Capítulo 17. Ramona.

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Habíamos llegado a la Manada Norte del Territorio Licántropo. Los Licántropos eran diferentes a los Licos a pesar de que compartían la misma naturaleza: cambiaforma. Los licántropos eran lobos con características antropomórficas; mientras que los Licos tenían apariencia de lobos comunes pero de tamaño mucho más grande. Ambas subespecies tenían la capacidad de decidir por una forma humana o animal, pero los licántropos preferían por sobre ambas la forma animal; es por ello que no tenían una buena relación con su coespecie que había desarrollado una sociedad prácticamente humana. 

Por el contrario, los licántropos no reconocieron nunca al Reino Ayla como su gobierno y terminaron separándose de los Licos para vivir ellos por su cuenta, en el Territorio de los Licántropos; el cual se encontraba rodeando el reino de los Trolls.  El Territorio a su vez se dividía en cuatro diferentes: la manada del norte, la del sur, la del este y la del oeste. Cada una de ellas tenía su gobierno, costumbres y culturas; pero se unían en un sólo consejo que velaba por la armonía de la unión entre los cuatro pueblos, o eso es lo que mi padre me había contado. 

Después de encontrarnos, los licántropos nos ayudaron a salir de la cueva; entonces, me di cuenta que no estábamos tan lejos de la superficie, quizás faltaba un metro o dos. Cuando salimos, ellos se tomaron unos minutos para entrar y revisar si no había nadie más y volver a salir. 

--Muuuuuuuuuuchaaaaaasssssss graaaaaciiiiiaaaaaaaas--Abel hablaba pausadamente hacia ellos, los tres se miraban entre ellos--Yooo, seeeeerrr AAAAABeeeeeeeeellllllll, A, Be, E, Ele. ABELLLLLLYooooo esssstaaaar agraaadeeeeciiiidoooooo connnn loooobooooos. 

--¿No sabe que podemos entender su idioma? --Dijo uno de los Licántropos a otro, Abel abrió sorprendido la boca. 

--¿Cómo nos encontraron? --Pregunté. No hubiéramos podido salir si no fuera por ellos. 

--Estábamos cazando un venado por aquí, cuando escuchamos sonidos debajo de la tierra, pensamos que podrían ser los del oeste: ellos acostumbran a entrar a nuestro territorio por el suelo y robar nuestras gallinas; así que estábamos a punto de matarlos pensando que eran los lobos de la otra manada. --Mientras hablaba, el licántropo se transformó en un joven de cabellos castaños y ondulados, de piel apiñonada, alto, de ojos miel, guapísimo por cierto, je. Además de sus hermosos ojos, lo que más me sorprendió fue lo rápido que se transformaban, sin sonido, sin dolor, sin quejas, de un momento a otro, eran humanos. --¿Qué hacían ahí?

-- Es una larga historia per....

--¡CAIMOS DE UN AGUJERO HACIA UN CUERPO DE AGUA A METROS DE LA SUPERFICIE Y CAMINAMOS DURANTE HORAAAAAAASSSS!!!!! --Abel interrumpió mi relato.

—¿Te conozco?—uno de ellos miró a Melek con determinación —Tu rostro se me hace conocido 

—No lo creo, nunca en la vida te he visto—Melek continuaba con la mirada baja. El chico siguió mirándola unos minutos más y después le susurró algo a los otros.

—Como sea, no creo que quieran quedarse aquí en el bosque, suele ser muy peligroso de noche; vengan, vamos con los demás. —El mismo chico que se había transformado primero nos invitó a seguirlo; en tanto comenzaron a caminar, los otros dos se transformaron nuevamente en licántropos— Soy Mishu, pero me dicen Mishi; ellos son Nidawi y Honovi.


Había escuchado historias sobre ellos en las que se decía que los licántropos eran un pueblo salvaje que vivía en cuevas y que se alimentaba de humanos, pero nada de eso se comparaba con lo que mis ojos estaban viendo. La historia de las cuevas no era más que una fachada para ocultar la verdadera sociedad que se ocultaba en las entrañas del bosque; porque para llegar a la aldea —porque sí, era una aldea— se tenía que atravesar un kilómetro de bosque perennifolio hasta llegar al gran claro en el que se encontraba. 

El príncipe Murat.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora