Lᴀ ғɪᴇsᴛᴀ ᴘᴛ ₄

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La diversión había terminado y los invitados habían regresado cada uno a sus respectivos hogares, Taeyong y Mark se habían quedado un poco de tiempo más ayudándole a limpiar, o más bien, a robar lo restante de los pastelillos, pero agradecía el apoyo de todos modos.


Al momento de irse Mark se abrazó a Jeno con fuerza, reclamando que no quería volver a casa aún. Aquella imagen quedó marcada en su corazón como un lindo recuerdo, ninguno de los intentos de Taeyong por separar a sus hijos había funcionado; únicamente lograron apartar a los pequeños cuando Doyoung prometió una cita de juegos sólo para ellos dos, lo cual complació lo suficiente a Mark


La peor parte siempre era limpiar, Jeno insistía en que debía ayudarlo y así lo hizo por un rato, Doyoung no podía ignorar los bostezos y tropiezos de su bebé, era claro que estaba exhausto, tantos juegos y la falta de su siesta lo tenía por los suelos.


─ Hora de dormir cariño, vamos. ─Tomó al pequeño quien casi de inmediato se desplomó en su agarre, apoyando la cabeza en su hombro y abrazándose a su cuello.


─ ¿Ya está limpio? ─Preguntó con voz arrastrada su hijo.

─ Reluciente. ─Evitó las cajas de regalos y demás obstáculos, mecía con levedad al niño mientras se dirigía al interior de la casa, pasando de la habitación hacia el baño ─ Aguanta un poco más bebé, debes lavarte los dientes y ponerte la pijama.


Jeno hizo un sonido que pretendía ser una afirmación, una interrumpida por un gran bostezo. Realizaron la rutina con tanta rapidez como se podía tomando en cuenta que el pequeño estaba  prácticamente más dormido que despierto, era simplemente adorable verle luchar por mantener sus ojos abiertos mientras él limpiaba la roja pintura de su suave piel.


Estando ya en cama arropó con cariño a su hijo, acariciando su cabello comenzó una pequeña charla, el infante disfrutaba de escuchar su voz antes de dormir.


─ ¿Te divertiste hoy, Jeno?

─ Mucho, el pastel estaba rico, jugué con todos también. ─La voz salía en un susurro, tratando de enfocarse en el recuerdo de todo lo que había pasado por la tarde.


─ Me alegro, bebé, papá quiere que te diviertas todos los días. ─Apretó con mucha delicadeza su mejilla, provocando una sonrisa del contrario.─ Ahora a dormir.


─ Pero papá, no tengo mi peluche.


─ ¿El oso que te dio Mark? ─Jeno había quedado encantado con ese regalo, debía ser su favorito de entre todos. ─Iré por él, espera un poco.


Al parecer su pequeño estaba determinado en no descansar hasta tener el peluche en sus manos, sólo en en ese momento estaba listo para dormir.


─ Papá.


─ ¿Si?


─ Espero que Mark y yo seamos siempre amigos, y que tú seas siempre amigo de su papá.


La oración le hizo sentir un calor llegar a sus mejillas, besó la frente de su hijo, riendo.


─ También yo, bebé. Feliz cumpleaños.



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Actualización nocturna, estuve con la cabeza en las nubes y casi lo olvido ;;

Si les gusta el dotae denle un vistazo a mi recién empezada historia "Cartas de un anónimo", es algo larga pero prometo que vale la pena

¡Tengan una bonita noche/buen día!

ELLOS   ↳   DotaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora