Amor [Truten/Kakavege]

Su Calidez

Su mirada fría estaba clavada en la puerta del salón de clases, aguardando con molestia a que el pelipalmera dejara de perder el tiempo esperando a dos de los inútiles del salón y se pasara a tomar su lugar a su lado.

Fulminaba con dureza a todo aquel que mostraba tener la intención de tomar ese asiento apartado exclusivamente al tonto de Kakarotto.

¿Por qué se tardaba tanto? ¡Goten y Trunks conocían a la perfección el camino a su salón de clases que era el mismo del año pasado!

El cómo había llegado hasta el extremo de ansiar la compañía del pelipalmera aún era un misterio. Ya se había resignado a tener como "compañero" a Goku.

— observa a Vegeta — escuchó que la chica peliazul dijo su nombre en voz baja — como me gustaría que me apartara ese lugar a mí.

— es para Goku, ¿no? — le respondió la chica pelinegra usando el mismo tono de voz — es curioso ver a Vegeta junto a él.

— a mí no me agrada, siempre se pavonea como si fuera un príncipe y lo peor es que Goku actúa como si fuera su soldado, es irritante.

—no, no lo es — una risilla escapó de los labios rosados de Milk.

— supongo que tienes razón, es divertido ver como la frialdad y dureza de los ojos de Vegeta desaparece cuando está con el — las risas de ambas chicas se volvieron más fuertes y el solo se limitó a apretar los dientes mientras gruñía, buscando contener las ganas de dejar calvas a las urracas chillonas.

Sólo se la pasaban inventado cosas que no eran, ni siquiera estaba seguro de que el pelipalmera le cayera bien, solo se le había hecho costumbre tenerlo de compañía.

Y tenerlo para poder insultarlo todas las veces que se le diera la gana.

— Goten y Trunks no llegan — escuchó la voz del pelipalmera resoplar cuando se sentó pesadamente en la butaca — y el maestro está hablando con la de educación física en el salón de a lado, dudo que alcancen a llegar.

— eres un imbécil, ellos ya están grandecitos como para saber si entran a clases o no — le reclamó, quedándose callado al instante.

¡Demonios! ¡Las arpías tenían razón! Su insulto ni siquiera se había escuchado hiriente, era como si lo hubiera dicho con cariño.

Puaj, que asco.

Frunció el ceño buscando cualquier otro insulto para lanzárselo al pelipalmera, pero el sentir el calor que el menor desprendía lo hizo retorcerse.

Maldecía a Kakarotto, lo culpaba por ir haciéndolo más blando.

— Hasta el más frío siente el calor que desprende — volvió a escuchar a Bulma hablar y no hubo necesidad de que esta vez dijera algún nombre pues sabía que seguían hablando de él.

— Goku es capaz de hacer que el más duro de todos se ablande solo con tenerlo en frente.

Sus mejillas se prendieron al escuchar eso, tenía la ligera sensación de las chicas no se referían a aquello como una relación normal ente amigos.

La idea que se le cruzó por la cabeza lo hizo detener sus pensamientos en seco.

¡¿Por qué se estaba preguntando si se vería bien al lado de Kakarotto?!

— Vegeta, no es por preocuparte, pero estas todo rojo, yo digo que deberías ir a la enfermería — la voz de Goku levemente preocupada lo hizo volver a prestar atención a su alrededor, sus ojos se abrieron como platos cuando la mano del pelipalmera se posó sobre su frente, aquella pequeña acción lo había tomado desprevenido.

— ¡no me toques, insecto! — gritó con el rostro completamente rojo, angustiado por qué las chicas hubieran visto aquello.

Para su fortuna, el profesor había entrado y toda la clase irrumpió con un "buenos días".

Cinco minutos después, los únicos dos alumnos que faltaban entraron por la puerta, uno tan tranquilo como siempre y el otro casi tan rojo como él.

No tuvo tiempo de escuchar el regaño del maestro hacia los recién llegados.

No sabía cómo, pero tenía que parar aquello. Debía dejar de pensar en esa estúpida conexión, solo lo estaba confundiendo. Ya había pasado un año, debería de comenzar a ver todo como una simple consciencia.

Volvió a mirar a su compañero y esa sonrisa tan dulce lo hizo volver a replantearse prácticamente toda su existencia.

¿En verdad él y Kakarotto...?