*¿Vieron como sí actualizo rápido?*
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Los ojos de Draco estaban desorbitados, Harry se apresuro a ponerse la camisa mientras saltaba lejos del rubio. Nadie entendía que sucedía, Snape era el único que se mantenía apacible, como siempre. Con esa mirada dura en su rostro que jamás cambiaba. La madre de Draco lloraba y su padre apretaba su varita al punto de casi hacerla estallar, entonces ambos supieron que ese podía ser el fin.
-¿Qué demonios es esto, Draco Malfoy?-Cuestiono su padre, miro a la muchedumbre, entre los que se encontraban Ginny, Ron, Hermione y Astoría, y les ordeno con voz firme que se fueran.-¡Eres una verguenza! ¡Ni siquiera ameritas que te llame Malfoy! Y tú...-Miró a Potter.-Sal de aquí.
Sin aclarar que se encontraba en su propia habitación, Harry miro a Draco, quien asintió, y salió del cuarto tomando disimuladamente su capa de invisibilidad. En cuanto cerraron la puerta se la colocó y entró casi pasando desapercibido.
-¿Qué es esto, Draco? ¿Qué hacías en la cama con un hombre? ¡Y lo que es peor! ¡Con Harry Potter! Dios mio, me decepcionas, mi único hijo ¡Yo no te eduque así! ¿Por qué me haces esto?
-Papá yo...-
-¡No me llames así, tú para mí estas muerto!
-¡Lucius!-Se quejo su mujer.
-¿Lucius qué? ¿No ves en lo que se transformó tu hijo? No podré ni mirar a la cara a la gente cuando se sepa, y vaya que va a saberse, todo el mundo estará hablando de esto.
-Hijo...-Lo llamó su madre.-¿Qué es esto? ¿Por qué no me dijiste nada? ¿No estás hechizado?
-No, mamá, estoy enamorado.-Esas palabras tocaron el corazón de Harry.-Y sí, fue por un hechizo, pero luego yo...-
-No sigas.-Gritó Lucius con una voz que podría haberse oído en todo Hogwarts.-No quiero que vuelvas a dirigirnos las palabras, saldrás de el colegio y te irás a vivir a otro lado, lejos de Potter, a ver si puedes...-
-No, no me iré. Cumpliré 17 pronto, no puedes decirme que hacer.
-Si puedo, soy tu padre.
-¡No me voy a ir de aquí!
-Perfecto, entonces, olvida que tu apellido es Malfoy, y no te molestes en volver a casa.-
La pareja salió con la cabeza en alto, la mujer lloraba desconsolada y él se reprimía para no hacer lo mismo, unos metros atrás Harry Potter entraba a la habitación mientras veía a su chico desconsolado en el suelo, llorando todas las lágrimas que tenía.
-¡Dijiste que estaba hechizada, que no podían abrirla!
-Lo estaba.-Aseguro el morocho, llorando también.-Juro que lo estaba, lo siento, de verdad...-
-¡No quiere volver a verme!-Harry no podía entender lo que significaba la decepción de un padre, por que jamás había tenido uno, pero entendía que ahora él lo necesitaba, así que lo abrazo y se quedo con él todo lo que lo necesito.
-¿Debería alejarme?-Pregunto Potter.-¿Quieres que todo esto quede aquí y puedas recuperar tus lazos con tu padre?
-No, claro que no, no quiero volver a perderte. Simplemente él... No creo que pueda aceptarme, y esto es lo que soy. No puedo hacer nada por él, solamente esperarlo y ver si decide o no que yo valgo la pena.
No respondió, no sabía que decir, cuando se quedo dormido lo recostó en su cama cubriéndolo con su capa de invisibilidad, salió y busco a sus amigos. A todos lados a donde iba la gente lo quedaba mirando, ya nadie lo veía con admiración ni lo saludaba, incluso los chicos menores que siempre lo habían idolatrado se alejaban de él. En el mundo mágico no era tan común como en su mundo, se recordó. Subió al cuarto de las chicas y encontró a todos allí, Hermione y Ron consolaban a Ginny que estaba con Astoría para su sorpresa, todos lo miraron raro cuando entraron. Nadie esperaba lo que acababan de ver, ni siquiera sus amigos que conocían la verdad.
-¿Puedo hablar con Ginny?-
-No.-Respondió esta, secando con dignidad sus lágrimas.-Quiero que te vayas lejos de mí y no vuelvas a dirigirme la palabra nunca en tu vida, Potter.
-Deberías escucharlo.-Aconsejó Hermione.
-Ni se te ocurra, quiero que salga de mi vida y de mi habitación.
-Ustedes me dan asco.-Dijo Astoría levantandose de la cama.-Tú como ese idiota, los escupiría, no es natural.
Harry sintió como todo su orgullo y dignidad se iban a la basura, como dejaba de ser el respetado muchacho que había acabado con el reino de terror de Voldemort y había comenzado a ser el raro de la escuela. Se fue del cuarto, seguido por Ron, y se quedo en el pasillo, en el suelo.
-¿Qué haces? ¡Levantate!
-No, tú cállate. No quiero que me hables...
-¿Y ahora qué?
-¡Sé todo lo que hicieron, Weasley! ¡Tú y tu estúpida novia me lanzaron un hechizo de memoría! ¿Quién les dió derecho, eh? ¿Quién les permitió entrometerce en mi cabeza? ¡Nadie! Ustedes no son amigos.
-¡Somos los únicos que están ahora para ti, cuando todos te dan la espalda!
-¡Pero no estuvieron para apoyarme con mi relación! ¡Yo podía recomponer las cosas, el error lo había cometido yo!
Salió a toda velocidad, era verdad, ellos estaban para él ahora, pero no le importaba. Solo sabía que estaba furioso con el mundo, y cuando lo estaba usualmente las cosas no salían muy bien.
Busco a Draco, escondido aún en su cuarto, y lo despertó.
-No hay mucho que hacer.-Le dijo.-Todo el mundo va a rechazarnos, no sé que hacer. Ayudame, por favor.
-Harry, este es el fin. Nada podemos hacer.
-¡Pero debemos!-Draco lo acarició.
-Creo que lo mejor es que me vaya de aquí, y que puedas vivir tus últimos dos meses en Hogwarts en paz.
-No, justamente, son solo dos meses, no quiero perderte...-Una lágrima se escapo de los claros ojos del chico.
-Créeme, no hay nada que me duela más. Pero lo hago por ti, por los dos.-Besó sus labios una última vez y tomó su varita.-Te amo.-Susurró, y desapareció antes de dejar que le responda.
-Mierda, no, por favor, no te vayas.-Respondió al aire.-No te vayas, mi amor, por favor, no te vayas... Te amo... Te amo... No me dejes solo.