Él.
Un famoso acostumbrado a tenerlo todo, vocalista de la banda Motionless In White, acostumbrado a los excesos y sobre todo a tener a cuanta mujer quisiera.
Ella.
Una estilista sin reconocimiento que trabaja para la famosa banda Black Veil Brides...
Estamos en Los Angeles esperando a que la otra banda apareciera, nos mencionaron que harían una "colaboración", pero yo no tenía ni la más mínima idea de quiénes se trataba.
—Andy, ¿te dijeron el nombre de la banda? —pregunté arreglando su cabello.
—No nena, me dijo Matt que era sorpresa —levantó la vista de su teléfono para contestarme y después, sonreirme.
—¿Quienes serán? —pregunté en voz baja, más para mí misma.
—Ni idea, nena —respondió y volvió a su teléfono. Me había escuchado.
Se preguntarán: ¿Porque demonios me llama nena?
Bueno, la historia se remonta hace seis años atrás, donde yo estaba iniciando en el mundo de la peluquería. Desde muy pequeña peinaba a mis muñecas y fingía que mi cuarto era un salón de belleza donde todas los muñecos me buscaban por mi talento, desde las peponas hasta las barbies. Me divertía pasar el tiempo en mi cuarto, claro que... esas muñecas no eran hermosas como toda niña las cuidaba, no, las mías eran un tanto... "especiales"; las vestía con ropa negra, un estilo gótico y las maquillaba como Marilyn Manson.
Con los años crecí y me propuse ser la estilista de los músicos de rock, sobretodo de los músicos del estilo Hardcore o Post-Hardcore. De la música que me hacía sentir identificada.
A los dos años de llevar trabajando en un local de pésima paga, pero buena reputación, me llegó un correo diciendo que la banda Black Veil Brides quería trabajar conmigo. No entendía porque, hasta que una de las compañeras que tenía me confesó que le había enviado un correo con varios videos adjuntos de cómo trabajaba. Le pregunté porque lo había hecho y lo único que se limitó a decir fue: "no quería seguir trabajando contigo".
Que cosas, ¿no?
Años después la banda decidió que me dejarían como su estilista personal y aquí estoy... siendo parte de la familia. Soy muy amiga de todos.
Muchas personas creen que solo trabajo aquí por fama, por el dinero que ellos tienen, porque quiero ser la "grupie". ¿Y no qué ese término se había dejado de usar en los 90?
Bueno, no es así. En realidad les he agarrado cariño a cada uno de ellos, estoy tan acostumbrada a verlos que cuando hacen fiestas y los tengo lejos, me siento extraña.
Son como niños pequeños, esa es la verdad.
—¿Alezia mi maquillaje está bien? —preguntó Jake.
—Por milésima vez, es Alexia no Alezia —respondí molesta—. Hall se esforzó por ponerme ese maldito nombre nueve meses como para que tú vengas y me digas cómo te plazca —intenté ponerlo en su lugar pero sólo sonrió. Negué rodando los ojos y le respondí a la pregunta:— Si, está bien tu maquillaje.
Él se retiró. Ví el reflejo de Andy sonriendo.
—Lo hace a propósito —murmuró.
—Lo sé, pero aún así le patearé las pelotas —amenacé y él soltó una carcajada.
—Lamentamos la tardanza —escuché una voz y miré por el espejo. Ahí parado se encontraba un chico que se notaba bastante incómodo y ví a Andy sonreír con molestia.
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