Capítulo 15

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Había sido una buena noche, y el buen humor de ambos había continuado por la mañana.

Era difícil para Oikawa mantener a raya a Wakatoshi a primera hora del día, pues a pesar de haber dormido abrazado a él, se había convertido en el ser más meloso del mundo, colgándose y acariciándolo con la nariz tanto como había podido.

Había sido imposible ducharse a su lado, había tenido que esperar a que alguien más viniese porque Ushijima había intentado hacérselo bajo el chorro un par de veces antes de ser golpeado por el castaño.

La nieve había bajado un poco, permitiéndoles salir gracias al arduo trabajo de un grupo de rescates que había estado en labor desde el día anterior por toda la ciudad.

Al salir del dormitorio habían sido instruidos para ayudar a limpiar los estragos de la nieve antes de que esta volviera a obstruir las puertas, por lo que junto a sus demás compañeros, un par de palas y costales con sal habían ido a limpiar los caminos más necesarios.

Los gimnasios habían sido clausurados para que no se vieran afectados con la nieve en su interior, ya que la madera podía dañarse en cuanto esta se derritiera.

A la hora de la comida pudieron por fin encontrarse con Satori, quien se movía de un lado a otro por la cafetería montado en una silla de ruedas, ya que al parecer se había torcido un tobillo cuando se arrojó por la ventana y lo tenía inmovilizado para evitar que su gravedad aumentara y no pudiera jugar en los partidos.

—Pero al parecer soy el único estudiante que ha comido de forma decente desde ayer— Dijo terminando de contarles su divertida tragedia —Puedo tomar lo que quiera de la cocina y no me han cobrado ni un solo fideo

—Pero tu suerte no durara por mucho Satori-kun

Dijo una de las cocineras caminando tras de él y erizándole los vellos.

Oikawa apartó la vista de la escena, dándose cuenta de la mano entrelazada en sus dedos.

Wakatoshi descansaba el rostro sobre su mano derecha apoyada sobre la mesa y cruzaba la izquierda por su regazo para tomarle la mano sutilmente.

Oikawa sonrió ante el gesto.

—Y ustedes dos ¿Qué han estado haciendo mientras mueren de hambre en el dormitorio?

Preguntó el pelirrojo sin mucho interés mientras se llevaba una buena cantidad de fideos a la boca.

—Nada en particular

Habló Ushijima dibujando círculos en el dorso del castaño

—Jugamos videojuegos hasta antes del apagón— Desunió sus manos para partir los palillos y comenzar a comer —Ushiwaka apesta en el Mario Kart

— ¡Lo sé! A veces jugamos con Furukawa pero Wakatoshi siempre queda de último

El castaño rio, dejando que el pelirrojo tomara el hilo de la conversación y el solo asentía o agregaba algún comentario.

Estaba adolorido, pero el movimiento que había tenido mientras paleaban la nieve había ayudado bastante, sobre todo cuando se sentó accidentalmente en un montículo de nieve pensando que era una de las bancas y el frio ayudo a su esfínter irritado.

Ahora ya podía sentarse sin sentir el dolor punzante. Tenía suerte para ser la primera vez, pero le ayudo que la resistencia de Ushijima estuviera a la par que la suya.

Terminaron de almorzar y ayudaron a lavar los platos antes de poder salir a los jardines cubiertos de nieve.

Una vez más Ushijima había donado algo de su ropa de invierno para que Oikawa no muriera de frio, ya que lo más abrigador que llevaba era una chaqueta ligera.

La Semana en que Oikawa fue a ShiratorizawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora