Nos volveremos a ver ¿Cierto?

"Estoy bien"

Ya habían pasado un tiempo hablando, y era hora de regresar al castillo. Se despidieron y se fueron de allí.

- Tengo sueño. - Se quejo el castaño.

- Aguanta un poco más, ya casi llegamos.

- Intentare. – Dijo caminando torpemente, tropezando con una piedra. - ¡Au! – Grito al caer. Se había lastimado la pierna, causándole dolor al moverla.

- ¿Estas bien? ¿Puedes caminar?

- Estoy bien, no te preocupes.

- ¿Seguro?

- Si- Sonrió.

- Te ayudo a levantarte. - Dijo agarrándole del brazo, para levantarlo.

- Gracias. – Agradeció. Apoyo un pie en el piso y otra vez se calló, solo que esta vez Riku pudo atraparlo a tiempo.

- Ven, súbete- Dijo agachándose, para que el otro se subiera en su espalda.

- Estas seguro?

- Claro, por algo te lo digo.

- E-esta bien- Se subió sonrojado. Su corazón otra vez latía rápidamente, y este no sabía por qué. Su mente estaba confundida, nunca había sentido eso, solo con él.

. . .

Llegaron al palacio y el albino empezó a desinfectar la herida.

- Au! – Se quejaba, moviendo desesperadamente las piernas.

- Ten cuidado, casi me das en la cara.

- Lo siento, pero es que arde.

- Sigues siendo un niño.

- Oye!!

- Uy, los novios están peleando. – Dijo una voz mas grave que la de Sora.

- Cállate Vanitas!!- Grito avergonzado- ¿Porque siempre molestas?

- Porque es divertido molestarte.

- Tonto. - Dijo enojado

- Estúpido.

- Dejen de pelear, parecen niños.

- Y tu nuestra madre.

- Vanitas!!- Grito Ventus que recién había pasado por la puerta. – No seas maleducado, ve y discúlpate- Sermoneo al azabache.

- Ahora tu pareces mi madre.

- Que bueno, porque ella es una muy buena persona y muy agradable.

- Lo dices por que es tu mejor amiga al igual a Tierra.

- Es Terra.

- Si, si, lo que sea.

- Muy bien, ahora si que te voy a castigar. – Dijo llevándose a Vanitas de la habitación.

- No quiero saber cómo lo va castigar. - Menciono Sora 

- Yo menos.