"Te amo, Vanitas"

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Días, semanas pasaron y ya había llegado la fecha más esperada por el pequeño y bello Ven. Veía cómo la gente estaba decorando por dentro y por fuera de un gran lugar lleno de ventanas que exhiben el gran y hermoso jardín de rosas rojas, blancas y demás colores.

El día de hoy está dedicado a los jóvenes prometidos, Ventus y Vanitas. Este día era la boda. El rubio se estaba probando su vestimenta para este acontecimiento, para ver que le seguía quedando. Las sirvientas del castillo del ojiazul le estaban ayudando.

- ¿Qué tal estás qu- Wow, no creí que te quedaría tan bien - dijo Roxas una vez había pasado por la puerta de la habitación-.

- Viste. Te dije que en mí quedaría bien y obviamente en tí también - decía con una cara un tanto coqueta-.

- Buaj, nunca me podría poner eso.

- Eh~ ¿Ni siquiera cuando te cases con tu Axel?

- Tampoco me lo pondría.

- ¡Hola chic- ¡Woa! ¿Qué tienes puesto, Ven? - preguntó un tanto atontado Sora-.

- Es un vestido, como puedes ver. A que me queda bien, ¿verdad? - preguntaba cómo un niño-.

- Sí, sí - dijo asintiendo con el pulgar levantado - pero, ¿cómo fue que te pusiste esto?

- Oh, solo pensé que Vanitas no iba a querer ponérselo, entonces me lo puse yo. Es el que mi madre utilizo y no quería que hagan uno nuevo nuevo, aunque solo lo ajuste un poco la medida.

- Creo que quisiste decir un poco mucho. Nuestra madre no es tan baja como tú y yo - dijo el rubio-.

- Tienes razón - decía rascándose la cabeza-. 

- Bueno, te vemos en un tiempo - dijo Sora yéndose con Roxas mientras se despedia con la mano izquierda-.

Al pasar un tiempo, se veía como la gente del pueblo y de otros reinos se sentaban en las bancas que habían preparado para la boda, la zona ya estaba repleta y por suerte el lugar que eligieron tenía una gran puerta (del tamaño de un portón grande) que conectaba con el exterior. 

La música del piano empezaba a sonar y el ruido de las voces de la gente se silenció totalmente dirigiendo toda su atención a Ventus que estaba entrando junto a su padre. Lentamente se acercaban al oji-amarillo que esperaba en el arco. Cuando llegó la persona que los casaba hizo su discurso y por fin se pusieron los anillos que unos niños trajeron.

- Ya se pueden besar - dijo la persona "X" y Ven se lanzó a Vanitas y se besaron apasionadamente-.

- Te amo, Vanitas - dijo con una gran sonrisa haciendo sonrojar al tsundere del moreno-.

Obviamente luego de toda esa boda hubo una fiesta, donde hubo mucho alcohol y todos los adultos excepto Vanitas se emborracharon. Al final de la fiesta los ahora esposos se fueron de luna de miel, y... bueno, ya se imaginaran que paso.


Nos volveremos a ver ¿Cierto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora