XVII

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Al despertar la televisión estaba apagada y el lugar estaba a oscuras porque había anochecido. Hice a un lado la manta mientras me sentaba en mi lugar, echándole una miradita a mi habitación, había dejado de llover...

Me negué con la cabeza mientras volvía a acostarme con la intención de reconciliar el sueño, ¿pero a quién quería engañar? No podría volver a dormir, por lo menos no tan sencillo.

Era una miedosa -y cobarde- por no haberle preguntado a Minho lo que le conté a Yon, siendo que en más de una ocasión me preguntó si todo andaba bien...

¡Agh! Joder, ¿Por qué me tuve que quedar callada? 


—Buenos días, Tyanne Noona— me saludó Jeongin cuando nos encontramos en el pasillo a la mañana siguiente, le sonreí amablemente con un "buenos días" pero ninguno de los dos detuvo su andar y al poco rato lo  termine perdiendo de vista. 

Yon seguía evitándome y cada vez me desesperaba más aquello. ¿Por qué rayos le tomaba tanta importancia? ¿Por qué se enojaba conmigo? ¿Era realmente necesario? ¡No, no lo era! Porque preguntarle a Minho y hablar sobre él es mi decisión, no puede obligarme... y es tonto que se enoje por ello, ¿No?

Pero tenía que arreglar las cosas con ella, no podíamos pasar todo el tiempo de esa forma. Así que en cuanto he puesto un pie dentro del salón me he dirigido hacía ella. 

—Yon— la llame conforme me acercaba a ella, pero esta no tardo en ponerse de pie para caminar rumbo a la puerta e irse.  —¿Es en serio?— masculle entre dientes, dando media vuelta para seguirla pero al salir al pasillo no supe a donde dirigirme porque este ya se encontraba completamente solo.  y al final Yon terminó por saltarse la primera clase. Solté un suspiro pesado cuando llegó el primer descanso mientras me dirigía hacía la cafetería para comprar algo que desayunar. 

Me encargue de buscar una mesa desocupada, por lo menos estudiaría un poco para distraerme de la falta de presencia de Yon, me vendrá bien. O así hubiera sido si Taeyong no se hubiera sentado en el lugar de enfrente, observándome con curiosidad. 

—Hey— saludó cuando lo voltee a ver. 

—Hey— repetí para poco después volver a llevar la vista hacía mis libros. 

—¿Qué pasó contigo y Yon?— ¿Desde cuanto era tan cotilla? Digo, no me habla durante días y para cuando se acerca lo primero que pregunta es eso? No lo sé, un ¿Qué estás estudiando? vendrá mejor, ¿No?

—¿Por qué lo preguntas?— le respondí, pero no lo voltee a ver. 

—Pues siempre están juntas en el descanso, además de que no ha entrado a las primeras clases. Pensé que algo pudo haber ocurrido— me contestó estirando los brazos en la mesa y recostando el rostro en uno de ellos.

—No sé ella— murmure haciendo que el chico me volteara a ver con una ceja enarcada.

—Ok, entonces si pelearon— me aseguró.

—¿Es necesario hablar de ello?— le pregunte un tanto irritada mientras lo volteaba a ver.

—Solo estoy un tanto curioso— confesó.

He soltando un suspiro negando con la cabeza —Pues no lo estés, por favor. Es una cuestión personal y no me agrada que insistas— le respondí rejuntando mis cosas para ponerme de pie. 


Al finalizar las clases tuve la oportunidad de acercarme a Yon, no había sido sencillo y al inicio temí que me golpeara por su temperamento, pero al final no fue así.

Pude hablar un poco con ella, no tanto porque fingió tener prisa en irse, o tal vez no, tal vez no fingió y si tenía que irse rápido, quiero pensar que así fue. Pero al menos pude hablar.

Y, por fortuna mía, hoy parecía ser el primer día que no llovía después de clases y que me agarraba desprevenida y sin paraguas. Menos mal porque, por más que un día antes me recordaba llevar el paraguas al día siguiente se me olvidaba por completo o me confiaba de más. 


Me alegró saber que a la mañana siguiente todo estuviera un poco mejor. Tanto que cuando Yon llegó al salón me saludó con una sonrisa autentica y un aire diferente al de ayer, por lo menos estaba claro que ya no me evitaba. 

—¿No has visto el pronostico del día, cierto?— me preguntó cuando se sentó en el lugar a lado de mi.

Me queje en mi lugar, llevándome las manos al rostro —¡No me digas!— le dije sin parar mis quejas —¿Va a llover por la tarde?— le pregunte, observando como me asentía con la cabeza al poco rato. 

—Deberías comprar un paraguas expansible y echarlo a tu mochila— me sugirió. 

Bien, mi suerte de ayer se acabó. 

—Creo que ya me estoy acostumbrando— murmure sin muchos ánimos mientras sacaba mis cosas. 

—¿A resfriarte?— preguntó Yon. 

—Probablemente— le respondí sin mucho interés. 

—¿Por qué no le pides a Jeongin que te acompañe como la última vez?— la escucho preguntar.

—Porque vive en dirección contraría a mi casa— le conteste mientras la observaba fruncir el ceño.

—¿Te han dicho que tienes una pésima suerte?— pregunta, haciéndome soltar la risa. 

—Lamentablemente, no hace falta que me lo digan para saberlo— le asegure.

Las clases transcurrieron con normalidad después de aquello, durante el descanso Yon se volvió a sentar conmigo y, asombrosamente, Jeongin también se sentó con nosotras así que sin duda alguna terminó siendo un descanso muy divertido. 

Cuando las ultimas clases estaban acabando la clase entera dio un respingo cuando un relámpago se dejó escuchar con fuerza a lo lejos, dejando soltar la lluvia sin compasión alguna. 

—Está lloviendo algo fuerte— murmuró Yon, volteando por la ventana del salón, por mi parte simplemente le he asentido con la cabeza. Ah... Sin duda alguna hoy no me salvaba de la mojada. 

Cuando la campana de la ultima clase sonó todos comenzamos a guardar nuestras cosas y en cuestión de segundos nos encontrábamos caminando por los pasillos.

—Por lo menos se ha calmado un poco— escuche decir a Yon mientras caminábamos hacía la salida. —¿Segura que no esperas a Jeongin? ¿O quieres que te acompañe yo?— preguntó cuando nos acercábamos a la puerta.

Le he negado con la cabeza —No quiero molestar al pobre, y no quiero que tú camines el triple por mi culpa— le respondí deteniendo nuestro andar al llegar a donde acababa el techado de la salida. 

Yon me miró por unos segundos, sabía que se sentía culpable por irse y dejarme así, pero no era su culpa, era la mía por ser tan descuidada. —Tranquila, puedo esperar a que pase— le asegure con una sonrisa. Pero Yon solo soltó un suspiro frustrado volteando hacía en frente, viendo como caía el agua. 

—Tyanne...— la escuche llamarme algo desconcertada. 

—¿Uhm?— murmure ajustando mi mochila. 

—Tyanne— repitió tirando de mi brazo. 

—¡Yah! Si respondí— me queje volteándola a ver con el entrecejo fruncido. —¿Qué ves?— le pregunte curiosa al darme cuenta que estaba totalmente concentrada en algo más. 

—¿E-Ese no es el chico de la lluvia?— me preguntó haciendo que de inmediato siguiera la dirección en la que estaba mirando. 

Mi respiración se detuvo por unos segundos cuando mi mirada se topo con aquellos grandes ojos. ¿Era posible? ¿Realmente lo era? Porque sin duda aquel chico con el paraguas en mano se trataba de Minho y aún así... sentía que no podía creerlo. 

Yon me sonrió al momento de abrir su paraguas, codeando mi brazo. —Bueno, ya puedo estar tranquila. Espero que la pasen bien... Me cuentas mañana— se apresuró a decir, sonando aquello último más como una amenaza.


The boy of the rain [Lee Know/ Lee Minho; SKZ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora