Harry se miro al espejo con una sonrisa, acomodo su traje y su ramillete, había llegado el día más ansiado. Detrás de él, Ron vestido con un traje igual de elegante y Hermione con un precioso vestido blanco, sonreían. Su enemistad había terminado tan rápido como comenzó, simplemente no podían vivir separados.
-¿Nervioso?-Pregunto Ron.
-Si, demasiado. ¿Ustedes?
-También...-
-Bueno, no sé que esperamos,vamos.
Los tres salieron de la habitación y caminaron hacía el jardin, las sillas para los invitados estaban decoradas con cuatro diferentes colores: Amarillo, para los Hufflepuff, azul para los Revenclaw, verde para los Slytherins y bordo para los Gryffindors. Harry miró nervioso los asientos que estaban junto al escenario, reservados.
Harry miró todo y a todos los que conocía, acomodandose allí para la gran ceremonía. Ginny estaba algo apartada, pero también había asistido, a pesar de que no era su obligación estar ahí. Hermione tomó su mano y beso su mejilla.
-Al fin, Harry. Estamos aquí.
-Aún no puedo creerlo. Es decir, este es el final...-
-No, es el principio. Aquí comienza nuestra más gran avertura, es el momento de que seamos quienes siempre intentamos ser.
-¿Estarán ahí para mí, incluso con los años?
-Sí, Harry. Siempre estaremos para ti.-Respondió Ron tomando a Hermione.-Y te dije que te alejes de mi chica.
-Ella sabe que puede buscarme cada vez que quiera.-Le guiño un ojo juguetonamente.
-Sí, lo sé.-Le lanzó un beso, y Ron dio un golpe a su amigo en la cabeza.
La música comenzó a sonar.
-Llegó el momento, tomemos asiento.-Grito Hermione emocionada, vestida así, parecía un ángel. Y Ron no podía parar de mirarla.
El profesor Snape se paró en el podio y miro a todo Hogwarts, reunido una vez más, año trás año había visto esa celebración de lejos y ahora al fin, estaba parado al frente.
-Bienvenidos alumnos, padres, profesores, a la ceremonia de graduación de la generación 2014 de la escuela Hogwarts de Magía y Hechizería. Por favor, un aplauzo para nuestros graduados.
Ron se levantó pasando desaparecivido.
-¿A dónde vas?-Pregunto Harry.
-Tengo que hacer algo, esperen aquí.-Y desapareció corriendo por detrás.
-Quizás se asusto.-Argumento Hermione.-
-De seguro. ¿Crees que deba ir por él?
-Espera un segundo, si ves que en cinco minutos no vuelve vamos por él.-
Mientras Snape seguía hablando, Ron tomó a la rata rubia de los brazos y lo arrastro fuera de la ceremonía.
-¿Qué haces aquí? ¡Él esta bien y feliz sin ti, vete!
-No, no me voy a ir hasta que lo vea.-
-Draco, le has dicho que ibas a alejarte, y tardo en superarlo, ahora que lo ha hecho no voy a permitir que lo arruines.-El Slytherin sacó su varita y lo apunto, luego de unos segundos la guardo, sabiendo que no podía dañar algo que para Harry era importante, aún cuando este fuera un Weasley.
-No tuve opción, todo lo que siempre quise es que él este bien.
-¿Y por qué la carta? ¿Por qué le dijiste que no ibas a volver y ahora lo haces?-
-Porque... ¿Carta? ¡Yo no le envíe ninguna carta! No tenía permitido hacerlo...-
-¿De qué hablas? Le llegó tu carta diciendo que ibas a irte lejos apenas pudieras huir.
-No, yo no tenía forma de envíarle nada.-Ron lo miró de mal modo.-
-Es mejor que te vayas, Malfoy. Él esta bien ahora, esta con alguien y no quiere saber de ti. Lo único que ha repetido cada día desde que te fuiste es que te odia y que será mejor que jamás regreses.
-Harry Potter, Gryffindor.-Escucharon ambos, voltearon para verlo sonriente, subiendo al escenario a tomar su diploma. Snape casi sonrío también, y luego lo empujo para que se fuera.
-¿Lo ves? ¿Ves lo feliz que es? Escucha, nunca quise que estes separados. Yo te envíe las notas para ayudarte, cuando paso lo del hechizo de memoria incluso, nos inculpe para que tú pudieras ayudarlo, porque yo no podía hacerlo. Pero ahora sé lo que es mejor para él, y eso es Ginny.
-¿Él regresó con Ginny?
-Sí.-Respondió firme, sabiendo que mentía por el bien de su amigo.-Van a vivir juntos cuando todo esto termine, y serán felices. No hace falta que intervengas.
Draco asintió, con lágrimas en los ojos, y miró por última vez al amor de su vida. Cartas cobardes que no se atrevía a decir que envío, besos que jamás dió y recuerdos que no tendría, todo paso por su memoría mientras veía a un pelirrojo alejarse, y sentarse junto a la persona que más amo en el mundo.
Harry Potter era feliz, y era lo único que impedía que él interviniera.
-Te amo, Potter. Gracias.