13: ❝Es como ver a una pantera herida❞

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HyunJin acabó con los reclutas en tiempo record, hoy se sentía especialmente apresurado, además de que no pudo encontrar a SeungMin en todo el día. Entró a las duchas y se refrescó, tanto física como mentalmente, se reprendió por tener miedo a tan alta edad ¿Qué no se cansaba de ser tan cobarde? Ya no era como hacía doce años, ya nadie iba a lastimarlo, ya no le iba a dar el poder a cualquiera de hacerle daño sólo porque si. Suspiró colocando su uniforme azul, sintiéndose ya incómodo de tener que usar todo el tiempo uniforme, extrañaba sus sudaderas y sus jeans.

Caminó hasta su oficina, atento de cualquier movimiento, las guerras a las que había asistido le enseñaron a mantenerlo alerta todo el tiempo.

Entonces, súbitamente se detuvo.

Cuando al pasar por la cocina, vio unos pequeños zapatitos asomándose bajo las mesas, medio sonrió y se acercó.

—¿Qué estás haciendo ahí?— Susurró, cuando se acuclilló a un lado de SeungMin, quien abrazaba sus rodillas con sus brazos.

—Es que mi cuarto está muy solo sin JiSung... —Dijo, y HyunJin lo miró, compadeciéndose, suspiró y sacudió su cabello, no sabiendo que hacer en este tipo de situaciones.

—Él está bien, puedes visitarlo en la enfermería. —Respondió, lo habían trasladado a un cuarto en la enfermería, para mantenerlo más seguro hasta que los superiores firmaran el permiso de JiSung para poder irse a casa.

—No es lo mismo.. —Susurró.

—De acuerdo, sal de ahí. —Pidió el azabache haciendo una señal con su mano, SeungMin lo miró por unos segundos y obedeció, saliendo bajo la mesa de metal de la cocina, se puso frente a HyunJin y éste pudo ver sus ojos llorosos y las bolsas bajo estos, sintió un latido y cuando vio que SeungMin volvería a romperse, lo atrajo a sus brazos en un apretado abrazo.

SeungMin se paralizó, sus manos inertes cerca de la espalda del oficial Hwang, no sabiendo si moverlas o posarlas ahí. Su corazón se estrujó al percibir de nuevo la imagen de JiSung pálido y con ojeras y simplemente las puso en su espalda y apretó la chaqueta de su uniforme, mientras hundía su cara en el hombro ajeno y se dejaba llevar por las lágrimas.

Lloró.

Lloró, porque la vida es muy injusta.

Lloró porque no puede hacer nada.

—Está bien... —Susurró HyunJin, acariciando el cabello rojo de SeungMin y temiendo que los latidos de su corazón sean demasiado ruidosos.

—¿P-por qué?—Solloza SeungMin. —¿Por qué a las personas buenas le pasan cosas malas, oficial Hwang?—Pregunta y HyunJin siente su corazón doler.

—La vida es una fea perra. —Dice y SeungMin suelta una risa agría, por las malas palabras del oficial. 

Pasan algunos minutos en donde HyunJin acaricia la espalda de SeungMin y él sigue sorbiendo su naricita, y luego se separa lentamente, avergonzado, mirando al suelo.

—Lo siento.. Mojé su uniforme. —Dice el pelirrojo con vergüenza, HyunJin mira su hombro y se encoje.

—Está bien, no importa. —Dice y levanta el mentón de SeungMin.

Ambos se miran, con tal intensidad que podrían crear una tormenta.

HyunJin desea besarlo, pero no cree que sea el mejor momento.

—No quiero que muera. —Susurra SeungMin y HyunJin limpia la lágrima solitaria que recorre su nívea mejilla.

—No va a morir. —Dice, y SeungMin lo mira esperanzado. —Voy a ayudarlo.. Lo intentaré ¿Si? Veré que puedo hacer. —Dice y los ojos de SeungMin brillan como dos estrellas brillantes y maldición, HyunJin se siente realmente obligado a ayudarlo, porque adora esa mirada, porque no quiere olvidarla jamás

SeungMin se lanza a los brazos de HyunJin y lo abraza fuerte.

—Gracias... —Susurra y HyunJin le devuelve el abrazo.

Cuando se separan, SeungMin le avisa que irá a ver a JiSung, y se despiden de forma incómoda. HyunJin recupera su teléfono del bolsillo de su chaqueta y marca a un viejo contacto.

—Vaya, vaya, al parecer los muertos si reviven. —Dice la voz tras la línea telefónica.

—Amigo mío, necesito un gran favor..

•••

MinHo entra en silencio a la habitación de la enfermería, es de noche, bastante tarde ya y ni siquiera sabe qué demonios está haciendo ahí a esa hora. Cierra la puerta con cuidado y divisa la figura de JiSung bajo las sábanas; está hecho un ovillo, la gruesa manta blanca lo cubre hasta el estómago, dejando parte de su pecho al descubierto, tiene ambos brazos en el mismo lugar, doblados e inertes, las puntas de sus dedos azuladas y la palma de un color amarillento.

MinHo arrastra silenciosamente una silla y la pone justo frente a la cama, se sienta y suspira, sacudiendo su cabello oscuro.

Observa a JiSung dormir plácido, el flequillo cubre sus cejas y parte de sus ojos, le ha crecido bastante rápido el cabello, la palma de su mano está hacia arriba, a pocos centímetros de su cara, MinHo respira, cuestionándose de nuevo qué demonios hacía ahí. Tal vez sentía culpa, porque estaba viendo morir a un recluta, sin poder hacer nada más que enviarlo a su casa, como deshaciéndose de él.

Durante las guerras, MinHo había visto morir a muchos colegas, era un dolor que podía sobrellevar, si, le afectaba en un principio e incluso no podía con las pesadillas. No entendía por qué se sentía así con JiSung, como si de alguna manera quisiera protegerlo pese a todo.

Sacudió su cabeza y lo miró de nuevo.

Dormido, era majestuoso, no sonreía cínico ni lanzaba veneno como siempre, ni hablaba con sarcasmo o se burlaba, dormido se veía indefenso, así, es como ver a una pantera herida, majestuosa donde vaya pero en cierto punto, sientes que no puedes mirarla más por lo herida que se encuentra.

MinHo miró sus manos, las suyas propias picando por la indecisión, mirando a ambas partes del cuarto, estiró la suya y la colocó lento sobre la fría palma del castaño.

Quería darle un poco de calor.

JiSung suspiró en sueños y MinHo detalló sus lunares, sus mejillas, sus labios; estiró la mano lentamente para apartar sus mechones castaños y observar sus ojos cerrados y su frente descubierta.

Se sintió abrumado, por los toques tan delicados que le daba ¿Qué demonios le sucedía?

MinHo bajó la vista a sus manos juntas, JiSung de un momento a otro había cerrado sus dedos en su mano y ahora estaba sujetándola.

Entonces, en un bajo susurro el simplemente dijo.

—Lo siento..

❝General Lee❞  ➳『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora