Amor [Truten/Kakavege]

Emoción

La excitación que sentía por regresar a clases no se comparaba en nada con la emoción que sentía su corazón.

Las vacaciones habían sido largas. Estaba prácticamente seguro de que le saldrían alas en cuanto volviera a ver al pelilila. Lo extrañaba. Ni siquiera se sentía aterrado por volver a entrar a clases.

No, solo estaba nervioso mientras se veía en uno de los espejos del baño de la escuela, escudriñando su reflejo, maldiciéndose a si mismo por no haber podido dormir la noche anterior, ¡sus ojeras eran enormes! ¡No lo ayudaban en nada! ¡Solo hacían que sus ojos se vieran más pequeños! Que desesperación saber que lo único bonito que tenía eran sus ojos y que estos no lucían como quería.

Si tan solo pudiera dejar de pensar en él.

Si tan solo su corazón dejara de acelerarse cada vez que lo veía en su mente.

¡Si tan solo no se preocupara por verse bien antes de encontrase nuevamente con Trunks!

Se preguntaba si eso era lo que sentían las niñas antes de maquillarse.

Seguramente eso no le importaba al pelilila, dudaba que lo hubiera extrañado de la misma manera que él lo había hecho.

Que frustración, pensaba que todo lo que había sentido a lo largo de primer año desaparecería cuando dejara de ver por un largo tiempo a Trunks, pero eso nunca sucedió.

Aun ni siquiera sabía que era lo que le pasaba o que era lo que sentía.

Y a aquella emoción incrementó hasta transformarse en ansiedad. Se iba a volver loco como no encontrara una respuesta rápida a sus inquietudes.

Trunks. Incluso sentía un agradable hormigueo en su lengua cada que decía ese nombre.

Era curioso el efecto que una sola palabra tenía en él... O más bien, una persona en particular.

¿Y si mejor se regresaba a su casa a dormir? Así llegaría más relajado y con mejor aspecto al día siguiente.

La campana que anunciaba el inicio de clases sonó y sintió un horrible hueco en el estómago, como si alguien le hubiera quitado el tapón a una alberca y toda el agua se hubiera drenado.

La puerta de los baños se abrió y el niño a quien más quería ver y evitar por igual apareció.

— la campana ya sonó, ¿Por qué no has entrado al salón? Eres el único que falta.

— e-es que estoy nervioso — contestó bajando la mirada al suelo, sintiendo su cuello hundirse entre sus hombros. Un leve estremecimiento lo había recorrió al escuchar la voz media ronca del pelilila, al parecer comenzaba a entrar a la adolescencia — me quiero regresar a mi casa.

— no seas ridículo, ya estás aquí — el pelilila lo tomó de la mano y lo jaló hasta afuera de los baños, un suspiro se escapó de entre sus labios al sentir la mano cálida del menor en su mano. — si no nos damos prisa no vamos a alcanzar a llegar antes de que el profesor se presente y tome lista.

— sí, Trunks — masculló avergonzado, sintiendo su mano sudada resbalar entre los dedos del pelilila.

Su corazón estaba acelerado, no podía creer que Trunks hubiera arriesgado tener una falta en la primera clase solo para ir a buscarlo y mucho menos que estuviera agarrado de su mano.

No pudo evitar ver cuanto había crecido el mayor, ojalá que pronto le llegará también a él su "estirón".

Trunks estaba más guapo de lo que recordaba, su mente no le había hecho justicia.

Mordió sus labios para ocultar la sonrisa de su rostro y se inclinó un poco para que su flequillo ocultara la alegría de sus ojos.

— Goten.

— ¿sí? — preguntó buscando no darle la cara al mayor, ahora que no estaban bajo la tenue luz del baño dudaba que su apariencia fuera pasada por alto así no más.

— tu mano está suave — el pelilila murmuró más para sí que para que él lo escuchara — creo que me gusta.

— es muy pequeña — respondió frunciendo el ceño sin notar el cumplido.

— encaja perfectamente con mi mano, yo no le veo nada de malo — se encogió de hombros, y lo que parecía ser una carrera rápida para llegar a tiempo al salón paso a ser una simple caminata por los pasillos de la escuela.

Ambos estaban buscando hacer más tiempo para que sus manos siguieran conectadas.

— no ocultes tu rostro, me gusta encontrarme con tus ojos — dijo el mayor con simpleza, volteando a verlo por el rabillo del ojo — el año no sería divertido si dejo de encontrarme con tu mirada todo el tiempo.

— son simples, no tienen nada de especial — contestó en voz baja, sintiendo que el pelilila le reclamaba al recordarle su actitud el año pasado — ni siquiera son de un color bonito como los tuyos.

— ¿mis ojos tienen un color bonito? — Trunks preguntó risueño, sonriendo divertido — sí, lo tienen, pero no son tan brillosos ni tan grandes como los tuyos, mucho menos tengo unas largas pestañas adornándolos.

Sus mejillas ardieron un color rojo potente al escucharlo decir aquello, ya había escuchado a la gente decir eso de sus ojos, pero oír al pelilila decir aquello no se comparaba con nada, lo hacían sentir alagado y lindo...

El pelilila no hacía más que regalarle alas con cada pequeño detalle que le hacía ver que le importaba, y eso a él no le molestaba, mientras le siguiera permitiendo tomar su mano dejaría que toda esa emoción siguiera explotando en su pecho.