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- ¿Cómo está Hoseok, cariño? – preguntó la señora Kim con un tono preocupado desde el otro lado de la llamada. Taehyung suspiró.

Después de la boda, el señor Kim tuvo que salir de viaje por negocios y como era costumbre en los últimos años, la señora Kim lo acompañaba. Se enteraron de la noticia de Dongyul después de salir de una junta con sus socios en Canadá.

La madre de Taehyung tuvo que sentarse inmediatamente debido a la impresión y su esposo entró en un pequeño estado de shock. Además de socio, Dongyul era su amigo de hace años, la noticia les dio duro a ambos.

- Ahí le va, mamá. – le contestó Taehyung mientras le hacía un té a su esposo.

Hoseok se encontraba en la habitación que compartía con Taehyung, acostado debajo de las sábanas mientras trataba de contener los sollozos que amenazaban con salir desde lo más profundo de su ser.

¿Por qué, papá? ¿Por qué ahora?

La cabeza de Hoseok estaba llena de preguntas y su lobo se encontraba inquieto. Gimiendo de dolor y agonía.

- Ay, mi amor. Tu papá y yo saldremos en el siguiente vuelo a Corea. Nos hubiese gustado salir más temprano, pero ese era el único vuelo que había disponible. – explicó la omega.

- No te preocupes, mamá. Yo entiendo, solo... solo necesito que llegues y me digas que puedo hacer yo por Hoseok. – dijo Taehyung, sintiendo como un taco se le formaba en la garganta.

- Hijo, eres su alfa. Su alma gemela. Eres su antídoto a todo mal, mi vida. – le dijo la omega.

La mujer estaba ansiosa por llegar y abrazar a su bebé. Taehyung podía parecer un temible alfa por fuera, pero por dentro era un cachorro el cual necesitaba ser abrazado y mimado.

Lo sé porque lo tuve 9 meses haciendo de las suyas en mi vientre. Todo un futbolista.

- No sé cómo hacerlo, mamá. Tengo miedo... Encontrarlo en el estado que lo hice, me rompió el alma. Fue como si mi alma se rompiese también. – al alfa se le escaparon unas cuantas lágrimas. – No aguanto verlo así, mamá. – Taehyung sollozó. – Lo único que quiero hacer es verlo bien. Sonriendo y riendo como siempre hacía.

Mi pobre Taehyungie.

- No dudes de tus dotes como alfa. Hoseok es el amor de tu vida y tú eres el de él. Esto escrito en el libro de la vida y ustedes lo saben. – le dijo la omega con esa voz dulce que la caracterizaba. – Hoseok se va a poner mejor, pero con tu amor y tu apoyo incondicional.

- G-gracias, mami. – dijo con una voz fañosa, casi casi infantil, a lo que la omega rio.

- De nada, cariño. Sabes que te amo con la vida. – dijo la mujer. – Tendré que dejarte, Taehyungie. Si no alcanzo a tu padre, se pondrá a pelear con la pobre muchacha de recepción porque nuestro auto no llega. – Taehyung y ella rieron. – Te llamaré cuando llegue a Corea, te amo.

- Yo también, mamá. Dale un beso a papá, los amo.

Después de despedirse de su madre, Taehyung sirvió el té en una taza para así poder subir hacia la habitación.

Tu puedes, Taehyung.

- Amor. – Taehyung llamó mientras tocaba la puerta. Al no recibir respuesta, entró y se encontró a Hoseok siendo arropado por las sabanas mientras permanecía como una bolita debajo de ellas.

El alfa suspiro y con cuidado dejó la taza en la mesita de noche junto con su celular, para así subirse a la cama junto a su omega.

- Amorcito, Hoseok. – le llamó Taehyung mientras alzaba las sábanas y se metía debajo de ellas.

#2| 𝓼𝓮𝓻𝓮𝓷𝓭𝓲𝓹𝓲𝓽𝔂 ➷ 𝐲𝐨𝐨𝐧𝐦𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora