Dɪʙᴜᴊᴏ

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Es suficiente, sencillamente lo es. Sus papás podrán ser tan adultos como quieran ser, pero la pelea ya ha durado suficiente, más de lo que los dos niños están dispuestos a tolerar.


Así que buscan un modo de hacerlos entrar en razón.


Podrán ser niños, pero incluso ellos saben que está en riesgo aquello que los cuatro han construido durante más de un año: una familia. Y no piensan perderse esa dicha. 


─ Señor Kim, Señor Lee, agradezco  mucho que ambos estén aquí. ─Dice la maestra a ambos padres, que incómodos y confundidos, han sido citados para hablar con la encargada de la clase.─ Supongo que deben saber por qué.


Claro, Jeno y Mark estaban sentados en la entrada de la escuela, tomados de las manos y negándose a moverse o hablar. Algunos padres y niños lo encontraban gracioso, pero para ambos adultos es un llamado de atención de dos niños de 6 años. 


─ Lo lamento, son problemas personales, en seguida nos los llevaremos. ─Dice Doyoung con amabilidad, no ha mirado a Taeyong ni un sólo momento desde que ambos se encontraron en el salón, y esto arde en el pecho del pelirrojo.


─ No creo que esa sea una solución factible, ¿Verdad? ─Inquiere la dulce señora, los dos hombres suspiran sin poder negarlo.─ Quiero que vean algo que los niños hicieron hoy en clase.


Tanto Taeyong como Doyoung miran con gran curiosidad una pieza grande de papel ser extendida hacia ellos, y no bromean al decir que es grande, deben ser por lo menos 12 hojas pegadas.


─ Esto es... ─Murmura Lee al encontrar forma al dibujo que hay plasmado.


─ Sus hijos lo hicieron durante la mitad del día, sé que no es mi deber meterme en asuntos de los padres... pero creo que estos pequeños quieren darles un mensaje muy claro. ─Comenta la mujer mirando el dibujo con una sonrisa cariñosa.


Son obviamente ellos dos, tomados de la mano y con unas graciosas caras felices, Doyoung no puede evitar reír al ver el intento de cabello rojo que hay en la cabeza de Taeyong, y este último está encantado con las orejas de conejo que han colocado en el dibujo del otro.


Hay un enorme corazón entre ellos dos, rojo y brillante, le han puesto purpurina encima para que fuera lo primero en su campo de visión. Al lado de cada uno, están sus respectivos hijos, pequeños pero sonrientes.


─ Es hermoso. ─Murmura Doyoung, no a la maestra, sino a su pareja, sin despegar los ojos de la obra de arte.


─ Oh dios, ¿Acaso han puesto una zanahoria saliendo del bolsillo de tu camisa? ─Inquiere el mayor de ambos al notar bien ese detalle.


─ ¿De qué te ríes? Mira ese cabello, es igual de feo que el tuyo, lo hicieron bien.


Es increíble cómo dos pequeños les han gritado en la cara con ese dibujo que a pesar de las peleas, ellos cuatro están juntos,  que hay una gran cantidad de amor y que se niegan a dejarlo morir. 


Ellos se miran, dispuestos a perdonar.



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Ahhhhh, ya van mejorando las cosas, si si. El fic está por llegar a 500 votos y cuando creo que no puedo ser más feliz, ustedes lectores prueban que me equivoco. ¡Muchísimas gracias por los comentarios! Me hacen el día.

Hasta pronto!! ♡ 

PD: Si les gustan los chicos de WayV les invito a leer mis otros dos fanfics en curso: "Qian Kun y sus demonios" y "Mírame" ~

ELLOS   ↳   DotaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora