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"Ok, estoy listo, vámonos de aquí." Un apresurado Adonai salió del baño con la toalla en la cintura. Se fue a su armario y con la puerta de este se cubrió para colocarse apresurado la ropa. Se puso el desodorante y el perfume, se acomodó el cabello con las manos, tomó su chaqueta y se acercó a Jerome, quien se acababa su café.

"Vámonos", concordó Jerome, dejando la taza en el fregadero. "Te veo luego, niño lindo. Vendremos a desquitarnos en la noche así que no se te ocurra tocar las cervezas del refrigerador."

Adonai rodó los ojos. Tomó su caja de cigarrillos, su encendedor, las llaves de su motocicleta y su casco. Se colocó las botas torpemente. Se puso los aretes de las perforaciones. Finalmente se acercó a Antoine y le despeinó cariñosamente el cabello.

"Cuídate, ¿sí? Llámame si necesitas cualquier cosa. Vendré algo tarde, puedes prepararte lo que quieras o pedir comida, hay dinero sobre el refrigerador."

"Que te vaya bien." se despidió, viéndolo acercarse con Jerome a la puerta. Frunció los labios al verlo abrir. "¡Hey, espera!". Se puso de pie y corrió hacia él.

"¿Sí?"

Se puso de puntillas para que sus labios se encontraran, dejándole un corto beso. Jerome rió bajito, con burla. Al separarse, Adonai estaba rojo como un tomate, ni hablar de Antoine. El más bajo le dedicó una pequeña sonrisa.

"Cuídate."

Que todos esos chicos rechazados se pudrieran en el infierno. Él era el afortunado, no iba a desaprovechar esa oportunidad.

Adonai sonrió como un idiota. Como un gran idiota, pensó Jerome. Sus ojos brillaban, y el rojo parecía no querer bajar de su rostro.

"Lo haré."

Y así finalmente ambos cocineros se retiraron. Mientras bajaban las escaleras del edificio, en el rostro de Adonai se mantenía su sonrisa, el rojo, el brillo. Aun mientras se ponía el casco para subirse a la motocicleta no dejaba de sonreír.

"Ese niño lindo te tiene idiotizado". Jerome se mofa mientras se sube a su propia motocicleta y se pone su propio casco. 

"Me conoces tan bien, Jerome..."

Filosofía De Vida Para Noches de InsomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora