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Tae baja felizmente las escaleras mecánicas, encontrándose rápidamente con Jungkook quien sin poder evitarlo, sonríe en su dirección. Cuando ambos se ven comparten un abrazo, y recién cuando se encuentran en el taxi se atreven a compartir un beso rápido para que el conductor no los viera.

El mayor se siente nervioso, no tenía pensando conocer a los padres de Jungkook tan rápido, pero de cualquier forma se sentía muy feliz de que el menor lo considerase tan importante como para presentárselos a sus padres.

Estos ya sabían sobre la orientación sexual de su hijo hace apenas un par de años, en donde Jungkook les confesó con mucha confianza que no se sentía atraído por las niñas, pero sí de los niños. Estos, a pesar de que al principio les tomó por sorpresa, no dudaron en buscar más sobre el tema, incluso yendo a charlas especiales para entender más sobre aquello.
Por suerte, les brindaron mucha información que los dejó bastante bien informados, y no dudaron en hacerle saber a Jungkook su opinión acerca de eso. En su mayoría estuvieron muy contentos de que su hijo fuera tan valiente para contarles sobre su sexualidad, y sin duda lo apoyaron desde ese entonces. Aunque le rogaron que no lo dijera en voz alta, que a pesar de que en Corea la violencia hacia los homosexuales no era muy común, aun las leyes no los protegían, y tenían que cuidarse de que bajo ninguna circunstancia, le hicieran daño.

Jungkook se encontraba emocionado, por fin podría presentarles a Tae, quien sin duda en el poco tiempo que se conocían ya se adoraban como si fuesen años en donde estos dos llevaban compartiendo momentos juntos.

Cuando por fin llegaron a la casa del menor, este estaba intentando tranquilizar al mayor, ya que se encontraba muy nervioso por toda la situación.

Muy por el contrario a su idea de que pasaría cuando conociera a los padres de su novio, estos lo recibieron con la más cálida de sus sonrisas, haciéndole saber a todo momento lo felices que se encontraban de por fin poder conocerle.

La velada fue hermosa, cenaron juntos y Tae rápidamente entró en confianza con ellos, tranquilizándose lo suficiente para disfrutar el buen momento que estaban pasando en aquel instante.

Cuando todo terminó, y tanto Jungkook como Taehyung estaban acostados, este último se puso a pensar en cómo sería si él, a sus padres, les presentaba a Jungkook. Y rápidamente su rostro cambió. Jungkook lo abrazó toda la noche, conociendo el miedo que Tae se traía encima sobre el tema a sus padres.

Sabía que no sería fácil, que no todos habían vivido su situación, especialmente en el país en donde vivían. Por ello, siempre quiso ser lo más abierto posible, escucharlo y sobre todo apoyarlo, hacerle saber que no se encontraba solo y que bajo ninguna circunstancia, lo estaría en ningún momento.



Jungkook venia mirando el reloj desde hace más de dos horas. Dos horas en las que las manijas se estaban burlando de él y se estaban demorando una vida en moverse.

Cualquier persona que pasase por aquel lugar y viese a aquel chico, pensaría que aquel chico estaba demente. Ni siquiera parpadeaba.

A Jungkook no le importaban las miradas, ninguna de ellas. Porque lo único que podía pensar era en la hora.

Aunque cuando se estaba bañando, antes de volver al hospital para irse a dormir, se quedó rato pensando que sería exactamente lo que haría mañana. Que se supone que le diría, que se sentiría.

Jamás creyó en la opción de que la madre de Tae cediera al punto de dejarle ver a su hijo. Así que antes de enterarse que existiría esa opción, no quiso imaginárselo, porque era doloroso imaginar un escenario que jamás existiría.

Coma [Taekook]Where stories live. Discover now