33.- Lágrimas.

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Hoseok estacionó el auto frente aquella casa. Habían hecho algunas paradas en tiendas de conveniencia que se encontraban por el camino, pues había olvidado comprar las lindas banditas para las heridas de Taehyung. Y también porque a Jungkook le urgía ir al baño.

Ya estaban en la ciudad donde se encontraba la casa de su padre. Inclusive estaban a algunas cuadras de ella. No tan cerca como para llegar caminando en menos de veinte minutos, tal vez.

Hoseok se mantenía cerca del ventanal que daba a la calle, comiendo un sándwich recién comprado. Esperaba a Jungkook, quien le dijo que no entrara con él al baño, porque ya era un niño grande y él podía solo.

—Yi piidi sili—murmuró para sí mismo, imitando al pequeño de cinco años.

¿Qué se creía? Le había ofrecido su ayuda y el niño lo había despreciado, ¿qué con eso?

Dio una mordida a su emparedado con algo de indignación y se limitó a ver la tranquila calle.

La zona era bastante agradable. Se podía sentir la calidez de un pueblo, no como en la zona donde su padre vivía, donde se notaba como los vecinos te comían con la mirada, buscando qué criticar o como alardear sobre su dinero.

Suspiró. Odiaba ese ambiente.

Tan pronto como volvió a sus sentidos, empezó a notar a muchos niños, siendo acompañados con sus padres. De la nada, aquella tranquilidad se vio cambiada por risas y voces, mientras la calle se llenaba de niños con mochilas y padres con sonrisas, causa de una escuela cerca de por ahí.

Ese, definitivamente, era un ambiente precioso.

Miraba como los niños pasaban, a veces en grupo, a veces solos, pero ninguno de ellos quitaba su sonrisa de su rostro.

Su vista se posó sobre un grupito de niños. Unos 4 o 5 que hablaban y se empujaban entre sí.

Hoseok rió. Extrañaba esos tiempos donde sólo quería terminar las clases para ir a jugar en las tardes. Maldita universidad, ¿quién diablos dijo que era buena idea crear algo así?

Las cosas se empezaron a poner algo extraño para él, en el momento en que uno de los niños cayó al suelo, de rodillas y deteniéndose con sus manos.

Los niños los empujaron y arrebataron algo en sus manos. El niño en el suelo quiso quitárselo, a pesar de que otro sujetaba su cabello y jalaba hacia atrás.

—¿Qué diablos? —dijo, dejando su sándwich en la barra pegada al ventanal.

Detendría ese pequeño "juego", eso ya no se veía divertido para todos.

Al menos eso pensó por un momento, pero una pequeña sombra pasó justo delante de él, desconcertándolo, y salió del establecimiento.

Jungkook se lanzó al tipo que jalaba del cabello al otro niño, haciendo que lo soltara. Al momento de quedar sobre él, comenzó a golpear al niño, dando algo parecido a manotazos pero con su puño cerrado.

Hoseok reaccionó al ver como todos los niños se empezaban a abalanzar al pequeño y logró visualizar algo que no había podido pero Jungkook sí. Era Taehyung.

Hoseok salió del lugar, casi corriendo, llegando a tiempo.

—¡Hey! ¡¿Qué creen que hacen?! —gritó, mientras se acercaba, llamando la atención de varios padres y niños que se encontraban cerca.

Tomó a Jungkook, quitándolo de sobre el otro niño, quien ya lloraba, y lo puso detrás de él. Miró a los otros niños, parados alrededor de su hermano y estos corrieron al momento en que el pelirrojo puso su mirada en ellos.

¡Estúpido Vecino Gay! || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora