Nos volveremos a ver ¿Cierto?

"Miedo de estar solo otra vez"

Se dirigieron al baño. Al llegar Sora se saco toda la ropa y Riku al verlo hacerlo rápidamente lo tapo con una toalla, imito el acto del otro  y se tapo a sí mismo.

- Que es esto?

- Sora no lo voltees 

- ¡¡A!! ¡Frío!

- Te dije que no lo hicieras.

- Perdón, jeje- Se disculpo con una sonrisa.

Riku dejo la ropa sucia de ambos en una canasta, para luego limpiarla. Lleno la bañera de agua tibia y se metió en ella sacando se la toalla, dejando la en otro lugar. El castaño imitó al albino y este empezó a lavar el pelo del otro.

- Queda te quieto ¿Si?

- Pero es divertido jugar con el agua.

- Lo se, pero no me dejas bañarte.

- Perdón.

...

Solo se podía escuchar el ruido del agua, el ambiente era tranquilo y cálido. Para haberse conocido hace unas horas, ambos niños se comportaban como si se conocieran de toda la vida, lo cual era bueno, al menos para el mayor ya que solo tenia un amigo sin contar al pequeño.

- Ya termine, pontela- Le entrego la toalla que antes el menor uso y se puso la suya para salir de aquel liquido transparente.- Espera aquí, iré a buscar ropa.

El pequeño se quedo solo sin saber que hacer. Jugaba con sus pies, con sus puntiagudos mechones de pelo esperando a su contrario. Se estaba desesperando, Riku se tardaba demasiado, o bueno al menos para Sora, no le gustaba estar solo.  

- Ya regrese, no podía encontrar ropa de tu talla pero toma, puede que te entre... ¿Que te paso?- El oji-azul parecía estar al borde de llorar, sus ojos estaban cristalinos y le estaban empezaban a caer los mocos.

- T-tenía m-miedo.

- De que?

- M-miedo de estar solo otra vez.

- Ya te dije que no lo estarías, aparte, si no estoy yo, no estarías solo, siempre debe de haber alguien contigo.

- E-en serio?

- Pues claro, para que mentiría.

- Tienes razón.

- Ven te ayudo a vestirte.- Sora se acerco a Riku y el lo vistió con una remera manga corta color blanca y azul por las zonas que hay orificios, un short rojo y unas sandalias. El albino ya se había cambiado.

- Cariño, ya llegue!- Dijo una mujer desde la entrada de la casa.

- Esa debe de ser mi mama.

El mayor de los dos niños salio de la habitación siendo perseguido por el otro.

- Como te fue en el cole?

- B-bien?

- Trajiste un amiguito a casa.

- Hola, soy Sora.- Dijo con una gran y brillante sonrisa.

- Soy la madre de Riku.