El último en darse cuenta

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- ten, Lucy- dijo Zeref con una sonrisa mientras que le entregaba una taza de té.

- gracias- habló algo confundida la mencionada, su cabeza todavía daba vueltas ya que el prefecto de las artes lo había arrastrado hacia la sala del consejo estudiantil como si nada.

Se apretó la parte superior de su nariz y cerró sus ojos para que dejase de ver remolinos por doquier. Siempre había considerado a Rufus como alguien elegante y tranquilo de Sabertooth, no un maniático de las artes. ¿Acaso eran todos los artistas iguales? Jason también tenía una tendencia a perder la compostura cuando encontraba algo "cool", como decía.

En cuando lo logró, tomó un sorbo de té, ignorando el molesto ruido de la persona detrás suya. Rufus estaba en segundo plano, otra vez, concentrado en componer su obra escolar con todas sus emociones a flor de pie.

- ¿te encuentras mejor?- preguntó Jellal sentado frente de la muchacha, con una sonrisa nerviosa ya que uno de los suyos le había hecho pasar por momentos difíciles.

- lamentamos el comportamiento de Rufus, se pone así cuando se emociona- se disculpó y explicó el azabache del grupo mientras se sentaba al lado de la rubia.

- ... no me molesta- mintió ella con una sonrisa forzada, en realidad, se había hecho habitual para ella.

- vaya, tienes mucha paciencia y tolerancia- comentó el prefecto de las magias soltando una pequeña risa.

No por nada la profesora Ooba Babasama la había recomendado al grupo de los cuatro destructores, según como él los había apodado todos estos años.

Cuando conoció a Erza, ella le presentó sus amigos. No había sido un muy buen comienzo, en el momento que había pensado estrecharle su mano a Natsu, este le dio un puñetazo. Fue muy divertido, Igneel y Grandine le estuvieron pidiendo disculpas como por una hora mínimamente. Inclusive, vio una escena divertida de la duquesa Dragneel a punto de lanzar a su hijo desde una montaña.

Si no recordaba mal, el motivo había sido que él necesitaba unos meses de reflexión y entrenamiento en el bosque. También había conocido a Zeref en ese mismo escenario, llorando porque iba a perder un hermano.

Después, se había presentado ante Gray. Y gracias a los dioses que su forma de recibirlo no había sido un puñetazo, este sólo le estrechó la mano. Fue un encuentro agradable hasta que el muchacho de pelo rosa se les había unido.

Destruyeron el jardín del marqués Fullbuster, este parecía un demonio en cuanto se enteró de aquello y los pobres muchachos habían terminado colgados de cabeza en un árbol.

Con el tiempo, se habían sumado Sting y Rogue. Ambos eran más calmados y no causaban tantos problemas como el mago de fuego y el mago de hielo. Sin embargo, su bienvenida no había sido nada acogedora. El rubio, al principio, parecía un gran cretino con aires de emperador mediocre y el azabache ni siquiera se le acercaba o hablaba con él.

- realmente le tienes que gustar a Natsu para que saltase a ti por ayuda- agregó Zeref  mientras le servía un poco más de té a la muchacha.

- no.. no realmente- replicó Lucy algo avergonzada. Siempre había sido así en su vida pasada.

- créeme, Zeref tiene razón- dijo el muchacho de pelo azul mientras se apoyaba en el sillón y cruzaba sus piernas- ninguno de ellos es conocido por dejar que alguien más entre de manera sencilla en sus vidas..

Su anterior "yo" pensaría en decirles que dejaran de insinuarle esas cosas, pero la rubia misma consideraba lo mismo.

- umm...- murmuró algo sonrojaba por lo que estaba a punto de hacer- ¿por qué creen que gustan de mí?

Reencarné como la villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora