Familiar

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Ella no podía creer que lo que tenía al frente era su espíritu del león, no; mejor dicho, su amigo, Loke.

- ¿Loke? ¿Así piensa llamarme, princesa?- preguntó el felino ahora encogido de tamaño.

Pero él, a pesar de llamarla princesa como siempre, no era el suyo.

- umm..- murmuró su princesa mientras pensaba en un plan para no levantar sospechas- ¿Acaso tienes un nombre que prefieras tener?

El pequeño inclinó su cabeza sin estar confundido, más bien pensando en una buen respuesta.

Se había dirigido a la rubia como princesa proque le había parecido alguien muy bella. Es decir, quién no estaría feliz de que su invocadora no fuese un asqueroso anciano sino una bella muchacha? Su amigo Tauro le envidiaría.

Pero a pesar de todo, ella estuvo feliz de verlo. Entonces, la observó otra vez, estaba seguro de no haberla conocido antes, nadie se olvidaría de una belleza como esa. No quería entristecerla después de que le haya sonreido, así que dijo:

- me llaman Leo, pero por ti, ahora seré Loke!- exclamó él parándose en dos patas con una cara juguetona.

Lucy, mentalmente, sabía que era una de las frases de coqueteo de él, pero lo dejó pasar con una sonrisa por su forma actual.

Lo alzó entre sus brazos y con unas pequeñas y juguetonas risas, le dijo:

-  quieres que seamos amigos, Loke?

La mayoría de los presentes se sobresaltaron ante la pregunta de la muchacha. Un familiar era alguien que debía estar atado a ti porque lo decidió el destino. Ni el invocado ni el contratista podrían rechazar ese hecho. Y en general, el humano era quien tenía el control en esa relación donde solamente uno salía beneficiado.

Por eso, el hechizo para invocarlos tenía la palabra "siervus" en él, significaba que eran quienes les servían.

A otros les gustaron esa reacción.

Muchos murmullos comenzaron en la sala, y esta vez no le importó a la rubia. Estaba acostumbrada a eso cuando le preguntaba a sus espíritus si querían formar un contrato con ella.

Le entristeció saber que en este mundo, no era la excepción.

- y bien?- preguntó la muchacha mirando al felino.

Este se sobresaltó mirando otra vez lo inusual que era su dueña. Era una persona muy amable pero no a tal punto de llamarla inocente e ingenua, porque parecía madura y realista.

- no quiero ser tu amigo, quiero ser el caballero de mi princesa!- exclamó feliz este, con una sonrisa.

Y otra vez, la maga se lo replicaría sino fuese por lo tierno que se veía.

- bien, lo que sea, empecemos con una introducción a la Invocaciones para la primera clase y después profundicemos algunas cosas sobre sus compatibilidades con la magia- dijo Ooba captando la atención de sus alumnos, quienes ya se habían acomodado en el anfiteatro de la sala- así que digan " nisi umbra" para que sus familiares no estén presentes en todo momento

- profesora, tengo una consulta- la interrumpió Rogue mientras levantaba su mano. Frosch estaba sobre su regazo.

- dígame, señor Cheney

- ¿está fuera de las normas el tener a un familiar durante una clase?

La rubia, conociendo al joven, ya sabía qué se iba a venir. Aunque no le molestaba. Sting tenía razón, tener clases es aburrido. Verlos discutir sería entretenido.

Reencarné como la villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora