JiSung abrió la boca agarrando aire, pues el hombre frente a él era por mucho, el más sexy y caliente que había visto en la vida. Confundido pues no sabía si era que había desarrollado un nuevo fetiche por hombres uniformados o porque estaba un poco enamorado a primera vista de ese bombóm, pero cuando vio la mirada afilada y la mandíbula apretada de aquel hombre, sus rodillas temblaron y su respiración falló, haciéndolo jadear.
—¡Todos firmes para recibir al general Lee!—Vociferó el pelinegro anterior, todos se pusieron rectos, JiSung los siguió tardío. Lee es un buen apellido para gemir.
El general Lee caminó entre todos los reclutas observándolo como si todos fueran unas excelentes carnadas para los lobos, estudiaba los rostros identificando quien iría a lavar los baños y quien se encargaría de cargar un arma.
De pronto su mirada se topó con la de JiSung y oh mierda, JiSung la apartó de inmediato sintiendo sus pantalones apretados y mordió su labio, mirando la nuca del hombre que tenía al frente pensando que era la cosa más interesante en el lugar. Pero entonces cuando el general se acercó, JiSung chupó una respiración, rezando a quien sea que lo escuchara.
—Tu nombre. —Pidió el general con voz neutra.
—J-JiSung, Han JiSung. —Respondió el castaño con la mirada en el piso, incapaz de levantarla y mostrar su rostro magullado. Pero al parecer el general tenía otros planes pues enseguida le quitó la gorra de forma brusca, haciendo que sus cabellos castaños se despeinaran, JiSung apretó sus ojos cerrados.
—Oh, tenemos un abusivo por aquí. —Dijo el general tomando bruscamente el mentón del castaño, JiSung podía sentir todas las miradas sobre ellos y quiso gruñir porque él no era un abusivo, absolutamente nunca en su vida se convertiría en su padre.
—No soy un abusivo. —Replicó él pero el general ni siquiera le prestó atención, lo ignoró y siguió caminando llevándose la gorra con él. Se detuvo al lado de tres personas más, humillándolos y sacando cosas que a él no le parecían correctas.
Al cabo de unos segundos el sexy general se subió a la plataforma y tomó el megáfono.
—Soy el general Lee MinHo. —Habló, observando a su alrededor—Pero pueden decirme su peor pesadilla. —Nadie se inmutó, ni un jadeo, ni una queja, nada. —Están aquí para ser entrenados, amaestrados y disciplinados. La mayoría de ustedes vino aquí por obligación y estoy muy feliz por eso. No voy a tolerar conductas abusivas, quejas ¡Ni mucho menos altanerías de chiquillos mimados! Explicaré algo muy importante... —Hizo una pausa y se bajó de la plataforma dejando el megáfono al hombre anterior, al parecer su voz era lo suficientemente fuerte como para ser escuchada por más de doscientos reclutas.
—Aquí hacemos las cosas un tanto.. ¿Diferentes? Nos dividimos en una especie de jerarquía, los mejores tienen privilegios y los peores umm... No tanto. ¡Se castiga la indisciplina! ¿No están entiendo? Les explico. —Suspiró al ver las caras confundidas.—Aquí entrenamos a hombres con honor, con valentía, que están dispuestos a morir en el campo ¡Que tienen agallas! No a hijos de papá y mamá que disfrutan de golpear a los más débiles. Si alguno de aquí no cumple las ordenes que el oficial al mando o yo les demos, irá a limpiar los baños, se encargará de toda la limpieza e incluso de servir las comidas. —El general hizo una pausa para mirar a todos de nuevo. — Vinieron aquí a volverse hombres, si no les gusta están a tiempo para devolverse a sus casas y ser una vergüenza para sus familias, pero si deciden quedarse, trabajarán y pelearán duro, sin quejas, sin lloriqueos.
Todos se quedaron quietos, esperando alguna orden o señal de que podían moverse. JiSung suspiró rendido, sus piernas entumecidas por tenerlas tan rectas, su estómago gruñendo por la falta de comida.
—Ahora pueden tomarlo como un día de descanso. —Habló de nuevo el general. —Mañana los quiero a todos listos y preparados a las cinco de la mañana ¡Si alguien llega un minuto tarde será castigado!—JiSung casi gimió, él no era para nada una persona mañanera y levantarse a las cinco para ser torturado no era una idea que le apeteciera mucho.
El general dio la señal de que podían descansar y todos se retiraron al comedor, JiSung enojado pensando que debería dar charlas motivacionales. Mirando al suelo en todo momento se sentó en la mesa más alejaba, la que quedaba justo al lado de la puerta de la cocina y era cubierta cuando ésta era abierta. Suspiró desgarrando la bolsa en donde estaban guardados los palillos dispuesto a comer cuando alguien lanzó su bandeja a la mesa sobresaltandolo.
—Oh, lo siento, no quería asustarte. —SeungMin, el chico que se presentó antes sonreía de forma avergonzada y un tierno sonrojo decorada sus mejillitas. —¿Puedo sentarme?
JiSung miró al rededor, había varios hombres sentados en grupo, al parecer él era el único solo, se encogió de hombros y el menudo pelirrojo lo tomó como una aprobación.
—Tú no hablas mucho ¿Cierto?—Han negó. —Descuida, mi mamá dice que hablo hasta por los codos y se compadeció de mis compañeros de cuarto, ella dice que al parecer tengo un trastorno que me impide dejar de hablar y... —JiSung dejó de escucharlo cuando el general entró a la cocina con las manos en los bolsillos del uniforme, sus medallas relucientes brillaban más que las luces del comedor, JiSung suspiró—... Oh, lo siento te estoy hartando, mejor pondré comida en mi boca para mantenerla ocupada. —Dijo SeungMin avergonzado con una sonrisa triste.
JiSung negó. —No, no me molesta.. Es.. A veces es bueno la compañía. —SeungMin lo miró no muy convencido. —Es... Sólo me distraje, lo siento.
—¿De dónde eres?—Preguntó SeungMin ignorando las disculpas como si nada fuera pasado.
—Um, Incheon.
—Yo soy de Seúl ¿Tienes hermanos?—JiSung negó. —Yo sí, tengo una hermana mayor y uno menor.
—¿Puedo hacerte una pregunta. — SeungMin se detuvo y asintió sorbiendo el ramen. —¿Por qué te ves tan... Feliz? Es decir, no me malentiendas pero parece que vinieras de campamento en lugar de a un internado militar o no sé que rayos sea esto.
—Es un entrenamiento militar, Lee MinHo es el general más aclamado, dicen que es el mejor entrenador que la milicia de Corea del Sur puede tener, tiene doce medallas y algunas de ellas entregadas por el mismísimo presidente. —JiSung frunció el ceño, no tenía idea de por qué la conversación giró en torno al general cuando la pregunta que hizo no tenía nada que ver con él. —Algunos vienen aquí por cuenta propia, a otros los obligan, otros vienen a cumplir servicio por ser abusivos o un problema para la ley. —SeungMin lo miró y JiSung esperó ver una mirada acusadora, preparado para reclamar que no era un abusivo lo miró a los ojos.
Pero en esos pequeños ojos no había miradas cargadas de acusación.
Había compasión y tristeza, y JiSung se sintió un poco ahogado por la mirada del joven y caliente por la información del sexy general.
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❝General Lee❞ ➳『•MinSung•』
FanficDonde para JiSung la felicidad es inexistente al convivir con un padre homofóbico quien decide que enviarlo al ejército lo hará aumentar su hombría. Cuando en realidad lo único que hace es caer rendido ante un sexy y molesto general. ❝General Lee...