Capítulo 27

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Un mes después de ir y venir juntos cada fin de semana a todas partes, Oikawa entendió que las intenciones de Ushijima eran legítimas, no quería jugar con él. Habian estado cotilleando y re-conociendose hasta que llegó el gran día para "hablar".
Oikawa no quería sentirse mal si llegaba a acostarse con Ushijima, sentirse usado aún dolía hasta el momento. Fue entonces que entre la coquetería y su yo fanfarrón que se le ocurrió hacer una broma, más bien algo como una propuesta bastante subida de tono. Sorpresivamente, Wakatoshi no opuso mayor resistencia, sorprendiendo  nuevamente al castaño.
—Ushiwaka, ¿estás seguro de que quieres hacer esto? Aún creo que debería hacerte firmar un consentimiento o algo.
—Si esto hace... que confíes en mi...otra vez... Lo haré.
Oikawa podía ver el sufrimiento en la cara del moreno y el mismo sabía por lo que estaba pasando, así que intentó ser lo más dulce posible.
—Sólo relájate, en cuanto menos lo esperes estarás mejor.
Puso una mano sobre su vientre, calmándolo y permitiéndose a sí mismo continuar.
Movió sus dedos con más esmero en cuanto Ushijima pudo relajarse y en unos minutos ya comenzaba a arquear la espalda y soltar menos quejidos.
— ¿Está bien ahora? ¿Ya puedo entrar?
El más alto ni podía hablar, mantenía sus ojos y sus labios apretados pero aun así asintió.
Oikawa retiró sus dedos y untó sobre sí mismo un poco de lubricante.
—Lo haré despacio, lo juro.
Presionó sobre el pequeño orificio y este tomó apenas la punta cuando Ushijima instintivamente se tiró hacia atrás.
—Podrías no hacerlo
—Te quiero de vuelta
Oikawa quería compadecerse, pero el hecho de tener su glande siendo exprimido no lo dejaba pensar mucho.
Sentía la necesidad de empujar hacia el final de aquella cavidad mientras más estático se quedaba.
—Relájate, me estas apretando— Escuchó la respiración pesada y la presión yéndose un poco —Eso es Wakatoshi.
Empujó un poco más adentro y el mayor volvió a tensarse, deteniéndolo por el abdomen para que no siguiera.
—Eso duele
—Dímelo a mí que la primera vez te dejé hacérmelo solo con saliva.
Ushijima le tocó la mejilla
—Lo siento
Oikawa se recargó en la caricia, cerrando los ojos y disfrutando el momento.
—Puedo hacerlo más fácil para ti.
Llevó su mano al miembro del moreno, no había ni un poco de excitación en él, y claro, porque casi estaba llorando de dolor y no era masoquista.
Oikawa lo tomó y comenzó a masturbarlo mientras miraba a Ushijima debajo de él.
—Puedes con esto. Si logras hacer que entre completo voy a chupártela en la próxima cita.
El cuerpo de Ushijima comenzó a reaccionar, irguiéndose y destensándose en el interior.
—Eso es Ushi...— Se introdujo otro poco —Ya estamos por la mitad, ya casi
—Siento que me estas apuñalando
El castaño rio y continuó masturbándolo, de a poco se iba introduciendo más y más.
—Está prácticamente dentro, es cosa de nada para que llegue al tope.
—Oikawa... cállate.
El más bajo cerró los ojos sonriendo. Había conseguido un "cállate" del siempre sereno capitán de las águilas, ya casi lo había oído todo.
Guardó silencio y salió apenas del apretado agujero para volver a entrar lentamente.
—No te muevas aún — Se cubrió la cara —No estoy listo.
Oikawa paró, regresando a la posición estoica en su interior.
—Nunca se está completamente listo Waka-chan.
Se retiró y volvió a entrar con suavidad, obteniendo quejidos por parte del otro, que le acunó en brazos buscando consuelo.
—Oikawa...
Era un deleite escuchar sus suplicas, pero era aún más grato el sentirlo ceñirse sobre su miembro y apretar sus brazos en su cuello.
No pudo hacer que lo tomara todo pero consiguió arrancarle unos cuantos gemidos.
—Dejame hacerte sentir lo mismo que tú a mi Waka-chan
Se inclinó a lamerle la oreja y besarle tiernamente en los labios.
Logró que al menos dejara de quejarse para cuando él ya se sentía explotar.
—Waka-chan ¿Puedo venirme adentro?
Ushijima abrió los ojos de golpe, mirando serio a Oikawa, pero éste ni siquiera lo estaba viendo. Tenía los ojos cerrados y la cabeza caída disfrutando el momento, así que solo se sonrojó, avergonzado de lo que iba a venir a continuación.
—Pu...puedes.
Oikawa gimió y se dejó llevar apenas tuvo la aprobación. Lo había estado reteniendo tanto que no estaba seguro de que hubiera salido a tiempo si Ushijima le hubiese dicho que no.
Se deslizó fuera de él y fue directo contra las sábanas. Las almohadas duras y el colchón incómodo eran ahora su paraíso terrenal.
—Estas perdonado Ushiwaka...
Se desplomó suspirando y abrazándose al más grande, que ya suspiraba del alivio por haber terminado con su calvario. También estaba adolorido y agotado.
No se había venido pero sentía como si un tren le hubiese pasado por encima.
—De haber sabido que lo harías hubiera pedido el tatuaje.
Un sonriente y satisfecho Tooru se rio antes de besar el cuerpo muerto de Ushijima, acurrucado de lado sobre el colchón.
Parecía que su alma lo había abandonado hace mucho.


La Semana en que Oikawa fue a ShiratorizawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora