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Gerard.

—¿Y qué te gustaría hacer?—Preguntó através de la línea telefónica.—A mí me gustaría que pasemos la tarde juntos, podríamos ir al cine, aunque voy a tener que pedir el día libre, la última vez falté si avisar.

—Está bien Frankie, podemos ir a donde quieras. Tenemos todo el tiempo—Estabamos planeando a dónde ir porque el día siguiente lo pasaríamos juntos, tuve que decirle a Lindsey que iba a quedarme con Bert para hacer un proyecto en grupo. Aunque mi amigo se molestó por obligarlo a mentir, luego le pediría disculpas, seguramente me entendería.

—Claro, ¿estas seguro de que Lindsey se va con sus padres?.

—Por supuesto cariño, no te preocupes—Tambien le había mentido un poco a él para que no se sintiera mal. Continuamos hablando algunas cosas sobre la universidad.

—¿Gerard?—Me asusté y casi se cae mi celular de las manos por la sorpresa. Lyn-Z estaba parada detrás de mí con los brazos cruzados, por un momento pensé que había escuchado todo.—¿No ibas a la tienda?.

—Sí—Sólo asentí confundido.—Hablaba con Bert.

—Okay—Me observó un momento más y luego volvió dentro de la casa, aunque había estado varios pasos fuera de la entrada me había visto. Continué mi camino hacia la tienda de una manera nerviosa, cada vez se estaban volviendo más tensas las situaciones.

Lindsey estaba mágicamente muy interesada por mi celular. Unos días atrás la había encontrado intentando desbloquearlo mientras volvía de ducharme. Iba a resultarme muy doloroso tener que discutir por eso, cuando realmente tenía toda la razón. Así que decidí ignorarla cuando soltó el celular sobre la cama fingiendo que no había estado haciendo nada.

Volviendo a casa nuevamente, Bandit me recibió tironeando de mi pantalón, reclamando los dulces que me había pedido. Yo saqué de mi bolsillo los caramelos para dejarlos en su pequeña mano.

Llegué hasta la cocina para encontrar a Lindsey preparando pizza, clavando el cuchilllo en los ingredientes como si fuera su peor enemigo.

—¿Qué te hizo ese pobre queso para que lo trates así?—Cuestioné con gracia, intentando hacerla reir o al menos algún gesto parecido. Pero no respondió nada, sólo se mantuvo en silencio, sin ninguna expresión.—¿Te pasa algo?.

Ella levantó sus hombros, dando a entender que no lo sabía, estaba enojada, era bastante obvio. La observé intentando que diera algún tipo de respuesta verbal, pero no lo hizo.

Suspiré, concentrando mi atención en Bandit, que se encontraba sentada sobre una alfombra en el suelo. Intentaba quitarle el envoltorio a uno de sus caramelos, pero no podía.

—Papi—Mencionó haciendo pucheros y estirando su mano con el dulce hacia a mí, yo lo recibí y saqué el envoltorio que tanto había estresado a Bandit.

Apenas volvió a sus pequeñas manos fue llevado a su boca, mientras masticaba jugaba con unos trenes de plástico. Volví mi mirada hacia la pelinegra, ella estaba sonriendo, observando los movimientos de nuestra hija.

—¿Mañana vas a estar con Bert verdad?—Respondí sólo con un asentimiento de cabeza.—¿Por qué no llevas a Bandit?.

—Voy a estar ocupado.

—Ella es muy tranquila, no va a molestarte—Sabía que Lindsey estaba haciendo eso apropósito, para saber si realmente estaría con Robert.

Suspiré, simplemente debía negarme, pero me pediría explicaciones y sentía que ya le había mentido suficiente. Hacía varios días me prometía a mí mismo que diría la verdad al día siguiente, pero nunca lo lograba.

—No puedo llevarla Lyn-Z.

—¿Por qué?

—Ya te lo dije, voy a estar ocupado, necesito concentrarme—Entrecerró sus ojos y soltó las cosas que sostenía de un golpe sobre la mesa.

—¿Concentrarte en qué?, ¿¡creés que soy estúpida!?—Bandit alzó su cabeza al escuchar el tono de su madre elevandose.—Sos tan evidente.

—No sé a que te estas refiriendo—Fingí no saberlo, era obvio que había sacado conclusiones sobre mi comportamiento el último tiempo.

—Parece que ni siquiera estuvieras presente, siempre estas distraído, te encuentro haciendo llamadas secretas y le pusiste contraseña a tu celular. Todo eso significa algo Gerard, quiero saber qué es—Chasqué la lengua, me había sentido terriblemente mal al escuchar su voz quebrarse.—¿Hay algo que quieras decirme?.

Intenté negar, pero no podía. Ya no tenía la fuerza para mentirle. Pero tampoco mi cerebro me ayudaba a responder afirmativamente, tenía miedo de hablar con ella y conocer su reacción.

—Lindsey—Mencioné su nombre, me costó demasiado decir algo tan fácil como eso, no me imaginaba lo que se avecinaba.—Creo que no nos estamos llevando muy bien—No sabía cómo decirlo, de ninguna manera sonaba mejor.

—¿Qué?—Centró toda su atención en mí.—¿"Estamos"?, vos sos el único que demuestra eso. No quiero pensar que estas con otra persona, Gerard. Sabes que te tengo confianza—No respondí nada, planeaba decírselo, no tenía que distraerme. Me puse de pie y caminé para estar frente a ella, antes de que pudiera hacer nada para evitarlo ella dejó un beso en mis labios. Intenté corresponderla, pero no podía, ya ni siquiera podía estar junto a ella sin sentirme una persona horrible.—¿Qué pasa, Gee?—Apoyó sus manos sobre mis hombros.—Podemos hablar, no voy a ser mala con vos.

—Me gusta otra persona—Mi voz fue más alta de lo que esperaba, lo contrario al tono de Lindsey, que se había suavizado. Tampoco esperaba decir eso, pero era lo único que pude formular. En parte era cierto. Lamentaba tanto el hecho de que yo sí estaba siendo malo con ella.

Oh—Pude ver la tristeza en la mirada de la pelinegra, aunque podría ser decepción. Ella simplemente se alejó de mí, y lentamente se dirigió hacia nuestra habitación. Nunca se había sentido tan fría la casa como esa noche.

I don't care. [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora