//💌//Cartas y flores //🌹// ✔

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Nuevamente regreso a su lugar en la oscuridad, debía volver y estar solo con su soledad, solo con la luz de la luna, solo en un punto fijo y oscuro, solo muriendo de amor, de atracción, de pasión por ella, ella que sufre por un completo idiota.

Jamás imaginó que una carta sería lo mejor para escribirle en secreto, a pesar de que ella no sepa quién es él, siguió escribiéndole una segunda carta después de la primera que ella recibio y se quedó en suspenso, pues no obtuvo respuesta, la segunda fue lo mismo, y volver aquella cabaña sola en el bosque le hacía estar en paz, le daba la oportunidad de inspirarse nuevamente y dedicarle otra vez palabras bonitas.

Cuando estuvo en su pequeña cabaña se quitó las botas y preparo una taza de té, amargo como su vida, y cuando la obtuvo en sus manos se sentó en un pequeño sofá, mientras bebía su té, recordaba desde el primer día en que la vio.

Caminaba en busca de alguien que pudiese darle información de dónde se encontraba, pues despertó cerca de un lago y no supo por qué, camino por varias horas sin rastro alguno de vida, incluso llegó a pensar que estaba en un planeta deshabitado.

Pero cuando por fin pudo ver una señal de vida no se atrevió a hablarle a esa mujer que estaba frente suyo, pudo notar que era dama, pues sus manos era pequeñas, su cabello estaba atado pero su rostro era sublime y usaba vestido, aunque llegó a confundirle pues también usaba pantalón.

Ella se encontraba regando unas flores en el jardín de su pequeña casa, no le habló tal vez por timidez, algo tonto pero razonable, la miró continuar con su labor hasta que un niño de melena alborotada se acerco a ella.

Así fue que se dio cuenta de ese pequeño es el mismo al que había asesinado en su futuro, y cuando pudo verle mejor el rostro a ella cayó en cuenta de que es la mujer de aquella época, incluso lucia diferente, su mirada estaba algo cansada, tenía su cara algo sucia y sudada, el niño se alejó y ella se puso de pie, así ambos ingresaron a casa.

Por alguna extraña razón la mujer causó algo diferente en él, jamás sintió su corazón latir rápidamente como cuando se encontraba peleando.

Y espero al sigue día para regresar aquel punto esperándo mirarla nuevamente, y haci todos los días pues se volvió una adicción, pudo darse cuenta que mayormente estaba sola y también recordó que es la esposa de son Goku, aquel sayajin que viajó al futuro para enfrentarlo.

—Despues de todo fue buena idea que edmaiosama me devuelva la vida accidentalmente— se acomodó en el sofá y dejo su taza de té sobre la mesa de al lado, quito su camiseta dejando solo sus pantalones negros y su torso bien formado al descubierto.

—odio ser el retrato vivo de aquel imbecil que te ha hecho daño, no sé cómo me pasó esto a mí, eso que llaman los humanos amor para mi es indiferente, y no sé si lo que siento al verte es eso, mi corazón se agita demasiado.

Tan solo de recordar que fue ella la misma mujer que asesinó en el futuro, hace que su corazón se estruje, pero el problema aquí es que él no sabía quién era ella en verdad, solo que era esposa de son Goku.

Y a pesar de que cuando vio su rostro le pareció bello, no se tento el corazón en quitarle la vida, cuando tuvo su cuerpo sin vida entre sus manos, en sus fosas nasales se mezclaron el olor a sangre fresca y aquel dulce aroma que emanaban el cuerpo de la mujer, pero solo lo dejo descansar junto a su hijo y esposo.

Y justo ahora aquel rostro angelical es lo mejor que haya visto antes, ni los que estaban en el otro mundo se comparaban, tal vez sea por aquellas eran mujeres sin vida.

Y justo ahora agradece nuevamente a edmaiosama que le devolviese la vida en un intento de hacer que jamás surgiera a la luz y su cuerpo sea el que descanse, pero el problema es que black Goku era un nuevo ser, y zamas es una historia ajena a su cuerpo.

Por ello mismo edmaiosama no pudo devolverle el cuerpo a zamas, pues zamas ya no vivía en él, black Goku es un nuevo ser, uno que vive en las sombras, uno que pese a que su espíritu no es el de zamas, aún odia a los terrícolas, pero por desgracia como era su punto de vista, se enamoro de una terrícola, una humana distinta a las demás que habitan la tierra, y lo peor, es la esposa del idiota de son Goku, aquel imbécil que hizo frente a su futuro.

—Aun recuerdo la primera carta que le envié.

Miro su mesa y unos papeles sobre ella, así que decidió ponerse de pie y escribir otra nota dedicada a aquella mujer que por el momento lo trae loco.

—Creo que eres la mujer perfecta para que yo descubra lo que es el amor, además ella está sufriendo ahora mismo, ¿como es posible que son Goku haya confundido el amor sincero por el pasajero?

Término de escribir guardando la nota en su cajón, está vez debía descansar, ya que andar rondando en el mundo como un estupido atraído por una mujer, era algo tonto.

Y sólo atracción, pues él no sabe que es el amor, además uno nunca puede enamorarse a primera vista, simplemente es atracción, la forma en que una mujer te gusta físicamente.

—el amor a primera vista no funciona en mi.

Se puso de pie y apagó la lámpara que le alumbraba, camino hasta su habitación y se dejó caer en las sábanas blancas de su cama.

—pequeña pero cómoda.

Se acomodó colocándolo sus brazos como sostén a su cuello bajo su cabeza, y sus pies estirados, miro el techo de la habitación y la mirada tan penetrante de aquella azabache se cruzo por sus ojos mente.

Cerro sus ojos y se dejó llevar por el dios del sueño.