Miedo

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Sabía que la había regado. No debió invitarla a bailar. Pero, ¿de que otra forma le iba a dar celos al peliflama?

¿Habían terminado así, sin decirse nada? No lo podía permitir. Debía encontrar la manera de aclarar todo con Vegeta y debía ser rápido, había dejado pasar tantas semanas sin arreglar nada. Su escusa era patética y lo sabía.

"Vegeta, perdón, se me  complicó buscarte, ya no te veo todos los días en la escuela"

Sabia donde vivía, ¿que no? Seguramente el peliflama le recordaría eso.

Se sentía completamente estúpido, pero se sentiría a un más si perdía a Vegeta por una idiotez.

Debía agarrar el valor necesario para arreglar todo.

Las calles estaban abarrotadas, le estaba estresando el ruido de a su alrededor, no pensaba con claridad y sus disculpas sonaban patéticas en su cabeza. ¿Como podría apagar el sonido del mundo?

Su aire juguetón había desaparecido en esas semanas y su semblante se veía más maduro pero no por que hubiera llegado a la edad adulta, físicamente seguía siendo un adolescente; era solo que el peliflama se había llevado consigo una parte de él.

Un baile era todo lo que le había pedido al peliflama aquella noche donde todo se arruinó.

Estaba de pie, frente a la casa del muchacho de cabellos en punta; inmóvil.

Se sentía nervioso, con Vegeta siempre lo estaba. Pero esta vez era diferente, el chico era una bomba y a él le aterraba.

Cuando por fin se animó a arreglar sus diferencias, quedó de piedra al solo dar un paso desde su posición.

Una chica, que destacaba por sus cabellos verdes, a la que el conocía tan bien, salió de la casa que el mantenía vigilidada.
Su corazón se paralizó cuando vio que, tomándola de la mano, el peliflama salió a su lado.

No podía creer lo que veía pero ahí estaba, frente a sus ojos, su amado con una chica, paseando de la mano como anteriormente lo hacía con el.

Recordaba lo mucho que le había costado poder hacer ese gesto en público, tal vez duró meses intentando que el peliflama aceptara su agarre. Sintió bastante miedo y su corazón se hizo chiquito ante aquella verdad.

Mil cosas pasaban por su cabeza pero en el fondo sabía que eso, algún día pasaría. Vegeta siempre afirmó odiarlo y aunque parecía haber superado ese sentimiento negativo, él sentía que el peliflama lo había usado. Siempre fueron polos opuestos.

Sus ojos, ya llenos de lágrimas se cerraron y con el dorso de su muñeca, limpió el agua salada que había brotado.

Apretó sus dientes, y sus manos se empuñaron. Estaba furioso.

Sus piernas se movieron por sí solas, a mucha velocidad, sabiendo perfectamente que quería alcanzar al peliflama.

Vegeta sintió una mano pesada en su hombro pero no pudo ver bien quien era pues antes de voltear por completo el rostro, un puño se estampó en su rostro.

—te lo mereces por puta —Sabia de quien era la voz pero no quería aceptarlo, su mente hacia lo posible por nublarle el pensamiento para que el dolor disminuyera.

Completamente shockeado por el golpe, no pudo reaccionar, su mano estaba tocando su nariz al sentir un liquido pegajoso y caliente salir de ella. Sangre.

Escuchaba la voz chillona de Bulma preguntándole el como se encontraba y como le gritaba al chico de cabellos alborotados, pero su aturdimiento era más fuerte.

Los ojos de aquel dulce chico no hicieron más que mirarlo con ira antes de irse, caminando a grandes zancadas. No pudo ver en esos orbes ni una pizca de remordimiento por lo que acaba de hacer. ¿Por qué?

Admitía que aquella mirada espeluznante lo había estremecido... Le había hecho sentir miedo. 

Su orgullo se encargaría de apaciguar aquel sentimiento, ocultandolo con otros sentimientos. Rencor y odio.

Alterado, como estaba, no tardaría en procesar el hecho y darse cuenta de que al pelipalmera no le había gustado recibir una cucharada de su propia medicina.

Coloco sus dedos índice y pulgar en el puente de su nariz para evitar que siguiera perdiendo sangre.

La peliverde lo arrastraba de nuevo a su casa, quería curarlo y asegurarse de que estuviera bien. Y tal vez quería saber el motivo de ese golpe.

Hasta el momento, él solo le había dicho que había terminado con el pelipalmera pero no le había explicado los motivos que habían sido más que obvios para todos los que fueron a aquella fiesta.

Sospechaba que, por que ahora estaba soltero, ella se había acercado tanto a él, buscando ser más que cercana y pues, aunque ella no era su tipo, no le disgustaba, lo admitía, ella era atractiva y además de perfecta, también era interesante e inteligente. Una chica perfecta que haría sentir miserable al pelipalmera.



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Holuu c:
Gracias por leer y esperarme hasta este momento. Los amito uwu

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⏰ Última actualización: Jul 11, 2022 ⏰

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