Capítulo 9

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Apenas se los indicaron ambos empezaron a devorar la comida, que no era para nada mala, la carne era jugosa y ambos desearon tener más tiempo para saborearla mejor. Los vítores y comentarios asombrados no se hicieron esperar, algunos apoyándolos y otros conspirando para que se rindiesen.

A los 15 minutos de haber empezado y llevar casi 2/3 de la hamburguesa en sus estómagos las cosas comenzaron a ponerse difíciles para uno de esos dos.

— ¿Cómo eres tan malditamente delgado si puedes comer tanto? Creí que no te comerías ni la mitad de lo que llevas

— ¿Acabas de usar una maldición Ushiwaka-chan? — Se burló poniendo otro trozo de carne en su boca —Podría hacer esto todo el día.

El sudor perlaba la frente del más alto mientras daba otro sorbo a su botella de agua

—Vas por tu segunda soda y ni siquiera te vez satisfecho

—Es una de mis cualidades. Puede entrar tanto que ni siquiera me daré cuenta.

—Espero que esa cualidad se limite a la comida

Pero el más bajo no le había prestado atención y continuaba comiendo sin remordimiento alguno.

5 minutos más tarde ambos habían terminado, haciendo explotar el ambiente en el lugar. Oikawa levantando su plato en símbolo de victoria y Ushijima luchando por respirar.

Les entregaron una camiseta con un dibujo de una hamburguesa con la promoción y el nombre del restaurante, además de su certificado para pagar su próxima cena.

El par estaba por irse cuando el encargado salió para felicitarlos y tomar la foto que tardaría aproximadamente una semana en estar en la pared junto a los otros ganadores. Oikawa aprovecho entonces para sacar su propio teléfono y hacer una foto para su siguiente publicación, sonriendo junto a un enfermo Ushijima que se esforzaba por no vomitar.

—De acuerdo, vamos a casa

Dijo un animado castaño poniéndose la chaqueta y caminando fuera del establecimiento

—Espera, ni siquiera puedo moverme

Lo retuvo por la manga Ushijima

—Oh, vamos Ushiwaka. He visto personas de la mitad de tu tamaño comer más que eso sin peros. Vamos.

Tiró de su brazo y salieron del restaurante para caminar a casa.

Apenas habían puesto un pie afuera y el frio de la noche los había recibido con una ventisca de aire frio directo en las mejillas. Oikawa subió su chaqueta hasta su nariz y hundió las manos en sus bolsillos.

La noche fresca con la que habían entrado parecía haber perdido su encanto y ahora les entumecía las puntas de los dedos.

—De verdad que no puedo dar un paso más— Reparó el más grande dejándose caer sobre el borde de una ventana del establecimiento —Necesito un minuto

— ¿Para qué vomites el premio que acabamos de comer? — Rodó los ojos —Olvídalo, no voy a sostener tu cabello mientras te doy palmaditas en la espalda. Además, hace frio.

El más grande se puso de pie pero siguió sin moverse un poco de sitio, se limitó a frotarse los brazos mientras exhalaba una nube espesa desde su boca. Fue entonces que Oikawa reparó en la vestimenta de Ushijima de nuevo. Esa camiseta seguro era calentita pero no lo suficiente para el viento que comenzaba a soplar. Sintió un poco de lastima por el chico pero no iba a demostrárselo, no directamente. Así que volvió a tirar de él hacia el camino que lograba recordar, topándose con un parque que podía recordar en el que dejó descansar nuevamente a Ushijima. Al menos en este los arboles conseguían amortiguar un poco las ráfagas que los azotaban.

La Semana en que Oikawa fue a ShiratorizawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora