El príncipe Murat.

Capítulo 15. El sentimiento.

Hay algo en mí que me dice que Murat no está muerto, es algo inexplicable. Desde que él desapareció y lo suplantaron, han habido días en los que una fuerte tristeza me invade, por alguna razón, tengo necesidad de él, él ya no está a mi lado, pero lo siento, lo necesito. 

Me pregunto qué sucederá con él, ¿qué estará sintiendo? ¿Acaso él siente lo que yo siento? Se supone que al ser soul mates, nuestros sentimientos están conectados; según Melek hay algunos que incluso llegan a establecer una conexión mental, pero este no es nuestro caso. ¿Es porque llevamos poco conociéndonos?

Debo confesar que conforme pasan los días siento como si la llama se apaga. Mírenlo desde esta metáfora. Es como si estuviera en un túnel muy largo, en el que al final hay una gran luz blanca; al principio, cuando desapareció, veía su silueta al final, lejos, pero al menos lo veía, sabía que estaba ahí; pero ahora, conforme el tiempo pasa y las pistas que seguimos no nos llevan a nada, el túnel se va haciendo cada vez más largo, la luz disminuye, a tal grado que he dejado de ver su silueta, pero la luz sigue ahí, y por lo tanto, sé que aún queda una parte de él ahí; pero... ¿dónde estará? ¿Por qué es como si fuera desapareciendo? ¿Algo le estará pasando? 

Por las noches intento soñar con él, al principio, fue fácil hacerlo, pero ahora es más difícil, es lo mismo que el túnel, interactuábamos, pero ahora no lo hacemos. Donde quiera que esté, sé que está vivo, y espero que se encuentre bien, en lo que damos con su paradero. 

Se supone que si él muere, yo podría hacerlo también, pero, ¿será en serio? ¿Por qué si hace poco nos conocemos me importa tanto? ¿Al final sí éramos soul mates? De cualquier manera, no lo sabré, hasta que lo encontremos otra vez...

Por la mañana nos acercamos a la casa de la granja, escuchamos las voces del matrimonio humano, quienes por alguna razón no se habían dado cuenta que sus perros habían desaparecido y que estábamos dentro. En las noticias, que se transmitían por medio de los espejos mágicos, observamos que el Reino Lico manejó nuestra fuga como si de una desaparición se tratara por lo que ofrecían una buena recompensa a todo aquel que nos lograra entregar con vida.

--Peor de lo que esperaba... --Melek llamó mi atención --Crearon al comunicado para todo el Mundo ahora TODOS saben que nos están buscando, esto será más difícil de lo que esperaba. 

Además de decir que habíamos desaparecido, había un clip en el que la Reina hablaba de lo muy desesperada que estaba por encontrar a su hija menor quien padecía trastorno  de frégoli, y a la pareja de su hijo, Ramona, quien también había desaparecido y acostumbraba a mentir. 

--El síndrome de Frégoli consiste en que la persona se siente constantemente perseguida por otro aunque no sea verdad, y prácticamente te dijo mitómana... ¡es una buena jugada!

--Melek, esto es mejor que lo que me dijiste... no vinieron directamente a buscarnos...

--¡Mandaron a todo el mundo a buscarnos! Pareciera como si hubiera alguien más que mi madre detrás, esto está muy bien justificado, si realmente tuviera ese trastorno, nadie me creería cuando al deternernos, le diga que nos están buscando, y nadie te creería a ti, porque eres una mentirosa compulsiva ¡Dios mío, qué buena jugada!

--Melek, baja la voz, tenemos que irnos antes de que nos encuentren. 

Tomamos unas cuantas gallinas, las degollamos y en unas telas viejas que por ahí se encontraban, las atamos para llevarlas al hombro, teníamos que tener comida y más si pensábamos iniciar el recorrido en el bosque. 

Gracias a la Luna la granja estaba algo cerca de la civilización por lo que no teníamos que preocuparnos de evitar el pueblo del reino. El Gran Bosque Verde era aquel que rodeaba la parte oeste, sur y sureste del Reino Humano; al mismo tiempo, era compartido por el Reino Verde; al sur, el Gran Bosque Verde terminaba en las orillas del Rio Transversal, porque al otro extremo se encontraba ya el Bosque de Sangre, marcando el inicio del Reino de los Vampiros.