Mañana escandalosa

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Otro gran y hermoso día había empezado para Lucy Heartfilia en la academia Fiore, junto con un gran número de personas de todas las clases sociales en el imperio.

Y con grande, efectivamente como autora, me quisiera referir a caótico. Y con hermoso, a escandaloso.

Cuando la muchacha rubia se había despertado de su tranquilo sueño, donde al menos tenía un momento de paz sin ninguna molestia a su alrededor, sintió una cosa pesada pasar por su cintura, envolviéndola.

- ¿¡cuántas veces te he dicho que no te metas en mi cama?!- gritó furiosa la rubia mientras lanzaba lejos el intruso que se había metido en su cama.

Estaba preparada para acabar con Natsu, es decir, no literalmente porque no quería tener problemas con el ducado Dragneel. Sin embargo, le dejaría con los huesos rotos y luego usaría un hechizo para repararlos o pedirle ayuda a Erza.

- cállate, es muy temprano para que hagas ruido- chasqueó su lengua la persona que se frotaba su espalda por ser tirada- además, es la primera vez que me dices que no duerma en tu cama, rubia

- ¿S-Sting?- dijo dubitativamente ella con un gran sonrojo empezando a aparecer en su cara. Estaba acostumbrada a que un muchacho de pelo rosa estuviera cerca suyo, no uno rubio.

El mencionado se sorprendió por el repentino color rojo que había aparecido en el rostro de la joven, y con una sonrisa triunfadora, le iba a devolver el favor de haberlo hecho sonrojarse en medio del pasillo la última vez.

Con una pequeña sonrisa, dejó que el diablillo en su hombro decidiese por él. Se levantó y acorraló a Lucy en propia cama.

- ¿qué sucede, rubia?- preguntó de manera juguetona, al fin había vuelto en sí y en su racha de conquistas.

La marquesa Heartifilia no se inmutó ante la estupidez del gran caballero de luz de la novela, es decir, estaba sonrojada pero nada que no podía manejar.

Sabía cómo espantar a este gatito frente suyo.

Alzó su mano y jaló su camisa hacia ella, sus caras estaban muy cercas, al igual que sus labios.

- tranquilizate, rubio- declaró ella afilando su mirada, como si no tuviese miedo de lo que iba a ocurrir entre ambos. Despreciando cualquier movimiento suyo.

Según ella, todos los personajes en la novela se habían enamorado del buen corazón y de la inocencia de Touka Whitewizard, lástima para ellos que Lucy Heartfilia, villana de Fairy Love, no era así.

Era hora de matar ese sentimiento de amor que tenían, de a poco, claro.

Sting se alejó de repente, sintiendo mucho calor en su cara, acaso Natsu estaba cerca? Su habitación había tenido un gran cambio de temperatura...

¿Qué demonios? El diablillo en su hombro le estaba diciendo que escapara. Maldito engendro, maldito traidor, había sido él quien lo había tentado en un principio.

Mientras que el muchacho estaba en un dilema interno, la maga se estaba riendo por debajo, él era tierno a su manera.

- un tigre siempre será un gatito, no?- susurró un par de palabras que solamente ella sería capaz de oír.

Pero no tuvo en cuenta la fantástica audición del heredero de los Eucliffe, quien dejó de un lado sus pensamientos para tragar en seco.

El rubio se le acercó para contraatacar en ese juego de sonrojos, pero antes de que pudiese hacer algún movimiento, alguien le había rociado con algo que le provocó una gran irritación en sus ojos.

- buenos días, Lucy- saludó Gray escondiendo un bostezo al rato que se sentaba en su cama. No era una persona que le encantaba madrugar.

- buenos días, Gray...- murmuró la villana del juego, algo distraída por la escena frente a ella.

Reencarné como la villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora