Prólogo

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Dante cayó de rodillas, vencido de esperanza, perdido de visión, y abatido de desgracia. La paz y amor que un día vivió, murió en aquel lugar, que poco a poco se llenaría del fuego expandiéndose por el alrededor. La bestia se dirigió a con Dante, las expresiones de su rostro derrumbadas al ser atravesado por la lanza con la que sus familiares, vecinos y conocidos fueron asesinados y masacrados sin piedad. Solo una respiración pausada con una palidez acompañada en su rostro, esta vez, en su lugar ,la criatura lo acerco a ella despacio. Imágenes de su felicidad iban pasando, los juegos con su hermana y peleas a muerte por el orgullo e inmadurez entre ellos. Los momentos divertidos con su padre, un ejemplo a seguir en todo momento. Pero fue la experiencia de estar con Mei, su madre, su escudo ante la adversidad, su sanadora y cuidadora desde que era un niño, lo que más lastimo a su corazón con la imagen con la que todavía recordaba que le decía "Algún día cocinaras como yo, ese día preparas el mejor platillo del mundo para mí, como yo lo hice por ti." Palabras a la basura.

La bestia lo miro por ambos lados, y algo, impensable ocurrió, algo que reacciono los sentidos de Dante, aquella bestia abrió la boca y exclamo- Esto si es lo que buscaba- Dante estremecido, lleno de un miedo miro y confirmo, aquella criatura hablo. -Sabes chico, me encanta las almas perturbadas. Por eso cause miedo a los alrededores y hacia las cosas con dramatismo.- Dante no creía lo que pasaba, pensaba que era una alucinación provocado por todo lo sucedido. Y aun así siguió la bestia- Por ejemplo, tu familia, viste como los asesine lentamente. Claro era para causarles terror, miedo y angustia- comenzó a burlarse - Pero creo que de todos, la niña fue la más apropiada, sin embargo quedo atrapada en los escombros y no la pude devorar a tiempo. Además su alma se fue,- Dante aun con dudas resintió el dolor de su cuerpo perforado. -Oh rayos, te vas a ir antes de tiempo. Deja devorarte mientras tu alma sigue ahí, pero antes quiero que veas con tristeza y temor el cuerpo de tu madre. No es exquisito, creo que aun así su cuerpo podre devorar con placer.- De inmediato Dante se llenó de una furia, su mandíbula apretó con fuerzas y sus puños de igual manera. - Oh respiras así por miedo...- apenas volteo la bestia al ver a Dante, pero empezó a ver algo diferente. -Mi madre no es una comida- le exclamo a la bestia con la boca ensangrentada -Que tonterías dices, será mejor....- Antes de terminar su oración
algo perturbo a la bestia, algo inquieto sus músculos. -Que es esta sensación,- miro de inmediato al volver a sentir aquella fuerza pero de lado de Dante. No podía creer lo que miraba, los ojos de Dante se volvieron azules, el viento se movía de lado a lado, la presión dejo inmóvil a aquella criatura. Entonces la mirada de Dante ya no solo había cambiado por la vista si no por todo el rostro, el aura que emanaba de él no parecía normal, era diferente, La bestia no podía saber qué hacer y de pronto algo dejo impresionada a la misma, Pues del cuerpo de Dante llamas por su alrededor comenzaron a cubrirlo, pero las llamas no eran ni rojas como los del ejercito del águila, ni amarillas como el ejercito del León, tampoco blancas como la de los hollows, eran llamas azules. El mismo fuego azul que no se veía desde la época de Blue Hell. Entonces Dante sonrió y exclamo con una voz diferente, más gruesa "Muere".

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