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"Adonai... Adonai, tú sabes que yo no..."

Calló el rechazo apresando sus labios con los suyos. Le sujetaba los hombros, y cerró sus ojos con fuerza para no ver la expresión de desagrado en el rostro de su amigo. Lo podía sentir tenso.

Pero entonces se relajó.

Sus hombros se relajaron, sus labios se separaron un poco. Adonai abrió los ojos para descubrir que Antoine los tenía cerrados.

"Adonai, esto está mal." Masculle Antoine, frunciendo los labios e intentando alejar su rostro.

"Nadie va a saberlo, Antoine." Asegura Adonai, acariciándole el cuello y la barbilla, las mejillas. El pecho, el abdomen. "Y no vamos a hablar de ello. Nunca."

"Me da miedo." Susurra contra sus labios, subiendo sus brazos a los hombros del contrario.

"Te cuidaré."

"Si quieres hacerlo, no te detengas en ningún momento, o te echaré de la casa."

"Déjame todo a mí, Antoine."

"Como quieras, Adonai."

Filosofía De Vida Para Noches de InsomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora