Capítulo 4

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—No tienes ni idea de cuánto tiempo he esperado por esto Tendou— hablo la promesa de Japón con un sonrojo en la cara —Desde que supe de él siempre quise que colocara para mí.

Tendou le dio una sonrisa comprensiva aunque por dentro quería darle el pésame a su mejor amigo. Era un enamorado perdido y no se había dado cuenta de ello, o quizá lo sabía y era el peor ocultándolo.

—Wakatoshi-kun ¿Estás seguro de que lo único que quieres de ese niño engreído son sus pases?

Ushijima continuo sacando cosas del closet y ni siquiera lo miro.

—Es el mejor de todos los que he visto. Si quiere podría ser profesional.

—No me refería a eso— Lo miró con una sonrisa pícara —Yo me refiero a que... Bueno, a que veas a Tooru-chan como a una chica bonita a la que quieres llevar a casa.

— ¿Por qué llevaría a Oikawa a casa? — Preguntó extrañado —Y no uses el "chan" con personas que no conoces Tendou, no es así como funciona.

El pelirrojo pensó por un momento cual sería la forma más correcta de preguntárselo, pero no podía encontrar algo más exacto que fuera sutil.

—Quiero decir ¿En qué piensas cuando él está cerca? Sin que tenga algo que ver con el vóley.

—No sé a qué te refieres.

— ¿Él te gusta?

—Sí, sería el mejor setter que...

Pero Satori se desesperó, y como era propio de él, dejo salir su pregunta tal cual había venido a su cabeza.

— ¡Diablos, Wakatoshi! ¿Tendrías sexo con Oikawa o no?

Y el chico dejo lo que hacía para mirarlo, luego se sonrojo y miró hacia otro lado.

— ¡Lo sabía! — Saltó sobre la cama —No perderé a mi mejor amigo por otro ¡sólo te gusta!

El chico saltó por la habitación y terminó lo que Ushijima había estado haciendo, tomando todas sus cosas y yéndose de la habitación.

—Usa la habitación Wakatoshi. Conquista a ese mocoso engreído y vuelve a ser el mismo de antes.

Se despidió dejando a un avergonzado as sobre la cama.

Ushijima pensó por un rato y miró la hora en el reloj, levantándose de inmediato. Ya casi era hora de que el autobús de Oikawa llegara y aún tenía que caminar para ir a recibirlo.

Todo tenía que ser perfecto para la estancia del chico en su escuela, pues en un caso poco probable y milagroso, decidiría quedarse, aunque esa posibilidad se multiplicara en la cabeza de Ushijima más que en la de nadie.

Sería no solo la semana en que podría estar con Oikawa como su setter, sino como su compañero el resto del día. Tendou tenía razón en sus afirmaciones, Oikawa no solo le gustaba como jugador, sino también le hacía sentir cosas que nadie más había podido.

Así que se puso la sudadera del equipo y fue en busca de su damisela para comenzar a conquistarlo. Sus opciones eran solo dos, continuar como hasta ahora siendo odiado por Oikawa (cosa que para nada creía o entendía su dura cabeza) o tener por fin a su castaño durmiendo a su lado, nada que perder y todo por ganar.

O así lo veía Wakatoshi.

********

Ni siquiera se había puesto el sol completamente cuando Oikawa ya podía divisar la gran colina que era lo único que lo separaba de la escuela más grande en Kantou.

Suspiro recargándose en la palma de su mano, estaba a menos de 5 minutos para que su peor pesadilla se volviera realidad durante una semana.

No era que Shiratorizawa fuera una mala escuela, de hecho era de las mejores. Tampoco era que estuviera realmente lejos de su hogar, de haber querido asistir hubiera podido solicitar uno de los dormitorios con los que esta contaba.

Si bien era cierto que había decidido ir a Seijo para continuar junto a Iwaizumi, no era entre todo la única razón. Para alguien como Oikawa, que había jurado enfrentarse a su rival más fuerte de nueva cuenta, no era ni siquiera una opción el estar en equipo con él.

Pero ahora estaba ahí, bajando del autobús directo hacia esos ojos serios que lo veían con la sonrisa más seria que había visto en su vida.

—Ushiwaka-chan

No hubo reverencia de su parte, Oikawa no iba a dársela a quien le había representado tanto sufrimiento durante la secundaria, eso y que estaba tan nervioso por ver a Ushijima que casi ni se podía mover.

Quien sabe que le deparaba aquella semana junto a ese enorme problema que tenía delante. Ahora que Iwaizumi no estaba a lado suyo para insultar con libertad y sin miedo a que le hiciera cualquier cosa se había comportado como un niño bueno.

Si a Ushijima se le zafaba un cable estando solos, podía inclusive violarlo, pero era en lo que menos quería pensar Oikawa en aquel momento.

—Oikawa— Le saludó el otro capitán, sacándolo de su volátil pensamiento —En una semana te darás cuenta de lo que te has perdido por tu orgullo estos años.

Tooru fingió que no le prestó atención al comentario, aunque cada célula de su cuerpo había captado el mensaje. Acababa de llegar, así que no podía meterse en problemas golpeando a la estrella del equipo.

—Tan agradable como siempre Waka-chan — Dejó su maleta de lado, estirando las piernas después del viaje —Sabes que no estoy aquí por voluntad propia.

—Pero estás aquí— Sonrió un poco más pronunciadamente, haciendo enojar a Oikawa —Te llevaré al edificio para que dejes tus cosas.

Oikawa ignoró los intentos del más alto por ayudarle y siguió de largo, inclusive si no sabía bien hacia dónde dirigirse, no iba a dejarse guiar por alguien como Wakatoshi, su orgullo no se lo permitía.

Pero eso no significaba que el más grande lo dejaría tan fácil, ya que nada le costó igualar el paso del setter y posicionarse junto a él en su caminata, llevándolo de todas formas.

Caminaron unas cuantas calles hasta que las murallas que rodeaban la escuela estuvieron frente a ellos.

Una vez dentro, el moreno le mostró todo a su paso, los gimnasios para distintos deportes, las canchas al aire libre, los espacios y áreas verdes, incluso mencionó para que grados se utilizaban los edificios o si eran espacios de oficinas. Todo con la voz mecánica que le caracterizaba, eso sí, parecía tener una chispa distinta a otros encuentros en los que habían hablado. Por primera vez, Oikawa lo escuchaba hablar acerca de un tema diferente y de verdad lo estaba disfrutando, prestando atención a lo que le indicaba son devoción.

—Y por haya es la cafetería, iremos más tarde pero el edificio es de los más viejos y es algo difícil de encontrar— Los que tenemos un dormitorio podemos comer gratis con la beca, pero tu tendrás que pagar lo que comas, aunque no tienes que preocuparte por eso.

—No Wakatoshi, ni aunque pagues mi almuerzo voy a quedarme

Le sonrió con malicia.

—No me refería a eso— Continuaron caminando —Tus compañeros de equipo me enviaron una transferencia para que te quedaras aquí sin excusas.

Oikawa frunció el ceño, olvidando el buen rato que había estado pasando. Ya podía imaginarse a sus tres estúpidos amigos entregando su mesada y sueldo de su trabajo de medio tiempo con tal de mantenerlo en Kantou.

—Supongo que voy a comer mucho ramen y fideos a su nombre.

Levantó los brazos sobre los hombros, olvidando por completo lo que cargaba y siguiendo de largo, situación que Ushijima tomo para llevar sus cosas. Oikawa se detuvo un momento para admirar el edificio frente a él antes de decidirse a entrar.

Aquel iba a ser su hogar por los próximos días.

La Semana en que Oikawa fue a ShiratorizawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora