"Estaba pensando en irme de aquí"

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El día de hoy el reino estaba muy ruidoso y escandaloso, los guardias estaban yendo de aquí para allá por alguna razón. Riku no se encontraba como ellos, sino que más tranquilo pero molesto. Cuando despertó vio una de las mascotas reales, para ser exactos era el pequeño ratón blanco y negro, este tenía algo atado alrededor de su cuerpo, era una carta. El albino la abrió y la leyó...

"Buenos días Riku, ¿o buenas tardes debería decir...? Bueno eso no importa. Si has visto que desaparecí, no te preocupes, no me secuestraron ni nada parecido,  simplemente salí a entrenar un poco, obviamente junto a Donald y Goofy. Tal vez regrese un poco tarde, te aviso a ti porque no quiero que te preocupes

Firmado por: Tu amado Sora❤"

Decía la nota, y en la firma había un pequeño dibujo del castaño haciendo con la mano el signo del amor y paz.

- Este idiota ¿Qué tan lejos se pudo ir? - dijo quejándose el joven guardia. El ratoncito que se encontraba aún con él, se le acercó moviendo su nariz un poquito, de arriba a abajo. - ¿Acaso tu sabes algo? - el pequeño animal asintió con la cabeza y empezó a caminar hacia algún lugar. Paso por la puerta del cuarto del chico y luego por la salida de las habitaciones de los guardias, después lo dirigió por los jardines, pero mucho más profundo de lo que nunca había ido. 

- ¿Estás seguro de que es por aquí? - pregunto y el animal asintió otra vez. 

Más allá de los bellos y gigantes jardines se encontraba un gran bosque, si cruzabas este llegarías a varias rutas o, bueno, mejor dicho caminos por donde puedes llegar a varios pueblos no muy grandes, uno de estos era de donde provenía Riku. El lugar no parecía muy peligroso, pero si parecía ser muy fácil de perderse, más si eres un niño. 

El ratón empezó a treparse por el albino y se quedó en sus manos, para no perderse por donde iba. Él señalaba por donde ir y el joven seguía sus indicaciones, hasta que de repente aparecieron algunos Heartless. Las manos de Riku esplendieron una gran luz, ahora el pequeño ratón no era pequeño, sino como en sus películas. 

- ¡Riku, ayúdame a acabarlos! - grito Mickey. El joven humano ya no se sorprendía tanto luego de ver un oso hablando, lo único que le llegó a sorprender es que se haya transformado de un diminuto ratón, a un ratón que le llegara casi a su cintura. 

Obviamente Riku ayudó al animal, sacó su keyblade y empezó a atacarlos, uno por uno, o sino, con ataques conjuntos. En un pestañear de ojos ya estaban todos los enemigos eliminados, habían varios pero no los suficientes para derrotar a este bello dúo de animal y humano, ¿o debería decir animal y animal? 

- Eres bueno en esto, Riku - halago el ratón -.

- He practicado lo suficiente para esto. Sigamos buscando.

Luego de caminar sin rumbo alguno, seguían sin encontrar  a Sora. Pelearon con muchos enemigos, hablaron de lo suyo, pero no habían rastro alguno del castaño. Hasta que se escucharon gritos, eran sonidos agudos, como si estuvieran murmurando hechizos, solo que a gritos. Obviamente Riku y Mickey no dudaron en ir a investigar y fueron corriendo hacia el lugar de su procedencia.

 Fuego! - gritó alguien -.

- ¡Sora! - dijo el albino al ver al joven príncipe atacando a unos Heartless -.

- ¿Eh? ¿Riku? - volteo la cabeza y el recién mencionado junto al ratón estaban siendo rodeados de enemigos - ¡Cuidado! - gritó y tiró un hechizo para eliminar a los malvados -.

- Gracias, nos salvaste - agradeció Mickey -.

- Jeje. No siempre voy a ser yo el damiselo en peligro - alardeo sonriendo mientras ponía sus manos en su nuca-.

- Gracias, mi príncipe azul - dijo Riku haciendo una reverencia con una mano en la espalda, y otra en el pecho mientras miraba al castaño -.

- Oh~ De nada, mi querido guardia - se rió al terminar de decir eso -.

- Ahora que te encontramos regresamos al palacio. Sabes muy bien que no tienes que salir de casa sin antes avisar y si vas a usar de excusa que dejaste una carta, no cuenta.

 Sora hizo un puchero para no volver a casa e intentó convencer Riku para evitarlo, pero la belleza y ternura del oji-azul no hicieron efecto en él. Como el príncipe se resistía el otro chico tuvo que cargarlo hasta el castillo. Cuando llegaron le dieron una lección al pequeño niño.

Varios días después

- Ah~ - suspiro Sora -.

- ¿Qué te pasa? - pregunto Roxas que había ido a visitar al castaño -.

- Estoy cansado de estar todo el tiempo en el palacio sin poder tener aventuras ni nada.

- Entonces vete.

- ¿Eh? Pero no puedo irme solo, nunca me permitirían.

- Dile a tu novio, seguro ira. 

- Tienes Razón, iré a preguntarle ¡Gracias por tus consejos, Roxas! - dijo y corrió hacia Riku -.

Luego de una no muy difícil búsqueda, encontró a quien quería encontrar.

- ¡Riku! Tengo algo que decirte.

- Mm? ¿Qué es? 

- B-bueno... tal vez ya te hayas dado cuenta de que me he aburrido de estar en el palacio. Estaba pensando en irme de aquí por aventuras o tener una vida como tendría cualquier persona normal y...me estaba preguntando si quisieras acompañarme en esto - pregunto dudoso-.

- ¿Es esto una propuesta de matrimonio?

- Eh? Amm~ ¿Tal vez? - dijo sonriendo-.

- Entonces acepto, no tengo ningún problema con irme de aquí contigo.

- ¡¿En serio?! - una gran sonrisa se dibujó en su cara, estaba muy feliz - ¡Gracias! - dijo y abrazó a Riku muy enérgicamente. 

Al cabo de unos días ya tenían todo planificado, tenían todas las cosas que se llevarían, ya tenían una idea de lo que iban a hacer y ya sabían en dónde se iban a quedar. Obviamente se llevaron a las mascotas reales, osea Mickey, Donald y Goofy, que estuvieron con Sora desde que era pequeño. Los gatitos que habían adoptado se los regalaron a Ven y Vanitas. Antes de irse, obviamente se despidieron de todos para que no piensen que desaparecieron de la faz de la tierra.

Años pasaron y ambos jóvenes tuvieron grandes aventuras, de vez en cuando Kairi iba a visitarlos y acompañarlos. Namine se había convertido en artista y había empezado a salir con Xion, también se convirtió en reina ya que Roxas se fue con Axel a Twilight Town. Sorprendentemente Vanitas no causó ningún caos en el reino gracias a que esta Ventus, sino ya todo estaría en llamas, caos y destrucción.

F I N

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Luego de mil años decidí terminar este fanfic, 

muchas gracias a los que perdieron el tiempo leyendo esta cosa  sin sentido.



Nos volveremos a ver ¿Cierto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora