23.- Gustar.

223 34 17
                                    

—¿Desde dónde? —preguntó, con algo de miedo de escuchar la respuesta.

"¿Qué harás? ¿Golpearme?"

El rubio calló. Definitivamente sí escuchó cuando hablaron de la secundaria. ¿Qué iba a hacer? No quería hablar de eso. Empezó a inquietarse, moviendo sus manos entre sí, tratando de quitar el sudor de ellas, mientras miraba por la calle, en todas direcciones.

El peliazul lo miró de reojo, mientras paraba el auto en un semáforo en rojo.

Había algo mal. Desde aquella vez en el restaurante la actitud del chico se había vuelto más insegura y tal vez algo distante con todos.

—Está bien, no preguntaré nada, Jimin. Relájate un poco —trató de animar el mayor.

El rubio asintió lentamente, aún con nerviosismo, sin apartar la mirada del exterior. El auto avanzó, y el silencio empezó a notarse. Hasta que el menor decidió romperlo. Algo le inquietaba.

—¿Po-por qué no negaste cuando Son dijo eso? —preguntó con vergüenza.

—¿Eso?

—Lo de que... que eras mi novio. —Terminó la pregunta y juraba que escuchaba como su corazón golpeaba su pecho. Estaba nervioso. O más bien sentía mucha pena.

Realmente no sabía porque era esa "pena". Suponía que era por haberlos emparejado. No quería que lo hicieran. No quería que nadie confundiera su relación. Después de todo no había alguna.

—¿Por qué debería? 

—¿Por qué? Porque no lo somos —contestó algo sorprendido.

Yoongi calló, mientras hacía dar vuelta al carro en una esquina.

Jimin empezó a sentirse asfixiado ante las posibilidades de aquel silencio. ¿Qué ocurría? ¿Por qué se callaba? ¿En qué momento ambos estuvieron de acuerdo en eso? No, no. Más importante todavía aún: él no quería estar con un homosexual.

—¿Acaso te gusto? —Soltó sin pensar, con el miedo en su garganta.

Yoongi estacionó el auto en el estacionamiento del lugar donde Seokjin trabajaba y apagó el motor.

—¿Si fuera así qué?

Jimin abrió sus ojos. Juraba haber sentido un golpeteo en su pecho pero se desvaneció al recordar lo que sucedió hace unos años. Bajó del carro y comenzó a caminar, rumbo a su casa.

El peliazul bajó del auto, algo confundido.

—Jimin, ¿a dónde vas? —exclamó, lo suficientemente alto para que el otro lo escuchara.

—¡No me sigas!

Tenía que procesar aquello. ¿Al niñero de su hermano le gustaba él? ¿Un hombre? Aunque comparándolo con la nueva Wendy Son de su aula no era tan malo. ¡No!

'¿Qué se supone que estoy haciendo?'
Se cuestionó en mente, sin parar su caminar.

Restregó una de sus manos en su rostro. Tenía que acomodar sus pensamientos. ¿Por qué demonios no le desagradaba el peliazul? En las últimas semanas había tratado tan seriamente de no toparse con él por el simple hecho de que sentía pena al recordar que lo vio llorando.

¡Estúpido Vecino Gay! || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora