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Pues al final sí concretaron.

Al terminar, Antoine se permitió admirar el rostro de Adonai.

Su cuerpo.

Todo su ser.

Respiraba agitado, estaba lleno de sudor, el cabello revuelto, le había dejado marcas en el cuello y pecho, le había mordido un pezón hasta dejarle marca, y accidentalmente había tirado demasiado fuerte de la perforación en el labio.

Por un momento pensó que no podía haber ser más hermoso. Le parecía imposible. No había admirado muchas personas después de tener sexo, mucho menos a un hombre, por lo que no tenía pruebas de su afirmación, pero tampoco tenía dudas.

"Hey, ¿te gustó?"

Sus mejillas se pintaron rojas al encontrar sus miradas. Esa sonrisa lo volvió pequeño, quería esconderse en la sábana.

"Sí..." fue lo único que acertó a responder. "¿Estuvo bien?"

Adonai rió bajito, burlón, sarcástico. Se acercó a Antoine y pasó sus brazos sobre los hombros del otro. Escondió su rostro en el espacio entre su cuello y su hombro.

"Estuvo fantástico, Antoine."

Su rostro explotó en rojo. Intenso rojo. Adonai rió una vez más al imaginarse la seguramente estrepitosa reacción de su compañero...

"Hey, Adonai..."

"¿Sí, Antoine?"

"¿Qué somos?"

"¿Qué quieres que seamos?

El más bajo guardó silencio, y frunció los labios unos momentos.

"Quiero que seas mi novio, Adonai."

Y ahora el rostro que estalló en rojo fue el de Adonai. Estaba encantado al oír tales palabras salir de la boca de Antoine, había soñado con ese momento durante años ya, desde que acabaron la secundaria, ese era su mayor deseo. Claramente se había rendido, eso no iba a pasar, cada noche se decía a si mismo que todas las escenas que había imaginado en su cabeza no iban a suceder nunca.

Pero estaba pasando.

"Quiero ser tu novio, Antoine."

Sus labios se encontraron, sus manos se sujetaron, sus dedos se entrelazaron, sus cuerpos desnudos se rozaron otra vez.

"Todo el tiempo que pasamos juntos, Adonai... no tienes idea de lo agradecido que estoy por tenerte a mi lado. De lo feliz que me poner tenerte a tu lado. En el instituto... el último año... el último día, cuando te vi subir al escenario con traje, bien peinado, sonriendo orgulloso... Corriste a abrazarme, y cuando nos abrazamos yo... yo supe que me gustabas, Adonai, que me gustabas mucho. Que me gustabas un montón. Me gustas mucho."

"También me gustas, Antoine."

Y su amor por el otro brilla tanto como la luna llena de viernes santo.

Filosofía De Vida Para Noches de InsomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora