❝General Lee❞ ➳『•MinSung•』

20: ❝Quedate conmigo II❞

MinHo abrió la puerta del departamento, invitando a JiSung a entrar, quien se fijó en todo alrededor, los muebles, la pintura, la cocina, se veía un poco reticente pero aún no asimilaba el hecho de que realmente estaba ahí con el General.

Con su general.

—Es un poco pequeño pero es lo mejor que pude conseguir en tan poco tiempo. —Dijo MinHo sacando a JiSung de sus pensamientos. —Además todo está ya amueblado, sin embargo si quieres comprar cosas podemos...

—Es perfecto. —Lo interrumpió. —Gracias.

MinHo sonrió con esa encantadora sonrisa de dientes perlados y acarició la mejilla de JiSung, quien jamás lo había visto sonreír de aquella forma tan genuina e infantil. Se dejó llevar por el toque y lo miró; con su mejilla apoyada en la palma que lo acariciaba.

—¿Esto es real?—Preguntó entonces y MinHo sonrió, acercándose a él y dando un suave beso.

—Para mí lo es. —Respondió y acarició con ambos pulgares sus mejillas. —Ven, tienes que descansar, te enseñaré el cuarto.

—Ah, sí por favor, siento que me removieron todo en el estómago. —Respondió en broma y MinHo rió.

La habitación era enorme, MinHo era bastante exagerado sobre el tamaño del departamento, para JiSung era como un palacio, la cama era gigante con almohadas y sábanas blancas, había un gran armario de madera y una de las paredes estaba totalmente cubierta por espejos, había un televisor en la pared de enfrente y una puerta que probablemente dirigía al baño, en un lateral había una entrada a la terraza. Era espectacular. JiSung sonrió totalmente enamorado y miró a MinHo.

—Lamento si no..

—Cállate, es perfecto.. Es espectacular, todo este cuarto es literalmente el tamaño de toda mi casa. —Bromeó y vio el rostro de MinHo ensombrecerse, tragó saliva y envolvió sus brazos en el cuello contrario. —Lléveme a la cama, general. —Pidió y MinHo sonrió alzándolo y caminando con él en brazos hasta la cama donde lo depositó suavemente. JiSung admiró el rostro del azabache, era espectacular; delineó con las yemas de sus dedos las cejas oscuras del mayor, sus pestañas, su nariz hasta sus labios, donde MinHo dejó suaves besos, JiSung sonrió.

—Te amo tanto. —Dijo entonces y MinHo le acarició los cabellos.

—Y yo a ti. —Contestó y el corazón de JiSung latió furioso y con dicha, por primera vez sin ninguna grieta de dolor. MinHo lo besó con suavidad, como el toque de una estrella. Suspiró contento y se dejó llevar por la danza que hacían sus labios al colapsar entre sí.

Ambos fueron interrumpidos en pleno apogeo por el timbre, que sonó dos veces, MinHo parecía no querer separarse, pero JiSung rió y lo apartó un poco.

—Alguien toca. —Dijo y dio un suave pico en los labios contrarios, MinHo acarició sus caderas enviando un escalofrío que le erizó la piel y luego se levantó.

—Quédate en cama, estaré aquí en un segundo. —Avisó y JiSung asintió acomodándose más arriba y colocándose las colchas por encima, hacía frío.

Apenas cerró los ojos dos segundos y sintió la puerta abrirse de nuevo.

—¡JiSung!—Se levantó al escuchar aquella voz inolvidable, SeungMin corrió hasta la cama y se subió abrazándolo fuerte, tanto que ambos cayeron sobre el colchón, JiSung sonrió con lágrimas en sus ojos, SeungMin había regresado probablemente por la noticia de su intento de suicidio. —Te odio, te odio tanto ¿Cómo puedes hacerme esto? H-HyunJin me avisó y tomé el primer tren a Seúl, t-tú idiota en serio eres el peor amigo ¡Hicimos una promesa con el meñique! Y tú... t-tú ibas a romperla, t-te odio tanto, en serio.