#2| 𝓼𝓮𝓻𝓮𝓷𝓭𝓲𝓹𝓲𝓽𝔂 ➷ 𝐲𝐨𝐨𝐧𝐦𝐢𝐧

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《Flashback》

- Avanza, Jiminie. – le dijo un Hoseok a un regordete Jimin, mientras lo agarraba de la mano. – Te quiero presentar a mi hyung, debe estar en casa con Taehyung hyung. – el castañito se emocionó al pensar en cierto chico moreno, amigo de su hermano.

Jimin era el primer amigo que tenía Hoseok en sus siete años de vida. El castaño no entendía por qué, pero siempre que, hacia amigos, a la semana dejaban de jugar con él. Hoseok trataba de que su hermano le hiciera caso, pero lo único que hacía Yoongi, era ignorarlo. Yoongi había pasado de grado, por ende, había pasado a una nueva escuela y por eso Hoseok se sentía más solo que nunca. Hasta que llegó Jimin.

Un chico con mejillas regordetas que no paraba de hablarle y hacerlo reír. Hoseok se sentía feliz al lado de Jimin, el pelinegro no lo había dejado a un lado como sus otros amigos lo habían hecho.

Ambos niños salían de la escuela e iban corriendo hacia la casa de los Jung. Jimin le había pedido permiso a su mamá para que lo dejara jugar en la casa de su mejor amigo y dado a que era un viernes, la señora Park no vio por qué no podía dejar a Jimin jugar con Hoseok.

- ¡No corras, Hobi! Mis piernitas no me dan para seguirte el paso. – le dijo un agitado Jimin. – No corras tanto, Hoseokie. – se quejó de nuevo Jimin, pero Hoseok lo ignoró.

El castañito estaba emocionado por dos cosas:

La primera, era que por fin Jimin iba a probar las deliciosas galletas de coco que hacia su nana Eunji y la segunda, era que Jimin iba a conocer a su hyung. A pesar de que Yoongi no compartiese con Hoseok, eso no significaba que Hoseok le fuese a perder respeto a su hyung. Todo lo que el castañito deseaba, era que Yoongi le hiciese caso y jugase con él.

- ¡Mamá, Nana! ¡Hemos llegado! – gritó Hoseok, mientras ingresaban la casa por la puerta de la cocina.

- ¡Pero que niños más bonitos tenemos aquí! – llegó Sunhee a saludar a su hijo y a su amigo, dándole un abrazo a ambos. – Hola, Jimin. Hoseokie nos ha hablado mucho de ti, cariño. – Sunhee le sonrió dulcemente y Jimin se sonrojó.

- H-hola, señora Sunhee. – hizo una pequeña reverencia y la omega rio encantada.

- Eres una dulzura, corazón. ¿Ya comieron? – ambos niños negaron. – Vayan a sentarse, les serviré un poco de la rica comida que nos hizo Nana. – los dos chicos corrieron a sentarse en las sillas que estaban debajo de la encimera, dándoles altura a los dos para llegar a esta, después que soltaron sus mochilas en el piso.

Sunhee se encargó de recalentar la comida, servirles un poco de jugo y de ponerles en otro plato las deliciosas galletas de coco de Eunji les había preparado. La mujer se sentía emocionada. ¿Cómo no? Era la primera vez que Hoseok estaba entusiasmado con un amigo. El castañito constantemente se había quejado de que sus amigos en la escuela le dejaban de hablar y Sunhee no era tonta. Ella sabía que Yoongi tenía algo que ver en eso, su hijastro era muy macabro con Hoseok y eso a la omega siempre le había preocupado.