Él.
Un famoso acostumbrado a tenerlo todo, vocalista de la banda Motionless In White, acostumbrado a los excesos y sobre todo a tener a cuanta mujer quisiera.
Ella.
Una estilista sin reconocimiento que trabaja para la famosa banda Black Veil Brides...
No he visto a Alexia hace un par de días desde que se rompió la nariz. O más bien... se la rompimos.
Había dejado licencia y yo mismo le dije a la discográfica y a los chicos que no buscaremos a otra estilista. Que no reemplazaríamos a Alexia como lo hacíamos con toda mujer que se unía a la banda por una semana o dos, el tiempo que estaban a prueba.
Se suponía que hoy terminaba su licencia y debía estar llegando. Mi estómago estaba hecho un nudo pero igual necesitaba verla, había mucho que decir.
—Hola chicos —escuché su voz entrar a la habitación. Jake y CC gritaron.
—¡ALESHIA! —se acercaron corriendo y la abrazaron.
—Si, yo también los extrañé —dijo devolviéndoles el abrazo y acto seguido los golpeó en la frente.
—¿Pero que...
—Es Alexia no Aleshia, comprendanlo de una puta vez —los miró mal y después se acercó a mi.
—Te extrañé, nena —murmuré en su oído cuando me tocó abrazarla.
—Y yo a ti, Didi —respondió haciéndome sonreír, ella me puso ese ridículo sobrenombre.
—Chicos hoy vienen los integrantes de MIW y quiero que se comporten —avisó Matt mirándola—. Me alegra que vuelvas Alexia
Le sonrío y asintió con la cabeza. Le hizo el mismo gesto y se marchó.
Evitaré ver al idiota de Chris para no querer romperle la cara...
[...]
—Hola chicos —saludó Ghost y todos giramos.
—Hola —saludaron de vuelta todos, excepto yo.
—¿Quién mierda se robó mis papitas, Jake? —preguntó Alexia haciéndose presente y se ruborizó cuando vio a los otros—. Oh... Hola —sonrió de lado. Observé que Chris empujó a todos para poder acercarse a ella sin nada de discreción.
—¿Como sigues? —preguntó y la tomó del rostro para "examinarla", pero eso para mí, poco le importaba. Le faltaba el puro beso.
—Mejor —respondió extrañada.
—Diablos, eso es genial —sonrió. Puse mala cara.
—Nena, ¿me peinas? —pregunté para alejarla de él, pero ambos se voltearon a mirarme.
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—Claro Didi.
Maldita sea ese imbécil escuchó mi sobrenombre y ahora me molestará igual que un bravucón estúpido en la secundaria.
—¿Eres la estilista? —preguntó Chris. Ella asintió.
—Desde hace 6 años que es nuestra —añadió Jake. Yo levanté los brazos y la abracé, él solo me miró mal.
