Buenos Momentos (GO Drabbles)

¿Dieta?

-¿Qué pasa, ángel? ¿No está rico el filete que te preparé?- preguntó Crowley al ver que Zira apenas había tocado su almuerzo. El aludido negó con una expresión frágil y aseguró:

-Está delicioso como siempre, Crowley. Es solo que no tengo hambre.

-Mmh... ¿seguro?- no era común que Aziraphale perdiera el apetito, así que lo miró con insistencia hasta que el ángel se quebró. Zira era incapaz de ocultarle cosas, y con una mirada avergonzada que clavó en el infinito murmuró:

-Voy a empezar a hacer dieta, así que ya no puedo comer estas cosas.

-¿Dieta?- repitió como si fuera lo más absurdo del mundo.- ¿Y para qué?

-Tengo que perder peso- murmuró aún más bajo. Crowley entrecerró los ojos.

-¿No habrás estado hablando con ese idiota de Gabriel otra vez, no?- ante el mayor sonrojo de Zira supo que así era, y descargó un golpe en la mesa que hizo saltar los cubiertos.- ¡Lo sabía! Sabía que una idea tan loca no podía haber venido de tu cabeza. 

-Pero Gabriel tiene razón, no puedo ser un buen ángel si peco de gula... debo cuidar del templo que es mi cuerpo.

-¡Que gula ni que narices! No hay nada de malo en tu cuerpo, no dejes que ese remilgado de Gabriel te llene la cabeza- aconsejó Crowley indignado, tomando asiento al lado suyo para confortarlo con un abrazo.

-¿Tú no crees que esté gordo?- preguntó con timidez y sin animarse a mirarlo a los ojos, hasta que Crowley lo tomó por el mentón y le dio una de sus sonrisas más seductoras.

-Quizás un poco. ¿Y qué? No necesitas tener un cuerpo perfecto, es más, no dejaré que lo tengas. Eres un rollito de canela tierno, MI rollito de canela. Así como eres me fascinas, no quiero que cambies solo porque otros te critiquen.

Aziraphale aceptó el abrazo y de repente se sintió mejor, lo bastante como para susurrar:-Gracias por ser sincero, Crowley. No sé que haría si no te tuviera para cuidarme.

-Alguna dieta ridícula- se mofó divertido.-Anda, deja que te sirva más salsa y come todo lo que quieras. De Gabriel ya me encargaré yo más tarde.