Principios de curso era siempre un desastre. Alumnos de primero perdidos, mocosos chillando por todas partes, los de cursos superiores alardeando de sus mejoras en las vacaciones... Como profesor, todo eso me instaba a dar media vuelta y quedarme en casa, pero no tuve más remedio que ir y presentarme ante los que serían mis alumnos, la clase 1-A del curso de héroes.
Los quirks del grupo eran interesantes, algunos poco sorprendentes, y luego estaba el llorón de pelo y ojos verdes que se había destrozado el cuerpo en las pruebas de acceso. Para mi asombro, supo mostrarme en el último segundo que realmente tenía algo más de cero en su potencial y, tras anunciarles que la amenaza de expulsión había sido uno de mis engaños lógicos, di por finalizada la clase.
Los primeros días no eran demasiado duros, sobre todo clases normales por las mañanas y prácticas y pruebas en las tardes. A mí no me tocaba impartirles el segundo día, de eso iba a encargarse All Might por su cargo de profesor en entrenamiento básico de héroes, así que al menos podría tomármelo con calma. En el tercer día de clase les haría elegir a su delegado a primera hora, por la tarde tendríamos entrenamiento de rescate en la USJ, tenerlo todo tan planificado era lo mejor para contar las horas de sueño...
Mientras iba a la sala de profesores para organizar las fichas de mis veinte alumnos, me crucé con Mic y acabamos yendo juntos a nuestros sitios, con nuestras típicas charlas amenas a medida que cada uno se dedicaba a sus documentos. Inevitablemente, como de costumbre, salió el tema tabú, esta vez por mi parte.
- Hace pocas semanas se cumplieron seis años...- dije al ver la fecha en el ordenador.
- ¿No sabes nada?- negué-. Yo tampoco.
- La última vez que al menos pude responderle un mensaje fue hace dos meses, desde entonces nada.
- Yo la llamé por su cumpleaños justo después de saludarte a ti, y no pudo atender. Contestó con un simple "Gracias por felicitarme" varios días después- suspiró, dolido-. Ya tiene 28, ¿cómo crees que le va?
- Si está tan ocupada como para olvidarse de nosotros supongo que bien- fruncí el ceño.
- No seas así, no puede estar pendiente de nada más teniendo en cuenta dónde trabaja. Pero creo que tanto tú como yo nos hemos dado cuenta de lo mismo, ¿me equivoco?
Dejé de teclear por un momento.
- Al principio se tomaba unos minutos cada día para mandarnos mensajes, a su padre también, ahora si contesta antes de una semana es un milagro- me recordó lo evidente-. Cada vez se ha vuelto más... Cómo decirlo...
- Fría- resoplé-. Con los nervios de acero que tiene que tener allá no me extraña, y te recuerdo que yo fui el primero en decir que iba a cambiar para peor. Cuando vuelva, si es que lo hace, no va a quedar nada de la Tora que conocimos, tenlo presente- lo miré de reojo-. Yo lo acepté apenas nos despedimos de ella en el aeropuerto.
- ¿Cómo puedes estar tan seguro de eso? Sabes que nuestra Cherry es muy dura de pelar, yo no creo que...
- Uno de mis compañeros cuando estaba en la agencia fue, duró apenas cuatro meses. Volvió enloquecido, tuvieron que retirarlo temporalmente y ahora está en un centro de tratamiento para veteranos de la guerra por lo trastocado que quedó.
- Parece que no confías en ella.
- No confío en su juicio.
- Es lo mismo. ¿Qué pasa, que acaso te molesta que la apartasen de nosotros?
- Se apartó sola, no fue obligada a la SFA, si está es porque le dio la gana demostrar algo que no puede. Es demasiado emocional, con todo lo que habrá visto en estos años es imposible que permanezca en sus cabales.
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La metáfora del escorpión (BNHA)
Hayran KurguYamada Hizashi, Aizawa Shota y Nakahara Tora se convirtieron en amigos, literalmente, "por accidente". Ellos estudiaban en la Academia U.A. y ella apenas iba terminando la secundaria, negándose a seguir la ruta del héroe que se llevó la vida de su m...