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El turno terminó a eso de las 22:00. Pero los jóvenes no pudieron retirarse hasta las 23:45, luego de limpiar y dejar todo preparado para el día siguiente.

Jerome y Adonai se fueron al apartamento del segundo, pues este era el más cercano. Llegaron y se encontraron con Antoine en el sofá, viendo televisión.

"Volvimos", anunció Adonai. De inmediato se encaminó a la refrigeradora y sacó dos cervezas en lata. Le dio una a Jerome y cerró. Como sea, el muchacho volvió a abrir la refrigeradora y sacó los dos six packs que el dueño del lugar guardaba. Las dejó en la mesa y ambos se sentaron ahí, uno frente al otro. Adonai tomó un cigarro y le dio otro a Jerome, cada uno encendió el suyo con su respectivo encendedor.

Desde el sofá, Antoine los observó en silencio, con el control remoto en una mano y medio sándwich de jamón con queso en la otra.

"Te traje cena", siguió hablando. "Son sobras, un poco de todo, puedes tomarlo si quieres."

"Gracias." Antoine habló bajito. "Ya me preparé cena."

"Como quieras."

"¿No vienes a beber con nosotros, niño lindo?" invitó Jerome, levantando su lata sobre su cabeza.

"Él no bebe", interrumpió Adonai, y sonrió de lado. "No fuera de casa."

"Ah, así que además de niño lindo eres un niño bueno... ya veo... ¿Quién lo diría? Creí que lo tuyo serían los rudos, Adonai. Me sorprendes."

El chico rió mientras se tumbaba la cerveza para beberla toda de una vez. Seguidamente le dio una calada a su cigarro, y con este entre los labios abrió una segunda lata de bebida. Se apartó el tabaco y se tomó la cerveza de un solo trago, otra vez, y luego dio otra calada.

Una larga calada.

Estaba de verdad cansado. Le había dicho a Antoine que al volver iban a resolver todo, pero no tenía ganas ni de pensar en lo que desayunaría la mañana siguiente. 

Y por eso, porque estaba cansado, abrió una tercera lata y encendió un segundo cigarrillo.

Filosofía De Vida Para Noches de InsomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora