Fr8

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Mi habitación se sumerge en la oscuridad, una vela pequeña al centro de la mesa es lo único que me permite distinguir los rostros de Makoto, Nagisa y Rei. Cada uno tiene una carpeta con los documentos de la investigación que realizó. Esta reunión debió suceder días atrás, debido al torneo de institutos y mi entrenamiento, se pospuso hasta hoy.

—Nagisa–kun, ¿levanto las cortinas?

—No, detective Rei–chan, debemos permanecer ocultos o se filtrará información —susurra.

—¿Y si hay micrófonos? La oscuridad no servirá —rebate Rei.

—Ya, chicos. Vamos a empezar —Makoto interviene.

Él le devuelve la iluminación a mi habitación y regresa a su asiento. Todos me brindan su atención y se me esfuma la seguridad que guardé, tomo una bocanada de aire:

—Bienvenidos. El objetivo de la reunión es actualizar los registros del caso «Tiburón–Beluga» y, posteriormente, definir una postura grupal —detallo la agenda.

Por Makoto llegamos aquí, la vez pasada tuve que contarle la verdad para que me creyera que no juego con su corazón. Rompió en llanto, arrepentido por haberme gritado. Luego de tranquilizarnos, se puso a vitorear por la felicidad de Rin e Ikuya. Los nombró como la pareja más guapa de Japón y aseguró que los defendería de cualquiera.

Prometió guardar el secreto y lo cumplió, al principio. Hasta que un día, en pleno entrenamiento, cuando el equipo de Iwatobi ya estaba en Tokio, entró en modo fanático al verlos juntos y los chicos lo descubrieron. Ellos nos hicieron investigar.

—Gracias, Haru —Makoto despliega sus folios en la mesa—. Como han de recordar, fui el encargado de averiguar quienes saben por el lado de Ikuya.

—Sí, Makoto–senpai.

—El reporte de Shimogami: Tsubasa Hoshikawa y Kotarō Terashima, compañeros de Ikuya, dijeron que Rin ha ido al club un par de veces. Nada extraordinario —remueve unas notas y continúa—: entrevisté a Natsuya–senpai, Nao–senpai y Asahi, no conseguí datos sustanciosos; según Natsuya–senpai, Rin e Ikuya son de mundos distintos. Sospecho de Tono–kun, negó conocer a Rin y sabemos que los presentaron. Él podría desaprobar a Rin.

—Hiyo–chan nos odia —lamenta Nagisa.

—No hice preguntas directas porque terminaría revelando el secreto, por lo que existe un margen de error. Gracias —finaliza, y le aplauden por su labor impecable.

—Ikuya no le dijo a su hermano —subrayo.

—¡Es mi turno! —salta Nagisa. Extiende un cartel con garabatos—. Mi sujeto fue Rin–chan. Como acaba de retornar al país y se la pasa entrenando, no encontré otros amigos aparte de Sou–chan, Kissme, Sei–chan e Isu–chan. Ninguno comentó algo interesante, y Sou–chan se ofendió cuando insinué que Rin–chan podría encontrar el amor aquí.

—¡Eso fue arriesgado, Nagisa–kun!

—Lo sé, pero es su mejor amigo, pienso que debería saber.

—Rin lo oculta — destaco.

—Ahora yo —Rei se aclara la garganta—. Me dediqué a sus redes sociales. No se siguen ni nada. Rin–san publica selfies, fotos de sus viajes y la natación. Kirishima–san adora las fotos de comidas y flores, es difícil encontrar una selfie suya. Sin embargo, ayer publicaron esto y con 10 minutos de diferencia —nos muestra 2 fotos: la primera es una mesa de té; la otra es Ikuya con un gorro rojo, en un fondo similar al de la cafetería—. Son «al estilo del otro»: los postres son de Rin–san y esa es la primera selfie del año de Kirishima–san.

—Muy oportuno, Rei —le reconozco.

—Gracias —se sonroja—. Por favor, Haruka–senpai, cuéntanos.

No preparé ningún reporte porque mi trabajo fue mediocre, solo tuve que entrevistarlos y Rin casi me descubrió. Lo único positivo es que encararlos ya no me incomoda tanto.

—Me estiman demasiado, así que cada uno se limitó a conversar sobre lo nuestro —me avergüenzo de mi incompetencia, ni puedo acabar lo que empecé.

—Entonces: es hora de las conclusiones —anuncia Makoto.

—¡Es real! Son el uno para el otro, merecen ser felices —suspira Nagisa, con devoción.

—No sé cómo vayan a reaccionar los demás, cuando se trata de sentimientos las estadísticas no sirven, mas espero que nadie los moleste. Son sus vidas —reflexiona Rei.

—Haru fue tozudo en reconocer que Rin e Ikuya están enamorados, sus comportamientos no son de amigos. Yo creo en su relación —asevera Makoto.

—No es eso... Yo... —no puedo creer que hayamos encontrado el amor en verano, pensaba que eso era de la primavera. Mi corazón todavía está aturdido, no obstante, ese es mi problema personal—. No tolero que me utilicen para mentir.

—Eso estuvo mal, por seguridad nunca hay que mentir sobre tu ubicación. Quizás lo hicieron por temor —Rei me sorprende, él que tanto rechaza la idea del amor y una pareja, es muy considerado con el tema—. Como por presentir hostilidad.

—¡No lo permitiré, es un derecho el amar libremente!

—Vale que no nos digan ahora, ya llegará ese momento. Mientras tanto, debemos hacerlos sentirse cómodos, darles la certeza de que nadie los juzgará —enfatiza Nagisa.

—Estoy de acuerdo con ustedes, vamos a respetar su espacio y brindarles compresión.

—¡Exacto, Rei–chan, así como siempre hemos secundado el noviazgo de Mako–chan y Haru–chan! —exclama Nagisa.

Mi cuerpo entero se tiñe de rojo, mi cabeza gira y solo quiero desaparecer. Ojeo a Makoto y también está desencajado, como si quisiera no existir más. Ninguno contempló esto.

—¡O–oye, Nagisa!, ¿¡de qué hablas!? —lo interroga con voz rota—. H–haru y yo–

—Makoto–senpai, todos lo sabemos desde hace años. Eso incluye a Rin–san, claro.

¿¡Rin qué!? ¿¡Cómo que años!? ¿Cómo es posible si lo decidimos hace una semana? Yo... No, la prioridad son ellos, lo mío con Makoto no está a discusión. Me esfuerzo para hablar sin sonar alterado y retomo la agenda:

—Nuestra misión será darles apoyo incondicional —sintetizo la postura grupal.

Sentimientos paralelos | RinIku [Rin x Ikuya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora