzó a lamer el miembro de Harry, por primera vez en toda su corta relación e intento darle placer de todos los modos en que lo había recibido, el chico de anteojos apenas podía contenerse, lo obligo a hacerlo con más fuerza y velocidad tomándolo de la cabeza.
-¿La pequeña comadreja lo hace tan bien?-Se burlo.-¿Te hace gemir así?
-Ella nunca lo ha hecho...-Argumento con el poco aire que poseía.-Nunca hemos... Ay, Draco...
-Continúa, Potter.-Pregunto antes de volver a introducir su miembro en su boca.-¿Nunca han?
-Nunca nos acostamos, ni lo haremos.-
Conforme con esa respuesta Draco terminando su trabajo, en el momento en que Harry acababa en su boca de una manera sensual y desconocida para él.
Se recostaron un rato junto al árbol, tomados de la mano, y luego de un rato Draco tuvo que volver. Harry, por su parte, se quedo con Hagrid, a quien visitaba cada tarde para poder argumentar a donde había estado luego de clases.
Su gigante amigo le presentó a su nueva mascota: Un cola-cuerno que no le traía muy buenos recuerdos, era pequeño.
-El mayor de los Weasley lo trajo hace menos de una semana, me dijo que no me encariñe pero... Dios, es que es tan lindo.
-¿Hasta cuando se quedará contigo?-Pregunto Harry con dulzura, acostumrbado a los grandes animales extraños.
-Tres semanas.-Aseguro.
Pasaron la tarde hablando, ríendo y alimentando al pequeño animal. Hagrid no sospecho que la razón del buen humor del pequeño era que pocas horas antes había recibido el mayor placer antes conocido. Y dado por la persona a la que más quería, no podía pedir más. Ahora estaba seguro: Lo quería como a nadie.