#11: En las sombras

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Hacía ya diez años de aquello, volver a ese estadio traía tantos recuerdos como el campus de la U.A. en sí, pero en aquel lugar en concreto los recuerdos eran al mismo tiempo amargos y satisfactorios: el centro donde estaban reunidos todos los alumnos de primer curso había sido el escenario donde había demostrado a todo el país, a Hebiro y a mí misma que tenía lo necesario para llegar a ser parte de la élite. Me había costado una pierna rota y una experiencia cercana a la muerte por estrangulamiento, aunque al final todo había salido según mis expectativas y salí victoriosa de la arena. Esa por supuesto no había sido la última vez que me había visto al límite ni mucho menos la más peligrosa, pero tenía un lugar especial por haber sido la primera.

Mic y Eraser estaban en las cabinas superiores como comentaristas y presentadores, uno de ellos obviamente obligado por el otro, mientras que yo permanecía en los asientos reservados para los profesores. De ser necesario, Recovery Girl me llamaría al móvil para que fuese a ayudarla en la enfermería provisional con los estudiantes que necesitasen recuperarse tras algún combate. En el fondo, todos sabíamos que Midoriya iba a pasar por la sala ese día.

El estadio estaba a reventar como de costumbre, lleno de profesionales, civiles y empresarios que querían observar con atención a todas las jóvenes promesas presentadas aquel año y, tras anunciar el primer juego, presté especial atención a otros alumnos fuera del curso de héroes. Si conseguían buenas puntuaciones, algunos de ellos podrían ser transferidos a 1-A o a 1-B, así que convenía fijarse en aquellos cuyos quirks no eran tan populares entre los alumnos.

Ver a través de las pantallas los dos primeros juegos me trajo muchísimos momentos a la memoria, aunque en este caso habían sido una carrera de obstáculos y una batalla de caballería la esencia era exactamente la misma. Todos estaban bastante motivados, la rivalidad se respiraba en cada esquina del estadio, en general el ambiente deportivo y competitivo estaba por las nubes y para cuando finalizó el segundo juego con la parrilla de los que seguirían después del almuerzo hasta yo estaba sacudiendo las piernas en mi sitio. Al estar a mi lado, eso no pasó desapercibido para All Might, quien permanecía en su forma delgada para poder presentarse debidamente más tarde.

- Es emocionante verlo desde aquí, ¿no?- me sonrió.

- Sí, la verdad es que todos han sabido mantener la tensión en las pruebas, y algo me dice que también mantendrán la atención del estadio durante los juegos previos al torneo. Son actividades sencillas típicas de cualquier festival, yo recuerdo que gracias a eso conseguí calmarme un poco para mis turnos de lucha.

- Baby? Do you hear me?

Levanté una mano hacia el rubio a mi lado para indicarle que esperase un momento, poniendo la otra en mi auricular con tal de escuchar mejor al otro rubio.

- Dime, ¿qué pasa?

- Dos cosas, la primera es que vamos a comer los tres juntos.

- Ya te dije que yo quiero dormir- se oyó otra voz, y empecé a bufar.

- Dormirás en tu casa, ahora tienes que comer.

- Dice que vas a venir con nosotros y que ya descansarás luego.

- Pues dile que no va a obligarme.

- ¿Que no? Ahora cojo una cuchara de arroz y te la clavo en la garganta- gruñí, haciendo que All Might se aguantase la carcajada al suponer a quién le hablaba tan agresiva-. ¿Y la segunda cosa?

- Revisamos el listado de profesionales solicitados para la seguridad y adivina quién anda merodeando por aquí. Sigo sin creerme que lo hayan llamado sabiendo lo problemático que es.

- Ahora os cuento algo, nos vemos en cinco minutos en el comedor- suspiré, quitando la mano del auricular y levantándome de mi sitio-. ¿Vienes?

- Un poco más tarde, vi antes a Endeavor y quiero hablar con él- negó con la cabeza.

La metáfora del escorpión (BNHA)Where stories live. Discover now