La protagonista no lo comprendía

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- Natsu-sama~- chilló Touka lanzándose sobre el joven de pelo rosa, quien empezó a correr con una cara de disgusto.

- qué idiota..- murmuró divertido cierto azabache con una pequeña sonrisa torcida, que pronto desapareció cuando captó la atención de la muchacha de pelo blanco y también empezó a ser perseguido.

- bien, mejor los usamos como señuelo para escapar, no?- preguntó Sting cargando a Lucy como un saco de papas.

- .... me sorprende que tengas neuronas en ese cerebro tuyo- comentó asombrado Rogue mientras miraba al suelo- pero sí, concuerdo

- ¿por qué eres tan cruel conmigo? Soy tu primo, sabes- quiso saber Sting suprimiendo las venas que se formaban en su cabeza por el enfado.

- con más razón lo hago- respondió su querido primo mientras recordaba su escandalosa niñez. Siempre, de alguna manera, se involucraba con él y Natsu, arrastrado hacia algún problema.

- hmp- gruñó el duque de Eucliffe abrazando con fuerza a la muchacha entre sus brazos- ¿acaso no es mi primo muy cruel conmigo, rubia?- frotó sus mejillas contra los de ella.

- estoy segura de que ya sabes cuál es mi nombre, así que úsalo, insisto- sonrió ella apartando el rostro de aquél, sin argumentar nada en contra del muchacho de ojos rojos, ella haría lo mismo en su lugar.

Sting no estaba acostumbrado a que lo rechazasen. Era un apuesto rubio, caballero montado en un corcel blanco que cualquier chica desearía.

Él era quien rechazaba a todos, no al revés!

Salió de sus pensamientos cuando sintió las múltiples abofetadas de ella.

- ¡estás demasiado cerca!- declaró Lucy mientras intentaba aumentar la distancia entre ellos con lo que tenía de fuerza.

El rubio parpadeó estupefacto un par de veces antes de reaccionar. Simplemente alzó una de las comisuras de sus labios. Esquivó los golpes de la joven hasta acercarse lo suficiente a su rostro para susurrarle un:

- cuando más difícil es algo, más lo quiero- sonrió él con diversión. Le gustaban los retos y las cosas pocas comunes. Mientras más inusual era algo, más lo quería para él.

- deberías de ser menos grosero, por algo tomaste clases de etiqueta con Natsu-san- intervino Rogue en la burbuja de flores y felicidad del otro, alejándolos a ambos.

- ¡oye! No es como si yo lo hubiese deseado, es culpa de ese viejo asqueroso- se quejó Sting, sintiendo un escalofrío recorrer por su cuerpo al mencionar al Vizconde Bob de Blue Pegasus.

Era imposible escapar de sus clases.

- es tu culpa por decir " jodida mierda" en frente de la nobleza...

- ¡tenía cinco años! Además.. Gildart me enseñó eso...

Gildart Clive era un gran caballero, lástima que su lengua era demasiada afilada. El Duque Dragneel y Eucliffe entrenaron con él por voluntad propia, y con el paso del tiempo, aprendieron otras cosas además de cómo luchar junto a él.

- oigan, esperen, podrían bajarme?- les detuvo la rubia alzando una de sus manos en señal de que parasen.

- por qué?- preguntó el azabache acercándose a la cara de ella- si lo hacemos te escaparás

- n-no es como si realmente lograse hacerlo

- no lo sé, quiero ser precavido- murmuró él cerca de ella mientras jugaba con su pelo rubio.

Al muchacho le gustaba ese amarillo dorado, era diferente al de su primo. Este tenía más vida. Era raro verlo en Sabertooth, la mayoría tenía un amarillo gastado.

Reencarné como la villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora