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Gerard dijo que le gustaba, podría haber esperado cualquier comentario, menos ese. Dudó un poco antes de decirlo, pude notarlo, pero al final lo soltó y sus mejillas se pusieron rojas. No sabía que responder, así que me lanzé a besarlo nuevamente.

—También me gustas—Mis manos pasaban por detrás de su cuello y acariciaba su cabello lentamente.—Mucho—Hice varias pausas para picotear sus labios mientras hablaba.

Sus besos eran mejores de los que había imaginado; tranquilos, dulces y cariñosos. No se comparaban en absoluto a mis anteriores experiencias, donde todo era rápido y áspero, nunca me habían sostenido por la cintura con tanto cuidado.

Él apoyó una de sus manos sobre mi muslo, apretando levemente. Eso me causó cosquillas, me separé un poco para sonreír, Gerard sonrió también y apoyó su frente contra la mía.

No podía creen lo que estaba pasando, ya me había preparado para recibir una mala noticia o alguna razón por la cuál no deberíamos seguir hablando.

Mientras lo miraba a los ojos sentía la química entre nosotros, como si habláramos hace años. Si bien nos conocíamos desde la secundaria, habían pasado dos años en los que no nos vimos. Desde mis ojos fue como un reencuentro esperado, tal vez para él no era así, pero no podía mentirme sobre lo cómodos que estábamos, podía notarlo.

Ignoré la existencia de Lindsey, Gerard en ese momento estaba conmigo, eso era lo único que me importaba.

—¿Vamos?—El pelirrojo se levantó del banco y yo lo seguí, en una de mis manos llevaba una carpeta con mis trabajos, no cabía en la mochila y debía llevarla obligadamente. En la otra traía uno de mis abrigos, me lo había quitado por el calor que había tenido en el sol. Deseaba tomar su mano, así que me las ingenié para sostener mis cosas sólo con uno de mis brazos, Gerard me miraba extrañado.—¿Necesitas ayuda?.

—No...bueno, sí—Me reí un poco y le tendí mi abrigo, él lo colgó en su brazo y seguimos caminando. No me animé a tomarlo de la mano inmediatamente. Caminamos hacia la salida pero eso significaba que nos separaríamos y no quería eso, así que me frené de golpe.—Creo que olvidé mi bufanda.

—¿En dónde?—Debía pensar en algún salón extremadamente alejado.

—En la sala de...computación—Tan sólo había estado una vez allí, pero estaba bastante alejado. Esperaba que no sonara sospechoso.

—¿Estuvieron ahí hoy?—Asentí.—¿Estas seguro?—Comenzaba a pensar que esa sala había desaparecido o algo así y yo estaba quedando como idiota.—Yo escuché que estaban remodelandola.

Entré en pánico, tenía tanta mala suerte que justo había mencionado ese salón.

—Entonces, entonces...no sé—Era imposible que mi cerebro formule otra mentira en tan poco tiempo, mucho menos si estaba nervioso. Gerard rió un poco.

—¿Queres dar un paseo?—Sentí mis mejillas calientes, ya se había dado cuenta de lo que quería. Murmuré un "si". Dimos media vuelta y nos dirigimos de nuevo hacia el interior de la universidad. Salimos por una de las puertas a los jardines, parecía como si el edificio hubiese sido construído en un parque.

Seguía sin poder tomar su mano, hasta que paramos frente a una estatua y leímos lo que decía la placa bajo sus pies.

Lo miré de reojo mientras leía, su nariz era muy bonita. Me acerqué un poco a él y apoyé mi cabeza en su hombro, rozando nuestras manos.

Gerard movió su mirada hasta mí, por lo que levanté mi rostro, luego entrelazó nuestros dedos y sonreí, él apenas alzó la comisura de sus labios.

Continuamos caminando, esta vez tomados por las manos. Ese momento era demasiado perfecto, sentía como si hubiera una nube debajo de nosotros y nada más importara. Ni su relación, ni el tiempo de conocernos y mucho menos el resto de personas.

Pasamos por una especie de callejón que se formaba entre dos de los edificios, ahí no había ni un alma. Gerard se giró sobre sus talones y me besó nuevamente. Quise separarme después de unos segundos, pero él buscaba mis labios de nuevo.

—Gerard—Él musitó un sonido para hacerme entender que me estaba escuchando.—No me gusta este lugar—Había entendido perfectamente por qué me había llevado hasta allí, pero no deseaba nada por el estilo en ese momento.

El pelirrojo asintió y disminuyó la fuerza con la que sontenía mi cintura, tardamos un rato más en lo que seguía dándome pequeños besos rápidos. Al final salimos y continuamos andando por el lugar.

Pasamos frente a una de las aulas. La puerta corrediza se abrió inesperadamente, de ella sólo salió un jóven mirando hacia el suelo que ni siquiera puso un mínimo de atención en nosotros, pero yo me asusté. mi cuerpo se sacudió nerviosamente al escuchar el sonido de la puerta abriendose. Solté la mano de Gerard, él estaba confundido por mi reacción.

—¿Te asustas facilmente?—Se burló de mí, pero yo estaba nervioso de verdad.

—Es que...Lindsey—Él borró su sonrisa inmediatamente y miró hacia otro lugar. Supe que no debería haber dicho eso.

—No seas paranoico, no va a aparecer de la nada—Intentó sonar tranquilo, pero me dí cuenta de que después de haberla mencionado, se veía distraído.

—Está bien—Gerard había puesto las manos en sus bolsillos, me hizo sentir triste que hiciera eso, así que simplemente caminé a su lado en silencio.—Perdón, no quise molestarte.

—No me hiciste molestar—Me ofreció su mano nuevamente y yo la tomé. Ambos sonreímos, luego nos dimos un beso y continuamos caminando.

* * *

Una mierda esta historia lpm
Frank ve a Gerard: 😍😘❤ cuando en realidad la situación es: 💔👎😢 y eso quería mostrar en este capítulo.

Y Gerard es buena persona, se los juro.

Feliz día del amigooOo, los tkm bebés ❤❤ en realidad ya pasaron las doce así que ya no es pero bueno.

I don't care. [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora