Una radiante sonrisa

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Lucy cerró la puerta de su habitación, viendo con irritación las notas dejadas en ella. Pero se resignó a suspirar como si eso no fuese gran cosa.

Tuvo todo el domingo para preparar un gran regreso, físicamente, mentalmente y estratégicamente.

¡Qué gran día para retomar de vuelta sus clases!

" Pechos grandes"

"Rubia tonta"

"Cabello de bazofia"

Ella los fue quitando uno por uno, era interesante que nadie mencionara algo sobre los chicos. Y patético que sólo lanzaran insultos sobre su físico. Aunque creyó que el cuarteto de la destrucción había hecho algo con eso.

- ... ¿Lucy?

La rubia se volteó hacia Zeref, con una brillante sonrisa que lo dejó con la boca abierta.

- ¡buenos días!- le saludó ella, conteniendo la risa, tarde o temprano, una mosca entraría por esa boca- deberías de cerrar tu boca, Zeref

- Lucy... Tú...- él parecía feliz de verla fuera de su habitación, demasiado. Hasta que sus ojos se toparon con las notas que ella sostenía, y frunció su ceño.

Todos los días, algunas personas le pegaban papeles con cosas hirientes a la muchacha como si nada, y a pesar de que sus amigos hacían turnos para quitarlos, todavía insistían en ponerlos.

Hoy le tocaba al azabache, y había llegado tarde.

Temía lo peor.

Aún así, ella sólo se empezó a reír.

- tranquilo- dijo ella, sonriendo de vuelta, mientras que alzaba esos pequeños papeles llenos de odio en la cara del prefecto de ciencias y los empezó a romper- ya no me molestan, tanto

Zeref miró cómo ella tiraba de lo que quedaba de esas notas a un tacho de basura. Le pareció simplemente fascinante.

Rufus le había dicho que una de sus actrices, debido a un sólo comentario molesto de alguien, había caído en depresión y ansiedad, lo cual había arruinado parte de su carrera.

Eso le preocupó bastante.

Lucy se había visto terriblemente vulnerable a cualquier cosa, pero ya estaba mejor.

Era un cambio drástico, demasiado para él. En la química, las reacciones pueden cambiar a una velocidad sorprendente, pero los humanos no.

Ellos no eran algo perteneciente a la rama de la ciencia, sino que formaban parte de las humanísticas.

El hecho de que una persona pudiera pasar de un estado de ansiedad a una de calma tan rápido, podría significar que esa sonrisa era falsa. Sin embargo, era demasiada genuina para ser de mentira.

Y las acciones de ella, tampoco eran como las de alguien deprimido.

Soltó una pequeña risa, que pronto cubrió con su mano, por ser una imagen poca propia de sí mismo.

- hay una frase que dice " de donde te tropiezas, te levantas"- explicó el azabache mientras que realizaba una reverencia- me inclino ante el vivo ejemplo de eso

- es un honor que el famoso prefecto de las ciencias me comparta algo de sus conocimientos- bromeó Lucy, también inclinándose con diversión.

- ¿cómo te encuentras?- quiso saber él, siguiéndola, ya que ella empezó a caminar.

La rubia pensó bien su respuesta. Se había reprimido tanto que se encerró en el propio juego del gato y del ratón del estrés, pero ya logró volver a pensar con claridad.

Reencarné como la villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora